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Pedri se colgará una medalla después de la clasificación española para la gran final

El tinerfeño del Barcelona, que fue sustituido antes del tiempo extra, se mete en la lucha por el oro tras superar a Japón
El tinerfeño Pedri, de nuevo titular ayer, sigue con su meteórica carrera y el próximo sábado disputará la final de los Juegos Olímpicos ante Brasil. EP

DIARIO DE AVISOS / EUROPA PRESS

La selección olímpica española de fútbol ganó a Japón (0-1) y disputará la final de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 este sábado contra Brasil, tras un partido que se fue de nuevo a la prórroga y que tuvo a Marco Asensio como héroe.

Este sábado, la selección española tendrá la oportunidad de ganar una medalla de oro olímpica que acompañe a la de Barcelona 1992, y haga olvidar la lejana plata de Sydney 2000, 21 años atrás. Y lo hará tras un golazo de Asensio a cinco minutos del final de la prórroga.

Los españoles dominaron el balón, fueron mejores y tuvieron más ocasiones, sin concretar. Faltó de nuevo esa chispa ofensiva que evite alargar los partidos, y esta vez no hubo oleada goleadora ni en la prórroga, pero sí un único tanto que vale una final olímpica ante la vigente campeona; Brasil.

Tanto Japón como España venían de jugar prórroga en los cuartos de final. Los japoneses superaron en la tanda de penaltis a Nueva Zelanda y España evitó llegar a ella ante Costa de Marfil. Esta vez, de nuevo, no hizo falta la muerte súbita.

Pese al cansancio, y al ya conocido clima, los de Luis de la Fuente fueron a más, con cambios acertados por parte del seleccionador. Aprovecharon, además, que los mejores jugadores de Japón, como Take Kubo o Ritsu Doan, se fueron al banco para encerrar a los anfitriones y aprovechar la calidad de Asensio para finiquitar el choque.

El extremo del Real Madrid entró de refresco, y tardó poco en dejar huella. Se colocó como referencia arriba junto a un cansado Rafa Mir, aunque escorado. Y, ahí, en el borde del área, recibió un balón de Mikel Oyarzabal para colocar el balón al palo largo, con bella y precisa rosca, del portero Kosei Tani.

Pudo Asensio evitar la prórroga, pero su disparo en el tiempo de descuento se fue arriba. Afinó puntería a tiempo, en una prórroga que poco más tuvo. Sí nervios en defensa para España en los cinco minutos finales, agónicos, pero poco fútbol por parte de Japón y tampoco de una España a la que se veía físicamente agotada.
Quizá, si no hubo más fútbol, fue porque apenas pudo aparecer un Pedri fundido que acumula 72 partidos esta temporada, igualando el récord del luso Bruno Fernandes. En la final, el canario batirá ese récord, y lo hará tras unos días de descanso que serán clave para él y para sus compañeros en la selección olímpica.

MÁS PROBLEMAS

De nuevo, ante una Japón metida atrás y con una defensa con sus ‘veteranos’ Sakai y Yoshida en ella, a España le faltó claridad al llegar al área rival. Oyarzabal, con una volea alta, y un uno contra uno fallido de Rafa Mir, obstaculizado por Kosei, fue lo más destacado en la primera parte.

En la segunda, Japón tuvo sus ocasiones más claras. Fueron dos; la primera obra de Daichi Hayashi, su ‘9’ titular, a pase de Reo Hatate para disparar directamente fuera. La segunda, la mejor, fue obra de Take Kubo, el jugador del Real Madrid cedido al Getafe, que recortó a Vallejo y obligó a Unai Simón a poner fuerte sus dos manos para enviar a córner el balón.

Por su parte, España, que reclamó varios penaltis y uno de ellos fue anulado tras consultar el árbitro con el VAR, tuvo algún que otro disparo en las botas de Javi Puado, que pidió varios balones que no le llegaron pese a estar bien desmarcado, o de Zubimendi u Oyarzabal, pero sin precisión.

La suerte sonrió a España en esa prórroga, en ese golazo de Asensio, y se medirá en la gran final a la selección de Brasil, que superó a México en la tanda de penaltis, donde fue muy superior después de no poder pasar del empate inicial tras la prórroga pese a disponer de varias ocasiones y no ser capaces de batir antes a Ochoa.

ASENSIO, LA ESTRELLA

Rafa Mir tenía que entrar en el once este martes después de su hat-trick en los cuartos y alguien tenía que salir entre los tres habituales de arriba. El elegido fue Marco Asensio. En una decisión que no era sencilla, el balear volvía a salir desde el banquillo, como sucedió ante Australia. Allí, fue diferencial colgando el balón en la cabeza de Oyarzabal para hacer el gol del triunfo. Estuvo a punto de repetirlo liderando una jugada similar que acabó en los pies del jugador de la Real Sociedad.

Pero el destino le tenía reservado un desenlace mejor. Los penaltis parecían irremediables, pero, en uno de los pocos ataques que tuvo España en la prórroga, se sacó un disparo impresionante con su zurda desde dentro del área que se coló en la portería de Tani. Después de un torneo gris, el balear del Real Madrid se resarce con un tanto que pone a la Selección en la gran final. Brasil será el rival ya que, en este caso, la Canarinha sí ganó desde los 11 metros a México.

ORGULLOSOS DE LA ROJA

Al finalizar el compromiso ante la escuadra japonesa compareció el capitán Jesús Vallejo, que, al igual que el seleccionador Luis de la Fuente, reconoció que era un día “muy emocionante” y que no había sido “fácil” alcanzar la final. “En cuanto nos subamos en el autobús para ir al hotel, vamos a pensar en esa final porque eso está en nuestro ADN. No estamos pensando solo en obtener una medalla, no podemos estar satisfechos solo con la final”, advirtió el central madridista.

“Cuando estoy en el banquillo me gusta estar preparado para cualquier cosa. He jugado en esa posición antes en el Granada y en otros clubes y me gusta. Me gusta ayudar al equipo desde cualquier posición en la que me necesiten. Es una posición que exige mucho de ti, físicamente y de otra manera, pero me gusta jugar al fútbol estoy feliz jugando en cualquier posición en la que el equipo me necesite”, sentenció el aragonés en la relación a la capacidad de adaptarse a cualquier lugar de la zaga, en el caso de ayer, en el lateral derecho en sustitución de Óscar Gil, que había sido amonestado durante la primera mitad del duelo.

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