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Misael Pulido Acosta: poesía de la experiencia compartida

El poeta palmero, profesor de inglés en el IES Guaza de Arona, presenta el día 25 en la Casa de la Cultura de Tazacorte su obra más reciente: 'En un momento de nuestras vidas'
Misael Pulido Acosta (Tazacorte, La Palma, 1966). / DA

“Mi poesía se dirige hacia todas las personas, porque, de una u otra manera, todos sentimos las emociones que están impregnadas en las palabras a las que intento dar forma”. Misael Pulido Acosta (Tazacorte, La Palma, 1966) alude de este modo a buena parte de su obra poética, en la que pone voz a una experiencia personal, íntima, pero a la vez transferible, compartida.

El escritor y filólogo palmero, que en la actualidad ejerce como profesor de inglés en el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Guaza, en el municipio tinerfeño de Arona, acaba de publicar En un momento de nuestras vidas (Ediciones Alternativas), un nuevo poemario que presentará justo dentro de una semana, el 25 de agosto, en la Casa de la Cultura de Tazacorte, a partir de las 20.00 horas.

EL AQUÍ Y EL AHORA

El prólogo de este volumen ha corrido a cargo de Nelson Díaz Frías, escritor, historiador y magistrado juez decano del Partido Judicial de Arona, mientras que la portada es obra de la artista Pilar Pérez Riverol.

En un momento de nuestras vidas reúne una treintena de poemas que se han ido fraguando en los últimos dos o tres años. Unos versos que, como su título y su propio autor explican, se detienen en momentos precisos de la existencia, instantes de tristeza y también de felicidad. Y pese a la certidumbre de que ese momento final de nuestras vidas es el que “nos iguala”, porque “nacemos y nos vamos” de la misma manera, la poesía de Misael Pulido también se convierte, precisamente por esa idea de finitud, en un canto a la vida, “a vivir el momento presente”: “Amo a las personas que aman la vida,/ siento el amor en todo lo que me rodea,/ no voy a elevar la voz antes de mi partida, en silencio me voy por la avenida del olvido“, escribe el poeta palmero en los cuatro primero versos que conforman La última palabra, el poema que cierra En un momento de nuestras vidas.

EL PRINCIPIO

El comienzo de la aventura poética de Misael Pulido Acosta bien podría situarse en 1992, a partir de la publicación de Tazacorte, un pueblo, un mar, un amor. Se trata de una obra que hunde sus raíces en la poesía naturalista, en una evocación del paisaje de su tierra natal.

No obstante, y aunque no ha abandonado del todo esa vertiente en su escritura, y Poemas en mi Villa y Puerto de Tazacorte (2008) es un ejemplo de ello, ahora sus versos se adentran mucho más en esa faceta intimista, experiencial, que se alimenta de todo cuanto vive, de todo cuanto siente. El significado de la vida (1997), En Cuerpo y Alma (2002) o Ciclos en mi interior (2007) dan muestra de esta querencia por la reflexión, mientras que en una obra como Entre tú y yo (2006) el poeta escribe del amor, de la pasión, del erotismo.

Portada del poemario ‘En un momento de nuestras vidas’, de Misael Pulido Acosta. / DA

REFERENCIAS

Cuando se le pregunta a Misael Pulido por referencias literarias, su respuesta se fundamenta tanto desde la perspectiva del lector/poeta como desde la de filólogo. La literatura anglosajona ocupa un lugar de privilegio y, dentro de ella, menciona a autores de la Generación Beat como Allen Ginsberg o Jack Kerouac, entre los que incluso llega a hallar “pequeñas influencias” en su propia obra, especialmente en cuanto al uso de un lenguaje crudo, “un vocabulario fuerte”, para expresar sentimientos sobre el papel, pero especialmente menciona a escritores que desplegaron una poesía naturalista, como el también estadounidense Robert Frost.

Los versos del poeta palmero van tomando forma lentamente: “No hay momentos concretos en el día dedicados a escribir. Puedo estar uno o dos meses trabajando con tres o cuatro poemas, reflexionando, cambiando las palabras, la estructura, hasta que los doy casi por terminados”, explica. “Además, cuento con dos buenos amigos, filólogos también, que son los primeros en leerlos. De ellos recojo sus impresiones y sus sugerencias”. “No se trata solo de que seis ojos vean más que dos, que también, sino que el propio proceso de que otras personas conozcan mis poesías antes de publicarlas resulta muy enriquecedor. Para ellas y para mí”, concluye.

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