santa cruz

Con Comino y Sal sabe mejor

El mayor reto al que se enfrentaron los empresarios tinerfeños Yolanda Rivero y su pareja Alexis Bencomo fue no saber cómo afrontarían el tiempo que su restaurante iba a estar cerrado a causa de la pandemia de la COVID

Yolanda Rivero, de 43 años, trabajó durante ocho años como auxiliar de pasajeros, concretamente, en Irlanda y otros tantos haciendo rutas entre las Islas. “Se me terminó el contrato, empecé con mi negocio y decidí no reincorporarme”, explicó.

Siempre tuvo la ilusión de tener su local y su idea era montar una foodtruck o una pastelería, “pero las vueltas de mi ilusión se convirtieron en un restaurante de comida canaria casera con un toque de fusión”.

La tasca la lleva con su pareja, Alexis Bencomo, que también “llevaba muchos años queriendo abrir su propio negocio y me encantó su idea”. Juntos decidieron, exactamente el 14 de febrero de 2019, iniciar la aventura de emprender, Comino y Sal.

La mayor inquietud que tuvieron fue “la falta de información”. No tenían ni idea por dónde empezar: “Nos costó conseguir un buen asesoramiento”. Pero esas dudas se vieron favorecidas al ir al banco y solicitar información para un préstamo: “Fue ahí donde nos contaron el trabajo de la Sociedad de Desarrollo Local; estando allí conocimos a Ana Lía y nos ayudó con el proyecto”. Desde canalizar la idea hasta lograr un micropréstamo para comenzar.

Yolanda no duda en decir “que las entidades bancarias deberían ayudar algo más al empresario, escucharnos”.
Otra de las cosas que les supuso un parón fue encontrar un local adecuado, que les gustase, que estuviera equipado, además, que no fuese excesivamente caro. “También la búsqueda de empleados con experiencia y comprometidos para dar un buen servicio a los clientes”, manifestó.

Al mayor reto que se enfrentaron fue a la pandemia: “En principio pensábamos que sería solo unas semanas y nos lo tomamos como unas vacaciones, pero después los días se hacían eternos; demasiado tiempo libre.” En esos momentos pensaron en tirar la toalla: “Nos sentíamos impotentes, atados de manos”.

Al preguntarle por las ventajas y desventajas de emprender, Yolanda tiene claro que, “por una parte, haces lo que realmente te gusta, ves nacer tu proyecto, y lo haces a tu manera. Además, puedes desarrollar tus ideas, y administras tu tiempo como quieres”. Por el contrario, comenta que “emprender es duro. El camino es estresante, te olvidas un poquito del ocio y de ti, no tienes unos ingresos fijos, a veces ni siquiera los tienes, y eso te crea incertidumbres y dudas”.

A pesar de todo, han aprendido mucho, porque “emprender te hace ser más creativo, a superarte cada día, a tener más paciencia, y, sobre todo, a creer en ti”.

Para ellos, la constancia es importante, el esfuerzo diario y recompensado por los clientes: “Cuando montas un negocio tienes que creer que va a funcionar. También es importante escuchar las demandas del cliente y adaptarse a ellas para ofrecer calidad”, apuntan.

Para ellos no hay otro consejo para los que se inician “que se arriesguen, que luchen por sus sueños allá donde vayan”.

Los empresarios necesitan más apoyo por parte de las administraciones y entidades públicas. S.M.

COMINO Y SAL

El restaurante, situado en calle Pi y Margall número seis, en Santa Cruz de Tenerife, ofrece una rica comida canaria casera con un toque de distinción por parte de su cocinero Alexis. Platos tradicionales, realizados el mismo día con un zasca de fusión.

Su éxito reside en “ofrecer platos elaborados con productos kilómetro cero, de calidad, a unos precios asequibles”. Hamburguesa de atún, ensalada de batata, pulpo con verduras y mojo hervido, arroz negro con mayonesa de mango, lentejas con langostinos o solomillo de ternera con salsa de almogrote, entre otros tantos platos que cada día elaboran.

En estos dos años de apertura han tenido la oportunidad de conocer a sus clientes teniendo como objetivo sorprenderlos cada día con nuevos sabores, logrando “que con cada visita se vayan con ganas de volver”.

Yolanda y Alexis no dudan en que su negocio “es un sitio donde la gente se siente como en casa. Hemos logrado dar un ambiente cálido y acogedor”.

Comino y Sal es un lugar pequeño y coqueto, con una cocina abierta, porque “nos gusta que el cliente nos vea trabajar”. Solo desean que los consumidores tengan una buena experiencia. ¡Buen provecho!

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