Tenerife lleva varios meses sin poder revertir la situación epidemiológica que coloca a la Isla en el único lugar donde la pandemia no remite. Hace unas semanas se bajó a 50 casos a los 7 días. Sin embargo, coincidiendo con el fin del estado de alarma, en parte por la propia fatiga pandémica y por el avance de la vacunación, la Isla volvió a superar los 68 casos y la cifra a 14 días se dispara a 118. Parece que no hay forma de regresar a la nueva normalidad, al no poder controlar los nuevos contagios. Frenar el avance de la COVID se ha convertido en una misión imposible. La Administración responsabiliza a la sociedad tinerfeña por incumplir las normas y las cuarentenas, sin hacer autocrítica de su inacción.
El presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, descartó ayer que haya un mayor incivismo por parte de la población en contraposición con otras islas y destacó que “ningún especialista” le ha dado “una respuesta clara y concisa”, ni el Servicio Canario de la Salud “sabe qué ocurre” con los contagios en Tenerife, por lo que pidió “acelerar y reforzar la vacunación” en las próximas semanas, al considerar que “es la única manera de luchar” contra esta situación”. En lugar de “mirarse el ombligo”, el Cabildo ofrece más instalaciones para agilizar la vacunación”, como el Pabellón Santiago Martín.
Por su parte, el director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Conrado Domínguez, mostró ayer en Canarias Radio su preocupación por esta situación, y aseguró que “estudiaremos el informe de la evolución epidemiológica, y en particular el de Tenerife, con un análisis específico de su situación. Creemos que hay que reforzar las medidas antiCOVID que están vigentes y mantener el esfuerzo para incrementar la capacidad de inmunización con las vacunas”.
Los especialistas valoran que los contagios se producen “en brotes muy asociados a reuniones sociales y familiares, siguiendo el patrón de la mayoría de Canarias, pero el nivel de casos que se detectan diariamente nos preocupa. Evidentemente nos hará repensar si alguna de las cuestiones que están sobre la mesa hay que modificarla, hay que incrementarla o hacer otras intervenciones sanitarias”. “Estamos viendo cómo podemos atajarlo, por lo que nos jugamos todos y porque Canarias esté en una buena situación”.
Domínguez aseguró que se están poniendo “los recursos necesarios” para revertir la situación y que “los rastreadores trabajan de manera importante. Nuestra comunidad es de las que mejor índice de trazabilidad tiene y, en Tenerife, se sigue reforzando su número, incluso participando rastreadores asignados a otras islas”, por lo que consideró “vital para bajar la incidencia la responsabilidad individual y el cumplimiento de las cuarentenas”. En este último punto, dijo que es “una de las cuestiones en las que estamos vigilantes”, y destacó la colaboración de las policías Local y Autonómica.
Por otro lado, Guillermo de la Barreda, de la Asociación para la Defensa de la Salud Pública en Canarias, incidió al DIARIO que los incumplimientos por parte de la sociedad son una parte importante. “El Gobierno ha reconocido que la población no está cumpliendo y guardando las medidas”, quizás por “una cierta sensación de impunidad”, pero también expuso que “hay un problema de mala gestión de la pandemia” y de falta de personal: “Si no tenemos el número de rastreadores suficientes, si no tenemos planes de trazabilidad por falta de personal o si no estamos controlando los confinamientos domiciliarios, los datos seguirán siendo peores. No se les ha dotado de los medios necesarios”. Ya denunció que a los contactos estrechos se les recomendaba quedarse en casa durante varios días “esperando por una prueba PCR” que no llegaba o lo hacía 10 días después “mientras en Gran Canaria no tardaban más de 48 horas en hacerla”.
De la Barreda insistió en poner soluciones más drásticas ante la inminente llegada del verano, ya que, “si seguimos a este ritmo, en las próximas semanas es posible que lleguemos al nivel 3. No podemos cometer el mismo error que el verano pasado cuando abrimos la mano y se dispararon los casos”. “Actualmente, el mayor riesgo está en los menores de 40 años, y no están vacunados”. Recordó que Santa Cruz de Tenerife está entre las ciudades con peores índices y mayores contagios de España y exigió el cierre a las 21.00 horas de todos los lugares públicos de reunión para hacer botellón. Por último, recalcó que también incumple el turismo que nos visita, “y solo hay que verlos pasear sin mascarilla”. Por tanto, exigió mantener la vigilancia y los “PCR o test de antígenos a la llegada”.
Por su parte, el catedrático de Parasitología de la ULL, Basilio Valladares, reconoció que desconoce “que es lo que está pasando” en Tenerife. “Se intuye que es debido al reparto de la población diferente a Gran Canaria, que es más concentrada y eso favorece el control, mientras que aquí es más dispersa y “los contagios se extienden a casi todos los municipios por la movilidad”. Recordó que en Tenerife son múltiples reuniones familiares y de amigos, o en menor medida en el ámbito laboral, donde están originándose los casos. Llevamos un mes que no logramos dar el vuelco a la situación, pese a que la vacunación va en aumento y debería suponer su bajada”. Por tanto, se cuestionó si la inoculación “está ayudando a contener una oleada de contagios”, por lo que abogó por “acelerar” la inmunización y “aplicar restricciones más estrictas”.
Mientras, el director del Instituto de Enfermedades Tropicales de la ULL, Jacob Lorenzo, señaló que no es posible que en el resto del Archipiélago “estamos viendo la luz al final del túnel” y en Tenerife no se reconduzca la situación. “En todas las Islas se llevan a cabo reuniones familiares y de amigos, que son la principal vía de transmisión”, por lo que “no sabemos a ciencia cierta qué ocurre”. Recordó que “no hay que bajar la guardia ante las nuevas variantes” emergentes y para ello “hay que ganar la carrera de vacunación, consiguiendo el objetivo lo antes posible para evitar nuevas amenazas como es la variante de la India”.
El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, que se mostró en ocasiones crítico con la gestión de la pandemia por parte del Gobierno, hizo un llamamiento a la ciudadanía para que “sigamos manteniendo una actitud preventiva y cumpliendo las restricciones sanitarias a falta de poco para logra la inmunización. Estamos llegando al final y ahora no podemos dar marcha atrás, tenemos que seguir llevando una actitud vigilante, preventiva, observando y cumpliendo todas las restricciones que se sigan estableciendo. No hay que bajar la guardia en unos momentos”.
En la misma línea, el regidor de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, también se manifestó “preocupado” al ver que Tenerife “sigue estancada”. Percibe cierta “relajación en las medidas de prevención” coincidiendo con el fin del estado de alarma, en parte por la fatiga pandémica, pero también por el avance de la campaña de vacunación, “que nos da una falsa sensación de seguridad. No olvidemos que aún queda un porcentaje de la población que no está inmunizada. Si queremos recuperarnos cuanto antes de esta crisis, tenemos que hacer un último esfuerzo para lograr reducir los contagios”.