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Implantan con éxito a una herreña el primer ‘corazón artificial’ de Canarias

Concepción Hernández, de 56 años, tiene un sistema de asistencia ventricular que se alimenta a través de una batería y un cable exteriorizado, que permite esperar por un donante o podría ser definitivo

El Hospital Universitario Doctor Negrín de Gran Canaria implantó por primera vez en el Archipiélago un sistema de asistencia ventricular a una paciente que funciona como un corazón artificial ambulatorio de larga duración. Este dispositivo supone una nueva incorporación a las diferentes terapias disponibles para tratar la insuficiencia cardíaca avanzada y es un apoyo importante para el Programa de Trasplante Cardíaco puesto en marcha a finales de 2019.

El dispositivo se presentó en una rueda de prensa a la que asistieron el director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Conrado Domínguez; el jefe de servicio de Cirugía Cardíaca, Francisco Portela; el responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca, Antonio García, y Concepción Hernández Casañas, nacida en El Hierro y residente en Tenerife.

El dispositivo, indicado en pacientes con insuficiencia cardíaca avanzada, permite esperar por un donante adecuado e, incluso, en determinados casos, puede ser un tratamiento definitivo para aquellas personas que no son candidatas a un trasplante por tener alguna contraindicación. De todos modos, “no todos los pacientes son candidatos idóneos para llevar una bomba de estas características”. “Se espera poder implantarlo en unos cuatro o cinco pacientes al año, especialmente a quienes no pueden ser trasplantados”, señaló Antonio García.

Por su parte, el jefe de servicio de Cirugía Cardíaca, Francisco Portela, afirmó que “el trasplante cardíaco sigue siendo la mejor alternativa. El corazón humano es el que mejor se comporta y más supervivencia da a la persona”, pero aseguró que “este sistema es de gran ayuda en muchos casos”. “Se desconoce cuánto tiempo puede llegar a vivir alguien con este sistema”, porque la frontera de las personas trasplantadas “aumenta”.

El dispositivo consiste en una bomba totalmente implantada que conecta el ventrículo izquierdo con la aorta del paciente. La bomba se alimenta a través de unas baterías y un cable exteriorizado. Tras el implante, la paciente estuvo cinco días en la Unidad de Medicina Intensiva y posteriormente pasó otros 15 días en la planta de Hospitalización de Cardiología, un periodo donde se enseñó a Concepción Hernández el uso del dispositivo (recarga, aseo personal y vida diaria) y el control de la coagulación. Además, tiene un seguimiento ambulatorio por los profesionales del Hospital de Día de Cardiología del Doctor Negrín.

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