gastronomía

Tadashi Tagami, un chef en plena forma en el centro de Santa Cruz

Tadashi Tagami, chef del restaurante que lleva su nombre, Tagami, ubicado en el centro de Santa Cruz, ha encontrado en una antigua casa colonial un lugar donde ofrecer su cocina nikkei y oriental.

Tadashi Tagami, propietario y chef del restaurante que lleva su nombre,Tagami, ubicado en la calle peatonal Nicolás Estévanez del centro de Santa Cruz, ha encontrado en una antigua casa colonial que ha reformado, un lugar donde ofrecer la cocina que tiene en mente con el mejor producto del mercado y elaborado con talento y conocimiento de las técnicas de fusión nikkei y oriental. Seguramente a nadie se le escapa quién es Tagami. Su nombre está vinculado a los proyectos Kazan, donde permaneció cuando el establacimiento contaba con una estrella Michelin, y luego en el Abikore, en el núcleo pesquero de Santa Cruz, debajo de La Posada del Pez.

Chef inquieto, Tagami, de origen peruano con padre japonés y de unos 30 años de edad, llegó a las Islas en 2012, tras un periodo de trabajo en el restaurante Le Calandre, en Padua (Italia) con el chef Maximiliano Alajmo. Tras su paso por los establecimientos citados anteriormente, decidió abrir su propio restaurante en junio del 2020 e iniciar un proyecto gastronómico más personal en una casona antigua de la capital.

El restaurante, propiedad al 50% del sumiller Iago Modino y Tagami, está ubicado en una casona de tres plantas con ascensor. Comedor hay en las dos primeras plantas que están comunicadas por un ascensor. La primera planta es usada como reservado, tal y como ocurrió días atrás con un almuerzo de la marca francesa de champagne Taittinger, cuyo director general Clovis Taittinger, estuvo presente para promocionar sus productos.

Tagami, para esta ocasión, comenzó su propuestas con unas sabrosas croquetas de cigala a las que siguió la buena materia prima del atún toro acompañado del potente sabor del hígado de rape.

El chef demuestra sus habilidades con el tartar de atún, tuétano y huevo frito o un ceviche de pargo con calamares y canchita. Las cocochas de merluza las reserva para una perfecta tempura que precede a una reinterpretación de la cazuela de rape, que llega potente de sabor y con su toque picante, y a pesar de la ola de calor que había en estos momentos en Santa Cruz. Los postres no se quedan atrás de la buena línea que se han marcado para este restaurante: Tarta de queso y tatin de manzana. Y como no podía ser de otra manera, armonizados con Taittinger Prelude Grand Crus.

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