eligio hernández gutiérrez, vicepresidente de la fundación juan negrín

Eligio Hernández: “Los socialistas viejos tenemos un problema de democracia interna”

Lleva estudiando el asunto de Cataluña desde que era muy joven: "Estos indultos son una desgracia"

Eligio Hernández Gutiérrez. / FRAN PALLERO
Foto: Fan Pallero

Como gran aficionado a la lucha canaria, el herreño Eligio Hernández Gutiérrez no se queda quieto en la arena cuando lo tumban. Tiende la mano al adversario y se levanta. Este prestigioso jurista y veterano político socialista fue fiscal general del Estado (1992-1994) con Felipe González y, antes, vocal del Consejo del Poder Judicial.

-¿Ahora qué? 
“Todavía no me he dado de baja como abogado. Ayudo a mi hijo en mi despacho profesional, en Las Palmas”. 

-¿Y de magistrado? 
“Como magistrado me jubilé anticipadamente”. 

-¡Entretenimiento no faltará para pasar el rato! 
“Algunas actividades”. 

-La Fundación Juan Negrín es una de ellas…
“Soy vicepresidente. Académico canario de la lengua, de Jurisprudencia y Legislación… No me aburro”. 

-¿La lucha canaria? 
“He sido vocal asesor de la Federación de Lucha, hasta las últimas elecciones”.  

-¡En la brega! 
“Me dedico a escribir artículos y a dar conferencias”. 

-Con la polémica en torno a los indultos hay material de sobra, para una tesis… 
“He escrito más de diez artículos discrepando de la dirección actual del PSOE”. 

-Desde la noble condición de viejo socialista… 
“Soy militante desde hace muchísimos años y sigo vinculado al Partido Socialista”. 

-A un católico de firmes convicciones religiosas y políticas, el pacto con el diablo le olerá a cuerno quemado… 
“Lógicamente. Me he opuesto al pacto con Unidas Podemos, Bildu y los independentistas catalanes”. 

-¡Menuda gracia! 
“Estos indultos son una desgracia. Llevo estudiando el asunto de Cataluña desde que era muy joven”. 

-¡Un hueso duro de roer!   
“Precisamente, hice mi tesina de licenciatura sobre el independentismo catalán”.  

-Los argumentos jurídicos de un ex fiscal general del Estado no serán caprichosos…   
“No son, por supuesto, una mera opinión personal”. 

-¿Qué pretende el presidente del Gobierno? 
“Él lo ha dicho, crear una situación de reconciliación y de concordia en Cataluña”.  

-¿Qué enseña la historia? 
“Demuestra que, cada vez que se les ha concedido algo a los nacionalistas, se crecen y empeoran la situación”. 

-¿Son insaciables? 
“Siempre quieren más”. 

-¿La carta de Oriol Junqueras es un as en la manga? 
“Me causa risa”. 

-El Estado de derecho les escuece a los golpistas… 
“No cabe invocar aquí el caso de Escocia”. 

-Fue una adhesión a la Corona, no una conquista… 
“Escocia había sido independiente y firmó el acta de adhesión en el año 1707”. 

-La autoconfusión… 
“No es el derecho de autodeterminación lo que se está planteando allí”. 

-Como el brexit, en lo que respecta al Reino Unido y la Unión Europea… 
“Igual. Sin embargo, a Texas y California no se les permite salirse de Estados Unidos. ¡Curiosamente!”. 

-En Alemania tampoco se andan con chiquitas… 
“El Tribunal Constitucional inadmitió una demanda con una motivación preciosa”. 

-Concluyente… 
“Que solo el pueblo alemán es dueño de la Constitución, por encima de lo que decidan los estados”.  

-Federación, confederación, autonomía y descentralización son conceptos que se diluyen en el pragmatismo… 
“Han puesto como ejemplo en España la confederación helvética, Suiza, que es cada día más una federación”.  

-Se vuelven locos afinando los cencerros de las vacas… 
“¡Un disparate!”. 

-¿Quebec? 
“¡Qué va! La ley de claridad no deja lugar a perversiones”.  

-¿Ha perdido el juicio quien sugiere que el Tribunal Supremo actúa por venganza? 
“Eso es gravísimo. Ya está habiendo alguna respuesta de militantes socialistas”. 

-¿El revanchismo coarta el debate interno? 
“El problema que tenemos los socialistas viejos es que no hay democracia interna”. 

-Con la expulsión del partido se arregla… 
[Risa reflexiva] “¡No creo! El código ético nos ampara”. 

-¿Acaso el diálogo amansa a las fieras? 
“No se puede razonar con un tigre cuando tienes tu cabeza dentro de su boca, dijo Winston Churchill”. 

-¿El nacionalismo canario prende fogaleras en el monte? 
“El nacionalismo canario predominante ha sido integrador, no separatista”. 

-Cuando se calientan, levantan cortinas de humo y no distinguen la reivindicación de la amenaza… 
“Bueno, eso forma parte de su naturaleza”. 

-La palabra España les produce urticaria. La sustituyen por “Estado español” y nacional, por “estatal”… 
“No ha habido nadie que haya defendido tanto el nombre de España como los republicanos socialistas”. 

-Benito Pérez Galdós recogió ese sentimiento en sus episódicas crónicas… 
“Fue jefe de la Conjunción Republicano Socialista empezando el siglo XX”. 

-Y diputado a Cortes por Gran Canaria… 
“Es el arquetipo del amor a España. Y Negrín se mostró irreductible frente a quienes atacaban la unidad nacional”. 

-¿Qué queda de aquel PSOE? Del de Felipe González, sin ir más lejos… 
“En la superficie, muy poquito. La militancia está secuestrada por el bonapartismo de Sánchez”. 

Biografía

La traición de Pedro Sánchez a la tradición del PSOE
El PSOE, haciendo gala de la “E” de Español desde su fundación, el 2 de mayo de 1879, ha defendido siempre a ultranza la unidad de España, y ha combatido políticamente, sin tregua, al nacionalismo secesionista. Todos los líderes socialistas más relevantes, sin excepción, se han caracterizado por el amor a España. Conviene recordárselo a los militantes socialistas por si lo han olvidado. La Conjunción Republicano-Socialista (CRS) fue una coalición electoral creada en 1909 por los partidos republicanos y el Partido Socialista Obrero Español.En las primeras elecciones a las que concurrió la Conjunción, Pablo Iglesias, fundador del PSOE y de la UGT, fue el primer socialista en las Cortes Generales de España, fue elegido en representación del movimiento obrero, y en las elecciones generales de 1910 fue elegido como miembro de la comisión Benito Pérez Galdós, “uno de los hacedores intelectuales del clima liberal enmarcado por las fechas 1876-1936” (Juan Marichal).

En la introducción de la primera edición que leí de los Episodios nacionales, decía Federico Carlos Sainz de Robles, cronista de la Villa y Corte: “Lope de Vega y Galdós son los dos genios españoles que más obsesivamente se entregaron a la ejemplar tarea de desvivirse por España. Tuvieron una exaltada fe única: España. Creyeron a pie juntillas que nada valía tanto como ser español. No pensaban sino en España. No hablaban sino de España. No se notaban inspirados sino por España. Disculparon fácilmente, cuando no encubrieron con ladino regocijo los males de España”. En boca de su personaje de la primera serie de los Episodios, Gabriel de Araceli, confiesa: “Cercano al sepulcro y considerándome el más inútil de los hombres, aún hace brotar las lágrimas de mis ojos el amor santo a la patria”, y el mismo personaje, en Trafalgar, al izar la bandera española en un buque de guerra, exclamó: “Todavía me emociono cuando veo la bandera de España”. Ya anciano y ciego, en su domicilio de la calle de Hilarión Eslava, de Madrid, le preguntaron si no admiraba a Francia y a Inglaterra, a lo que contestó: “Si, pero España, es que España”.

La eclosión patriótica del 2 de mayo de 1808 fue descrita por Benito Pérez Galdós con las siguientes palabras: “La campana de ese rebato glorioso no suena sino cuando son muchos los corazones dispuestos a palpitar en concordancia con su anhelante ritmo, y raras veces presenta la historia ejemplos como aquél, porque el sentimiento patrio no hace milagros sino cuando es una condensación colosal, una unidad sin discrepancias sin ningún género y, por lo tanto, una fuerza irresistible y superior a cuantos obstáculos pueden oponerle los recursos materiales, el genio militar y la muchedumbre de enemigos” (El 19 de marzo y el 2 de mayo, capítulo XXVI). La admiración de José Padrón Machín, mi maestro de tantas cosas, por Galdós le llevó a plagiar el título de sus Memorias, Memorias de otro desmemoriado, en las que expresa el mismo sentimiento español legado por Galdós: “Debo al ilustre maestro de nuestras letras el haber aprendido a amar a España y a conocer a sus hombres. Entiendo que todo hombre tiene dos patrias, la grande, España, y la chica, aquella donde se vio la luz primera. Trabajar por la patria chica es también hacerlo por la grande”.

En El Imparcial del 13 de mayo de 1910, Galdós escribió: “Voy a irme con Pablo Iglesias. Él y su partido son lo único serio, disciplinado, admirable, que hay en la España política. ¡Es por el socialismo por donde llega la a aurora!”. Pablo Iglesias escribió en 1899 en referencia al nacionalismo independentista y al federalismo: “Los obreros castellanos, los obreros de España, saben bien que en todas esas alharacas no hay una frase a favor de las clases oprimidas, sino miserables y egoístas intereses” (El Socialista, 20 de octubre de 1899). Fundó la UGT en el congreso obrero de Barcelona de 1888, pero trasladó su sede a Madrid para resaltar que era una organización obrera netamente española.

En noviembre de 1938, con ocasión del Consejo de Ministros celebrado en Pedralbes, Juan Negrín, presidente del Gobierno de la II República durante la guerra civil, ilustre científico, maestro de grandes maestros, afirmó, según refiere Julián Zugazagoitia: “No estoy haciendo la guerra contra Franco para que nos retoñe en Barcelona un separatismo estúpido y pueblerino. Estoy haciendo la guerra por España y para España, por su grandeza y para su grandeza. No hay más que una nación: ¡España! No se puede consentir esta sórdida y persistente campaña separatista y tiene que ser cortada de raíz si se quiere que yo siga dirigiendo la política del Gobierno, que es una política nacional. Nadie se interesa como yo por las peculiaridades de la tierra nativa. Amo entrañablemente todas las que se refieren a Canarias y no desprecio, sino que exalto, las que poseen otras regiones, pero por encima de todas ellas está España. Quien estorbe esa política nacional debe ser desplazado de su puesto. De otro modo, dejo el mío. Antes de consentir campañas nacionalistas que nos lleven a desmembraciones, que de ningún modo admito, cedería el paso a Franco. En punto a la integridad de España soy irreductible y la defenderé de los desafueros de los de adentro”. En otra ocasión le había dicho a Julián Zugazagoitia: “Lo que no perdono a nadie [se refería a otros gobernantes republicanos] es su indiferencia por la suerte de España”.

Frente a los que le criticaron su apoyo a la inclusión de España en el plan Marshall, que hizo público en una serie de tres artículos publicados en The New York Herald Tribune los primeros días de abril de 1948, exclamó: “Contra el caudillismo todo, contra España nada”. El papel histórico de Juan Negrín “se resume bajo el adjetivo y cualificación de patriota, en el sentido de sacrificarse, de esforzarse por contribuir al progreso económico, político, social y cultural de su país; Negrín fue un patriota en la paz, en la guerra y en el exilio, hasta su fallecimiento” (Ángel Viñas). Alfonso Guerra, el dirigente socialista que desde la presidencia de la Fundación Pablo Iglesias, reivindicó para España y para el PSOE la figura histórica de Juan Negrín, le ha dedicado al ilustre científico y estadista un capítulo, en su III libro de Memorias, bajo el significativo título de De Esbirro de Stalin a estadista y patriota.

Cuando, en 1901, el catedrático socialista Fernando de los Ríos llega a Barcelona, toma conciencia por primera vez del incipiente nacionalismo catalán, al que consideraba empobrecedor y perjudicial para Cataluña, y una “evolución regresiva” que marginaba los grandes temas europeos, y que, en lugar de aunar voluntades se proponía a alejar de si a los no nacionalistas. Ni siquiera su admirado Maragall, concluía don Fernando, “puede desconocer cuán estrecho es el cauce que ellos han abierto para que por él se deslice la vida la vida nacional, y cuán reñido está el nacionalismo con el espíritu moderno”. En el año 1932, Antonio Zugazagoitia, que fue, como lo han sido todos los socialistas, españoles antes que socialistas, dijo: “Español sobre todo, la República está subordinada a España. El izquierdismo español, solo ha de querer el auge y la grandeza de nuestra patria. Al socialismo español, solo caben dos opciones, o bien, pactar con el piojoso separatismo, sectario y reaccionario, o crear un grande y profunda conciencia española”.

En el discurso pronunciado en Cuenca el Primero de Mayo de 1936, Indalecio Prieto dijo lo siguiente: “A medida que la vida pasa por mí, yo, aunque internacionalista, me siento cada vez más profundamente español. Siento a España dentro de mi corazón y la llevo hasta en el tuétano mismo de mis huesos. Todas mis luchas, todos mis entusiasmos, todas mis energías, derrochadas con prodigalidad que quebrantó mi salud, los he consagrado a España. Mis dos grandes amores son el Partido Socialista y España, pero, si alguna vez hubiera contradicción entre ellos, que no deseo se produzca nunca, elegiría los intereses de España”. Largo Caballero, al finalizar la guerra civil, exclamó: “¡Y que nos hayamos embarcado con esta gente!”, en referencia a los nacionalistas independentistas.

En sus memorias, Cuando el tiempo nos alcanza, Alfonso Guerra escribe: “Daría media vida por proteger el derecho que tienen los nacionalistas a defender sus ideales, pero me reservo la otra media para poder combatirlos democráticamente”. Y recientemente ha recordado con evidencia que “el socialismo y nacionalismo son incompatibles”. Felipe González, en el mitin socialista de apoyo a Patxi López en Baracaldo, en referencia a las aspiraciones soberanistas de Cataluña, afirmó con rotundidad: “No habrá independencia en ningún territorio, en ninguno. Plantear el escenario de la independencia llevaría a la ciudadanía hacia una frustración peligrosa”. El expresidente González se mostró muy crítico con el “nacionalismo insolidario”, que, a su juicio, “infecta a Europa desde el siglo XX” y sentenció: “El derecho a decidir se debe dar dentro de las reglas de juego que hemos pactado”. Sostuvo que la actual situación de “emergencia” necesita de un pacto de Estado para “salir todos juntos”.

Enrique Barón, uno de los ministros socialistas más inteligentes y preparados que he conocido, primer presidente español del Parlamento Europeo, y, actualmente, presidente de la Unión de Europeístas y Federalistas de España, ha dicho: “El nacionalismo es una forma de pasión ciega que conduce a la sinrazón, y no es más que un anacronismo”.

Pedro Sánchez ha traicionado la tradición profundamente española del PSOE, con el apoyo de Iceta -que considera a España contra toda evidencia histórica y constitucional “nación de naciones”-, como Podemos, que se han alineado con lo que ha sido denominado, con acierto (Alfonso Guerra, Nicolás Sartorius y Félix Ovejero, entre otros intelectuales progresistas), “la deriva reaccionaria de la izquierda”, al haber propuesto y aprobado la resolución del 39º congreso del PSOE (“Proponemos una reforma constitucional federal que mantenga la unidad del Estado, perfeccionando el carácter plurinacional”) y, al humillarse indignamente ahora ante ERC, que no es de izquierdas, sino independentista y solo independentista (Francesc de Carreras) -unida a la derecha reaccionaria corrupta e independentista del racista Torras-, cediéndole en todo lo que le pide para lograr un Gobierno inviable.

Cumplo con mi deber de veterano socialista criticando a la dirección del PSOE, al que siempre he profesado una lealtad no acrítica ni genuflexa, siguiendo el ejemplo del ilustre socialista, el catedrático de Derecho Penal Luis Jiménez de Asúa, ponente de la Constitución Republicana de 1932, y el más grande penalista de la Europa contemporánea, fallecido en el exilio bonaerense: “El auténtico político no es el que pone su vela al viento de la opinión pública. sino el que es capaz de decirle al pueblo: no tienes razón”.

(Eligio Hernández Gutiérrez, militante socialista)

Palabras pronunciadas por Eligio Hernández en el acto de entrega de los premios a la trayectoria deportiva en los juegos y deportes autóctonos tradicionales de Canarias, en el auditorio Capitol de Tacoronte:

Señores presidente del Gobierno de Canarias, consejeros de Cultura y Deportes, y director general de Deportes:

Es para mí un honor expresar el agradecimiento en nombre de todos los premiados a quienes nos han propuesto y seleccionado para la concesión de los premios a la trayectoria deportiva en los juegos y deportes autóctonos tradicionales de Canarias. Ningún otro premio, condecoración o distinción que se nos haya concedido o se nos conceda, nos podrán honrar y satisfacer más que éstos porque encarnan las virtudes y los valores de nobleza e hidalguía ancestrales del pueblo canario, y en mi caso, de mi isla del Hierro y de mi familia, especialmente de mi padre, uno de los íconos del arte puro de la lucha canaria herreña, y de mi bisabuelo materno, maestro del juego del palo de jóvenes herreños. La hidalguía (sinónimo de caballero noble y generoso) y la nobleza del deportista autóctono canario es mucho más profunda y de mayor grandeza que la del caballero medieval o que la de la nobleza aristocrática. Nuestro linaje es el del humilde campesino, que para ser un verdadero caballero, como dijo Cervantes en boca del Quijote, tiene que seguir el camino de la virtud, el de la más importante, que es la nobleza. “Haz gala Sancho de la humildad de tu linaje y no te desprecies de decir que vienes de labradores”, le dijo don Quijote a Sancho. La hidalguía de linaje campesino es la que destaca Cervantes en el inicio de el Quijote: “En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, flaco rocín y galgo corredor”.

Nuestro más insigne escritor y periodista Leoncio Rodríguez, en el año 1920, definió con pasmosa exactitud la hidalguía y nobleza de la Lucha Canaria: “Debe ser nuestro deporte por excelencia, por su arte, su plasticidad, y su intensa emoción”, añadiendo estas hermosas palabras: “La lucha canaria es la fuerza al servicio del ingenio del combatiente, la hidalguía del vencedor con el vencido, la sutileza y la bravura, el combate duro sin sangre, y, tras el combate, la mano que se tiende generosa y caballeresca para levantar al caído y darle el abrazo de paz y fraternidad como remate triunfal. Y nuestro relevante poeta Pedro García Cabrera, dedica al vencido su poema a la lucha canaria, del que destacó: “Hay derrotas, que vuelan como las aves, que en vez de caer en tierra, remontan en el aire”, y la hidalguía del linaje campesino: “campesina es mi raíz pero mi traza es de hidalgo”. No hay lucha en el mundo que glorifique al vencido, al que hay que levantar y abrazar como mandato sagrado de los guanches, ni una lucha, que siendo dura, en la que se prohíbe cualquier constreñimiento físico y la violencia, es a la vez arte y cultura, y ciencia, me observó un famoso luchador, ya que hay que estudiar la maña que puede derribar al adversario.

He proclamado sin complejos y con orgullo, sin que nadie se escandalizara y me refutara, en foros nacionales e internacionales de pueblos amantes de sus tradiciones, como el vasco, el japonés y el coreano, y proclamo hoy una vez más ante el pueblo canario, ante los deportistas autóctonos premiados y ante presidente del gobierno de Canarias, que nuestros milenarios y olímpicos juegos y deportes autóctonos tradicionales de Canarias constituyen uno de los patrimonios etnográficos más importantes, si no el más importante, del mundo. Nuestro principal indigenista Bethencourt Alfonso, ha escrito en su Historia del pueblo guanche que los guanches celebraban en diferentes épocas del año los Juegos Beñesmares, comparables a los juegos olímpicos helenísticos, en los que se pactaba la paz, y se exhibían la lucha canaria y los juegos y deportes autóctonos tradicionales, que no tuvieron un Homero que los cantara. La ley guanche obligaba a practicar la gimnástica, la educación física, que llevó a Bethencourt Afonso a calificar la raza guanche como una de las más hermosas de la Humanidad. Nadie ha podido explicar , como nos inquirió José Padrón Machín, “porqué Grecia y Roma, las dos grandes culturas de la Humanidad, cuando celebraban una lucha entre dos personas era para derramar sangre-¡cuánta sangre se vertió en el Coliseo romano! y matar al adversario , y porqué un pueblo aborigen, primitivo, que no conocía la escritura, ni la navegación, ni los metales, que habitaba en siete islas situadas al lado del continente africano, cuando organizaban una lucha entre dos guanches se prohibía la violencia y, al derribar al adversario, se le levantaba y abrazaba noblemente”.

Hace ahora 41 años que, como vicepresidente de la Federación de Lucha de Gran Canaria, presidida por Orlando Sánchez, me propuse iniciar el proceso para el logro de la autonomía federativa de la lucha canaria, que dependía de la Federación Española de Lucha. Fue una lucha dura, con enfrentamientos debidos al denostado pleito insular, superados ente nosotros, como no podía ser de otra manera entre luchadores canarios, con un abrazo fraternal. Dicho proceso culminó con la aprobación en el Parlamento Español de una Proposición no de Ley, de cuya redacción fui coautor, de creación de la Federación Nacional de Lucha Canaria en julio de 1980, anterior a la entrada en vigor de la Constitución de 1978, y con el Decreto 433/1983, de 2 de diciembre, del Gobierno de Canarias, de creación de la Federación de Lucha Canaria, que redacté para su firma por el entonces Consejero de Cultura. La Federación de Luchas actual ha hecho alegaciones al anteproyecto de Ley del Deporte de Canarias, pendiente del trámite parlamentario, en el sentido de que este Decreto fundacional ya ha cumplido su misión histórica y necesita ser modificado y perfeccionado, elevando su rango normativo, para lo cual se debe contener en esta Ley una Disposición Final que establezca: “El Gobierno elaborará un reglamento específico en el que se establezca el régimen jurídico de los juegos y deportes autóctonos y tradicionales de Canarias, así como el desarrollo de los aspectos culturales, sociales, económicos, y educativos de los mismos”. Confiamos en el director general de Deportes y en el de Patrimonio Cultural, artífice de la declaración de bien de interés cultural de la lucha Canaria, que dirigen con encomiable acierto los destinosde los juegos y deportes autóctonos tradicionales de Canarias, para que coloquen a éstos a la altura que merece el pueblo canario.

No puedo terminar mis palabras sin tributar un homenaje y emocionado recuerdo a Pedro Molina, arquetipo del hidalgo campesino canario, noble como el Quijote y astuto e inteligente como Sancho, y felicitar a quien ha sido premiado con el premio que lleva su nombre. La lucha Canaria y los deportes autóctonos tradicionales de Canarias no morirán nunca, aunque atraviesen épocas de declive, porque está en los veneros del pueblo, y mientras el Teide ondee en el Atlántico, como dijo el poeta Manuel Verdugo.

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