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Pablo Martín: “La campaña ‘los charcos no se tocan’ la inicié de un modo espontáneo y va por 11.000 firmas”

Este joven tinerfeño ha iniciado una campaña ciudadana contra el Plan Director de los Charcos de Marea, de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, que pretende hacer más accesibles estos espacios al turismo
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Los charcos no se tocan es el lema de la iniciativa impulsada por un joven canario, Pablo Martín, biólogo marino, especializado en biodiversidad y conservación, a través de la plataforma change.org para preservar estos espacios naturales únicos y de gran riqueza natural que existen en las Islas.


Una iniciativa con la que ya se han conseguido 11.000 firmas y que nació a raíz del Plan Director de los Charcos de Marea, de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, dotado con 30 millones de euros, para hacerlos más accesibles y darles más visibilidad turística.


El Gobierno regional cifra en 492 los charcos que hay en el Archipiélago, de los cuales se trata de hacer más accesibles a 117: 61 en Tenerife, 18 en Fuerteventura, 11 en Lanzarote, 10 en Gran Canaria, 8 en La Palma, 8 en El Hierro y 1 en La Gomera.


Esto ha sentado como un jarro de agua fría entre miles de canarios, y en el seno de la comunidad científica; se oponen a que estas piscinas naturales sufran el impacto del turismo

– ¿Cómo se planteó promover esta campaña?

“Salió de forma espontánea. No esperaba este revuelo. Hice unas publicaciones para los pocos seguidores que tenía en las redes sociales en ese momento y en poco tiempo se había compartido por todos lados. Al ver esa demanda de apoyo y de información hice un vídeo, en casa, que no esperaba que llegara a tanta gente, pero ya suma más de 120.000 reproducciones. Y a raíz de esto surgió la petición de firmas”.


-¿Cuántas firmas espera lograr?
“Esto nació sin un objetivo concreto de firmas, pero cuantas más logremos mejor. Va a un ritmo rápido, pero imagino que a medida que pase el tiempo, el ritmo descenderá y entonces iremos a presentarlas. Además, me han escrito desde el área de Turismo del Gobierno de Canarias para concretar una reunión. En cuanto sepa más información la iré compartiéndolo en las redes, pero esto ya es un paso”.


-¿Qué impacto tendría este plan del Gobierno?
“Soy amante de los charcos y no conozco los 61 que dicen que quieren hacer más accesibles en Tenerife. Creo que van a por todos, así que no va a quedar ni uno libre. Cuanto más accesible es un sitio, más visitas recibe. Es así y ya se ha comprobado que algunos menos accesibles están viéndose afectados por la continua presencia de la gente y por personas que no saben disfrutar de la naturaleza. Además hay algunos charcos que son muy peligrosos y que hay que conocer las mareas para poder meterse”.

-¿De qué forma afectaría esta decisión a la flora y la fauna de estos espacios naturales?
“Con un gesto tan sencillo como pisar las rocas en las que hay algas ya se deteriora el medio. No es lo mismo que pisen una roca 10 personas en una semana, a que lo hagan 200 en un día. El propio pisar ha provocado la disminución de las algas y estas son la base de alimento de muchas especies de peces que viven en estos charcos. Así se impide que el ecosistema se mantenga. Hablamos de las colillas que mucha gente deja. Una sola puede contaminar entre ocho y 10 litros de agua. También hay que tener en cuenta los protectores solares que alteran muchísimo la calidad del agua, además del propio cambio climático. Estudios de la Universidad de La Laguna demuestran que se están perdiendo especies y una mayor presión del ser humano afectaría mucho más”.

¿Qué opinión le merece la inversión de este plan?
“Me encantaría leer que esos 30 millones de euros se van a destinar a medidas de conservación o de divulgación. O incluso a mejorar las infraestructuras locales, porque al final, las zonas turísticas son las que se llevan más inversión. O hacernos cargo de la pobreza que hay en Canarias. Lo veo una exageración para lo que quieren hacer y mucha gente nos oponemos. Con menos de un millón de euros podrían financiar muchos estudios científicos y crear puestos de trabajo duraderos en consonancia con un futuro sostenible velando por el desarrollo, la naturaleza y el turismo. Hay que cambiar el modelo y espero que esta campaña marque un antes y un después al igual que la del Puerto de Fonsalía, con la que la población también se ha volcado”.


-El Gobierno asegura que estos lugares se dan a conocer por las redes.
“Si ya se comparten y la gente va en masa, lo que habría que hacer es poner vigilancia o hacer un control ambiental, y estudiar cómo les afecta la presencia de gente. Pero no hacerlos más accesibles. Estos charcos son pequeños rincones de los canarios y no queremos que los toquen”.

-¿Qué mensaje lanzaría a los representantes políticos?
“Hay que tener en cuenta los estudios realizados y los informes de impacto ambiental. Con el tiempo se ha comprobado que muchos de los proyectos planteados en Canarias, a lo largo de los años, no han cumplido los informes de impacto ambiental. Por tanto, no tiene sentido promover estas cosas. Apuesten por la divulgación y, por ejemplo, por la buena gestión de las aguas residuales. Creo que es más urgente eso que poner una ducha o una tumbona en un charco”.

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