
La edición número 40 de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCO, es excepcional por varias razones. La principal, y la causa de las restantes, la pandemia, que ha llevado a trasladar sus fechas a julio, en vez de las habituales de febrero, pero también a reducir el aforo a la mitad en el Ifema y a que solo participen 130 galerías, en lugar, por ejemplo, de las 209 que lo hicieron en 2020.
Pero al margen de la incertidumbre que afecta a todos, esta atípica edición tiene algo de al mal tiempo buena cara, de buscar la normalidad en un tiempo nada normal y de no romper ese hilo de continuidad de una feria surgida en 1982. No en vano, ARCOMadrid es la única gran feria internacional de arte que no ha tenido que suspenderse por culpa de la COVID-19.
Entre esas 130 galerías se encuentra, una edición más, y así desde 1982, Leyendecker, el espacio para el arte que dirigen Ángel Luis de la Cruz y Lele H. Colomer en la capital tinerfeña. Esta vez ha acudido con obras de una decena de artistas: Ángel Otero, Richard Mosse, Kennedy Yanko, Basil Kincaid, José Lerma, Lilly Lulay, Francisco Rodríguez, Erin O’Keefe, Alberto Borea y G. T. Pellizzi.
“Este año, entre el miércoles y el viernes, el acceso a la feria es por invitación y luego, el sábado y el domingo, para todo el público”, explicaba ayer desde Madrid, en la jornada inaugural, Ángel Luis de la Cruz. “No sé si eso es positivo o negativo. A mí me parece que de esta manera se ve la feria con más tranquilidad”, apostilló. “Aunque es cierto que quizás dedicándole un día más al público se contribuye mejor a hacer cantera, uno los objetivos que siempre ha tenido ARCOMadrid”.
Precisamente, al echar la vista atrás, Ángel Luis de la Cruz hace hincapié en esa función: “ARCO ha servido para enseñar el mundo del arte en España. La feria ha dado mucho más de lo que ha recibido y ha sido una escuela magnífica para las galerías”. El responsable de Leyendecker recuerda perfectamente el primer día de la primera edición de la feria, en 1982: “Me acuerdo del estand, de los artistas canarios con los que participamos y hasta de la ropa que llevaba puesta”.
Con motivo de estas 40 ediciones y otras tantas presencias de Leyendecker en ARCOMadrid, la galería tinerfeña ha editado un pequeño catálogo que lleva por título Vocación, “que es lo que ha movido a esta galería toda la vida”, detalló Ángel Luis de la Cruz. “Aquí no se está para ganar dinero, eso viene después. Cuando te dedicas a esto es porque te gusta. En esa época nadie decía: ‘Quiero hacerme rico, voy a abrir una galería de arte’. Hoy sí que se da ese caso, pero, claro, es gente con otro criterio, con otra manera de ver las cosas y, por supuesto, con otra forma de relacionarse con los artistas”.
Maribel López (ARCO): “Celebramos esta edición para ayudar a las galerías”
Europa Press
La directora de ARCO, Maribel López, asegura que la celebración en Ifema Madrid de esta edición excepcional de la feria en julio es una “oportunidad” para las galerías de “generar negocios, encuentros y visibilidad” y ha salido adelante para “ayudarlas”. Ante las dudas de algunos galeristas respecto a la idoneidad de celebrar la edición en estas fechas, López recuerda que no se trata de un pensamiento unánime -“no todos piensan así”- y que es una decisión consensuada.
“Porque los coleccionistas nos decían que querían venir, porque teníamos apoyo de los coleccionistas locales y porque también había una serie de galerías que decían ‘si se puede, ARCO debe hacerse’, todo eso ha hecho que lo hagamos”, señala.
López reconoce que desde la dirección de la feria son “conscientes” de que es un “momento particular” debido a la pandemia de coronavirus, pero ha pedido “esperar al domingo” -día en que concluye la feria- para realizar los análisis. “El mundo del arte es muy particular”, agrega.
La directora de ARCO remarca que para esta edición se han ofrecido “condiciones excepcionales” para las galerías participantes -con descuentos del 30% en el programa general para los estands y del 15% en Opening- y puntualiza que no se trata de una feria “de transición”. “No está hecha a medias”, insiste.
López sí cree que en estos cinco días de feria habrá menos visitantes de los previstos -contando ya las restricciones sanitarias, que permiten hasta un máximo de 40.000 personas diarias-, tanto por el calor como por las fechas vacacionales.
“Va a haber menos visitantes, aunque soy optimista. Por ejemplo, los estudiantes son un público muy importante y ya muchos no están por estas fechas, por lo que eso se va a notar. También sabíamos que con más días profesionales, reequilibrábamos esto. Pero el año que viene todas esas personas tienen que volver”, afirma.
Casi 250 coleccionistas invitados harán su desembarco estos días en ARCO y esto sirve a López para afrontar la cita con el “ánimo muy bueno”. “Las galerías hacen muy bien su trabajo y esa complicidad es muy real: este martes ya me dijeron que habían vendido”, concluye.