Diario de Avisos / EFE
La caída de pollos de pardela a causa de la contaminación lumínica está afectando esta primera semana de noviembre a diferentes núcleos de la isla de Tenerife, especialmente en el Sur. La ausencia de luna llena agrava este problema y las llamadas para la recogida de estos animales han sufrido un pico, con 210 incidencias notificadas al Cabildo de Tenerife, según informa la cadena Cope.
La consejera de Gestión de Medio Natural y Seguridad del Cabildo de Tenerife, Isabel García, pide “paciencia” a la ciudadanía cuando se encuentre con alguno de estos pollos e indica que “es un animal que no necesita atención inmediata, solo meterlo en una caja aireada y esperar a que le atendamos”.
“Estamos registrando una incidencia muy elevada este año”, aseguró García al citado medio. “Tenemos equipos extra y refuerzo de personal, pero aun así contamos con muchísimas llamadas”. Asimismo, recuerda que ante cualquier hallazgo se debe contactar con los teléfonos 900 28 22 28 o 922 44 57 77, o bien se puede avisar a la Policía Local, Protección Civil o ADAE.
El cabildo majorero activa un protocolo
El Cabildo de Fuerteventura ha anunciado este miércoles que se ha activado un protocolo específico por parte del Servicio de Medio Ambiente que incluye un seguimiento exhaustivo de la zona del Barranco de Río Cabras, en Puerto del Rosario, después de que hayan aparecido varios ejemplares de pardela muertos en el lugar.
En concreto, se trata de ocho crías de pardela que aparecieron muertas el pasado lunes en la autovía a la altura del barranco de Río Cabras.
En un comunicado, el Cabildo majorero ha explicado que, ante las obras de instalación de luminarias que se ejecutan actualmente en la zona, ha solicitado a la empresa adjudicataria de las labores que proceda al apagado de la iluminación durante la época de cría de esta especie, como medida de precaución.
El Cabildo de Fuerteventura se encuentra en plena campaña de la pardela cenicienta, habiéndose activado desde principios de octubre acciones preventivas de protección y conservación.
Esta época es considerada como la más crítica para la especie, por encontrarse amenazada por los depredadores, contaminación lumínica y la caza ilegal. Las pardelas accidentadas aparecen en diferentes tramos del territorio insular.
Desde el Servicio de Medio Ambiente se recuerda que, ante el hallazgo de fauna accidentada, es preciso dar aviso al 112 o agentes de autoridad. En ningún caso procede llevarse los ejemplares accidentados, ya que esto podría dificultar la investigación, advierte.
Y recuerda que a finales del mes de octubre, la pardela aprovecha la oscuridad de la noche, sale de sus nidos y se dirige al mar guiada por la luz de la luna. Debido a la contaminación lumínica de las costas, se deslumbran y desvían de su trayectoria natural, dirigiéndose hacia las poblaciones, donde chocan con distintos obstáculos (farolas, luminarias, edificios, coches, etc) y caen al suelo.