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El misterio de las playas cerradas por el piche de ninguna parte

La falta de respuesta a la mancha de hidrocarburos que sigue afectando al litoral tinerfeño pone en duda la eficacia de los sistemas de vigilancia de contaminación
LOS AYUNTAMIENTOS PROHIBIERON AYER EL BAÑO EN TODA LA COSTA DE CANDELARIA Y ARAFO Y TAMBIÉN FUERON CERRADAS VARIAS PLAYAS DE SANTA CRUZ Y GÜÍMAR.
LOS AYUNTAMIENTOS PROHIBIERON AYER EL BAÑO EN TODA LA COSTA DE CANDELARIA Y ARAFO Y TAMBIÉN FUERON CERRADAS VARIAS PLAYAS DE SANTA CRUZ Y GÜÍMAR.
LOS AYUNTAMIENTOS PROHIBIERON AYER EL BAÑO EN TODA LA COSTA DE CANDELARIA Y ARAFO Y TAMBIÉN FUERON CERRADAS VARIAS PLAYAS DE SANTA CRUZ Y GÜÍMAR.

Como si de una película policíaca se tratara, a pesar de tener el cuerpo del delito, numerosas pruebas recogidas en el lugar de los hechos, y contar con testigos de los hallazgos, incluso algunos afectados, el arma sigue sin aparecer. La mancha de hidrocarburos que, a día de hoy, aún sigue provocando cierre de playas en Tenerife, sigue sin tener un origen. Capitanía Marítima, la responsable de la vigilancia y seguimiento de cualquier tipo de contaminación en el mar, aseguró esta semana que no ha encontrado indicios (ni siquiera la mancha que ha acabado afectando a las playas) de que se haya producido un vertido procedente de algún barco que generara la contaminación por fuel que desde el 31 de agosto ha obligado al cierre de playas como las de Almáciga, Roque de las Bodegas, Las Gaviotas, parte de Las Teresitas, el litoral de Candelaria, la costa de Arafo, y el Puertito de Güímar. A la perplejidad de los municipios afectados por la comunicación de Capitanía Marítima, a la que le siguen exigiendo que les informe de forma oficial, se unen el lamento por las consecuencias económicas que el cierre de playas ha provocado. Los efectos sufridos también son similares, con la aparición de peces muertos, bañistas afectados por el fuel que flotaba en el agua, o el piche depositado en la arena. Así lo recoge el informe elaborado por el Ayuntamiento de Santa Cruz y trasladado al Gobierno de Canarias, pero también el realizado por el Ayuntamiento de Candelaria, en el que se detallan hechos similares.

El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, mostraba su sorpresa por la respuesta dada por Capitanía Marítima sobre la mancha, defendiendo que “los ayuntamientos no cerramos las playas por gusto”. Lo mismo opina el alcalde de Güímar, Gustavo Pérez, quien no entendía la respuesta dada. “Las playas se tuvieron que cerrar, aún hoy hay algunas como las de Candelaria que están cerradas, así que no entiendo que digan que no han encontrado nada”.

El viernes, el Ayuntamiento de Güímar colocó la bandera amarilla en una parte del Puertito por la presencia, de nuevo, de hidrocarburos. “Con la subida y bajada de la marea están apareciendo algunos restos de fuel, por eso hemos puesto la bandera amarilla para advertir a los bañistas”.

Bermúdez y Pérez coinciden en señalar que, al daño medioambiental que ha podido causar este vertido, se une el económico. “En Anaga, el cierre de las playas afecta directamente a los negocios de la zona”, lamentaba el regidor capitalino durante los días que se vio obligado a cerrar las playas de Almáciga o Roque de las Bodegas. Por su parte, Pérez señala el perjuicio sufrido por los bares y restaurantes del Puertito, además de colectivos como el de las personas mayores, que hacen sus ejercicios justo en la parte de la playa que tuvo que cerrarse. Ambos regidores exigen que se les de una respuesta oficial, tal y como la han solicitado.

En Candelaria, el viernes, el Ayuntamiento confirmaba que no abriría su litoral durante el fin de semana. Será mañana, lunes, cuando se evalúe de nuevo el estado de las playas para tomar una decisión. Mientras tanto, una cuadrilla formada por cinco operarios limpia cada día los restos de hidrocarburos que se van encontrando en las playas cuando baja la marea. Candelaria, al igual que el resto de municipios, tuvo que cerrar sus playas la semana pasada por la contaminación. Incluso, en un primer momento, ante la posibilidad de que el origen del vertido procediera de la depuradora, encargó a la empresa concesionaria del servicio de aguas que elaborara un informe. El resultado fue negativo, nada tenía que ver las manchas con la depuradora. El mismo informe ya advertía de la aparición de peces muertos en la zona de los Guanches y San Blas. Este lunes 6 de septiembre volvieron a cerrarse todas las playas por contaminación, y así siguen.

Desde la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN), su portavoz, se suma a la perplejidad de los alcaldes ante la falta de respuesta. “Si Capitanía Marítima dice que no hay nada, debe ser que lo que hay en las playas es otra cosa”, comenta con ironía. Para ATAN el origen más probable es “el de un barco que haya hecho derrames, limpiezas de los tanques, o una maniobra similar, dado el número de playas afectadas de la Isla, y la forma en la que lo han hecho”. Para Villalba, lo que está claro es que “la falta de respuesta indica que el sistema de control y vigilancia no funciona”. “Ante la evidencia, que digan que no han detectado nada es la demostración de que no tienen capacidad para controlar este tipo de hechos o que no saben hacerlo, porque la contaminación no nos la hemos inventado, las playas se han cerrado”, añade.

“Lo que es asombroso -continúa- es que no sepa el origen cuando la constancia de que se ha producido un vertido en el mar son playas cerradas, una contaminación que no solo tiene efecto en el medioambiente, sino también económico, porque si cerramos playas afectamos al turismo que es el que nos proporciona los ingresos más importantes”.

Preguntado sobre qué se podía hacer, Villalba fue claro,. “Lo que proponemos es que si los españoles nos gastamos un montón de dinero en sistema de seguimiento de satélite, en el pago de funcionarios para que hagan esos trabajos de vigilancia, lo único que podemos exigir es que funcionen”.

Recordó que “desde 2004 las aguas interiores de Canarias están declaradas como zona de especial sensibilidad, una declaración por la que se han establecido una rutas entre Gran Canaria y Fuerteventura, y entre Tenerife y Gran Canaria para el paso de petroleros. Los barcos de más de 600 toneladas están controlados, se supone que por las autoridades, para que no viertan. Lo que pasa es que no se han puesto los medios para que eso no ocurre, y no es una exageración lo que digo, porque las playas se han cerrado”.

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