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No hay amor suficiente en el Frente del REF

El debate, un poco repetitivo, se llenó ayer de críticas entre la oposición y los socialistas, con un Torres optimista sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con el Estado
Foto: Rafa Avero

Cuando los periodistas escribimos algo que nos ha quedado razonablemente bien, a veces lo subimos a nuestras redes sociales. Luego, a lo largo del día, podemos ver qué valoración hace la gente. Ese pequeño acto de vanidad es también una fuente de sorpresas: yo le hice hace unos años una entrevista al escritor cubano Leonardo Padura que me parecía bastante completa y no la compartió prácticamente ni dios. Aún me pregunto por qué. No me extrañaría, sin embargo, que nadie se leyera este texto sobre el debate parlamentario que hubo ayer en torno al Régimen Económico y Fiscal. Y es que la decisión de los socialistas canarios de formar parte del ‘Frente para la Liberación’ del REF, ‘secuestrado’ por la decisión unilateral del Gobierno central de no respetar el diferencial favorable del 80% para Canarias en los límites a las deducciones de las producciones cinematográficas, obliga a compartir la épica de la lucha, ya no en manos del comandante Fernando Clavijo, escondido en los pasadizos secretos de La Laguna entre golpe y golpe, sino en las de todos los partidos, enredados ahora en un debate de procedimientos y modulaciones. Y no está la gente para detalles. “¿Y usted qué piensa? El recurso de inconstitucionalidad a la reforma del REF, ¿lo presentamos ahora o después de la Comisión Bilateral?” “Pues mire, no sé. ¿Pero no tendrá usted por ahí una caja de Tranxilium?”

Tampoco debió entusiasmar demasiado el debate a sus señorías. Pues cuando había pasado una hora, ya había algunos merodeando por los pasillos o enfrascados en sus dispositivos móviles, como si calor de la calle hubiera mutado en sopor parlamentario. Y eso que Vidina Espino anunció ayer su renuncia a la militancia en Cs por el voto de favorable del partido, a nivel estatal, al proyecto de Ley que contenía la polémica reforma del REF. “Por coherencia”, dijo, recordando que su expartido se había comprometido a defender el llamado “fuero canario”. Sus ya excompañeros dicen, sin embargo, que se marcha porque la iban a relevar como portavoz parlamentaria. Y algunos diputados, como Nayra Alemán, del PSOE, le decían en Twitter que lo “coherente” era devolver el acta. Aún no ha dicho públicamente qué hará, pero el camino de la diputada no adscrita es duro, aunque conserve el sueldo: apenas supone visibilidad. Antes de difuminarse parlamentariamente, les recriminó a los socialistas que sus diputados votaran a favor de la reforma del REF en el Congreso.

En esas aguas se mueve también la presidenta del PP, Australia Navarro, que acusaba ayer a los socialistas canarios de “postureo para limpiar conciencias” por votar una cosa en Canarias y otra en Madrid. No se le conoce al PP ninguna ruptura significativa en la disciplina de voto más allá de Celia Villalbos apoyando la Ley del Aborto o el matrimonio igualitario. Tampoco de los diputados canarios, que votaron los presupuestos de Mariano Rajoy a pesar de que se ventilaban partidas contra la pobreza o el convenio de carreteras, como le recordaban ayer los socialistas.

CC está, por ahora, un poco descolocada, recreándose en esas frases donde conviven la grandilocuencia y la obviedad: “Se rindió antes de dar la batalla”, le decía José Miguel Barragán al presidente Torres. “Esto no va de la relación de Ángel Víctor Torres con Pedro Sánchez, va de las relaciones Canarias-Estado”. Y segundo, porque los socialistas han encontrado un dato que les resta credibilidad: el año y pico que Canarias estuvo con el diferencial por debajo del 80% por un cambio unilateral del Ejecutivo de Rajoy. Entonces, CC gobernaba Canarias con el apoyo del PP y no dijo nada. “¿Y ahora es una cuestión de Estado?”, les reprochaba con esa ironía irreverente y un poco pistolera que se gasta el portavoz socialista Iñaki Lavandera.

Torres se puso a relatar, un poco plúmbeo, cómo han sido los meses de desencuentro con el Gobierno central por este tema y cómo han conseguido que los límites a las deducciones sean de 12,4 millones para las películas hechas en Canarias frente a los 10 de la península -un 24% de diferencial favorable-, pero afirmando que no es suficiente. “El único acuerdo político posible es que se reponga el 80%”, afirmaba con la esperanza de que la Comisión Bilateral Canarias-Estado dé lugar a un acuerdo. “Se va a llegar a un acuerdo, se tiene que llegar a un acuerdo”, decía. Aunque necesita fecha, porque el Estado aún no ha dado respuesta. Y cada día que pasa, la presión aumenta. Si en la Comisión no se arreglan las cosas, habrá que ir a los tribunales, afirmó. Aunque tanto él como Casimiro Curbelo, de ASG, ya tenían bien claro que la vía es el arreglo político. En el REF, los límites a las deducciones en las producciones cinematográficas se marcan en cantidades -5.4, 12.4, la que se determine- y el 80% es un criterio ‘histórico’, no un requisito legal, según reconocen fuentes jurídicas.
El recurso al Constitucional debe presentarse pronto, decían Espino y Barragán. Para el diputado nacionalista, lo recurrible no es el incumplimiento del 80%, sino que las Cortes aprobaran la modificación del REF pese a que el Parlamento canario se manifestó en contra.

Por el momento, parece que Gobierno salva la unidad, a pesar de que los guiños de CC al vicepresidente, Román Rodríguez, pidiéndole que llevara él la negociación con el Estado. Pero Rodríguez se pasó ayer casi todo el pleno mirando en dirección opuesta a la tribuna, que vaya usted a saber qué significa. El portavoz de NC, Luis Campos, reconoció un cierto mérito a los socialistas canarios por plantarse ante el Gobierno de Sánchez, aunque no les ‘compró’ el argumento de que, mientras recuperamos el 80%, los 12,4 millones de ahora no están tan mal. El portavoz de Sí Podemos Canarias, Francisco Déniz, advirtió de que, quizá, esas grandes deducciones atraigan megaproducciones que copen todo el mercado. Al fin y al cabo, el límite de ayudas que marca Europa para Canarias es de 50 millones, como recordaba Iñaki Lavandera. Luego, Rosa Dávila, de CC, pidió el turno y dijo que Torres había estado “deplorable”. Hubo tensión. Hablaron. Se fueron todos a comer. Y a la tarde, hubo preguntas al Gobierno, pero yo ya estaba viéndolo desde casa, incapaz de distinguir si había épica o sopor.

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