
Hace tan sólo unas semanas salía a la luz la entrevista que ha desatado un auténtico huracán. “No me pasaba nada igual desde que entrevisté a Nicolás Maduro”, dijo Jordi Évole refiriéndose a la avalancha de críticas que ha despertado el lanzamiento de la conversación mantenida entre el periodista y el aclamado cantante. Inquietante, irreverente, extravagante y pasional, son algunas de las pistas que deducimos de su conducta no verbal. A continuación, analizamos lo más destacado de la comunicación gestual, facial y corporal de Miguel Bosé en su entrevista más reciente y polémica.

EL VAIVÉN VOCAL
A pesar de ser uno de los coaches del popular programa de televisión ´La Voz México´, precisamente es su propia voz la que le juega una mala pasada. Un hándicap que no ha pasado desapercibido y que ha condicionado de forma acusada la percepción de su imagen. Confiesa abiertamente tener dificultades declarando que “va y viene” y que ha llegado a quedarse completamente sin voz. Él mismo identifica el origen de este problema en un conflicto emocional, a raíz de las dificultades con su expareja. También es palpable el vaivén de emociones en su esfuerzo vocal, cuanto más agitada se torna la entrevista, más impetuosa es su manera de comunicar. Es un gran orador, a pesar de la limitación vocal, exhibe una gran sintonía entre lo que dice y como lo dice.

POSTURA NEGACIONISTA
Si hay algo que verdaderamente levanta las ampollas del cantante y supone un punto de inflexión en la entrevista, es el tema del Covid-19. Confiesa abiertamente tener una postura férreamente negacionista frente a la cuestión de la pandemia. Las emociones que observamos a nivel facial y corporal son predominantemente ira, desprecio y asco. El enfado casi incontenible que se revela sin tapujos en miradas ´fuera de órbita´. El desdén y rechazo de quién defiende con vehemencia y convicción sus ideas y creencias ante todo aquel que refute su discurso ardiente y pasional. Es honesto, está convencido de su mensaje.

GESTOS QUE HABLAN
Bosé se muestra expresivo, abierto, teatral… dibuja con las manos todo aquello que cuenta con palabras. Palmadas en el aire, aspavientos, gritos, risas histriónicas aparecen acompañadas de un intenso y casi desconcertante lenguaje corporal, que consigue abrumar e incomodar hasta al propio presentador. Repite el gesto de taparse las manos con las mangas del jersey con aquellos temas de carácter muy personal. Y también se acaricia las manos cuando se siente tenso o incómodo, un “gesto apaciguador” que de alguna manera ayuda a reconfortar o calmar este pico emocional.

EL ROSTRO DE LAS EMOCIONES
El rostro del cantante refleja la frustración por la dureza de las críticas y el fuerte desacuerdo con los argumentos contrapuestos a los suyos. Su expresión facial denota determinación, seguridad y convicción total en sus posturas, con gestualidad que por momentos resulta exagerada o desmedida, algo que se percibe tan inquietante como cautivador para el público observador. Pero la entrevista va mucho más allá, Bosé se abre y descubre ante la cámara tal y como es, manifestando también la tristeza, orgullo, alegría o melancolía recordando a algunas personas y episodios de su vida.