Los peores augurios respecto a lo que podría ocurrirle al barrio de La Laguna, en Los Llanos de Aridane, ayer comenzaron a materializarse. La lava que emana del volcán de Cumbre Vieja ha ido ganando terreno a una velocidad superior a las que se manejaban al principio de este proceso eruptivo, hasta el punto de llevarse por delante varios de los elementos más característicos del centro neurálgico lagunero, como la gasolinera, la farmacia y, al cierre de esta edición, buena parte de la iglesia, además de una importante cantidad de viviendas situadas en la vía principal, la LP-213, que conecta el núcleo del municipio con el litoral de Puerto Naos.
Así, los vecinos, que ya habían sido evacuados en su totalidad, rememoran lo que le sucedió a los residentes en el barrio de Todoque, que fue completamente engullido en los primeros días del suceso. Y a la lista de desalojados, que se cifraban en cerca de 7.000, ayer se unieron los habitantes de Las Martelas, en Los Llanos, y otras cuatro zonas de Tazacorte: Marina Alta, Marina Baja, La Condesa y Cuesta Zapata. Las rocas calientes, que se han mostrado inclementes en su avance, amenazan también estas áreas pobladas, por lo que a última hora se procedía a la extracción de todas las personas que se encontraran allí.
Los puntos a donde debían acudir los residentes eran los mismos que en ocasiones anteriores, es decir, el terrero de lucha Camilo León en el caso aridanense, y en el bagañete, el polideportivo municipal. En dichos enclaves, aparte de elaborar un listado de quienes han abandonado sus hogares para tenerlos debidamente localizados, se estudia la posibilidad de realojarlos en alguno de los recursos habilitados por la emergencia, como el hotel Valle de Aridane o el Princess de Fuencaliente.
Además, a los damnificados, desde que dio comienzo la erupción, se les ha ofrecido atención psicológica por medio del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife. Y es por los problemas derivados de la emergencia por los que ha aumentado, como ha podido saber DIARIO DE AVISOS, el consumo de ansiolíticos, antidepresivos y pastillas para dormir en la Isla. Unos productos que, no obstante, no suponen una solución a largo plazo, y debe hacerse uso de los mismos bajo prescripción de profesionales.