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Los arquitectos de un Tenerife ilusionante

Con un margen salarial escueto, el director deportivo Juan Carlos Cordero fabricó un proyecto que el entrenador Luis Miguel Ramis exprime con acierto y que mantiene en vilo a la afición
Los arquitectos de un Tenerife ilusionante


Este Tenerife no va de farol. Lleva 13 jornadas cimentando un proceso ilusionante que mantiene en vilo a sus aficionados. Ante el Burgos, el pasado lunes, más de 12.000 fieles se fueron a casa felices por ver cómo su equipo arrollaba al Burgos y pensando que este es el año de soñar a lo grande. No les faltan motivos para pensar así, puesto que los de Luis Miguel Ramis llevan desde el primer partido liguero inflando un globo que cada jornada se hace más grande. Precisamente el entrenador tarraconense y el director deportivo del club, Juan Carlos Cordero, son los arquitectos de una ilusión que se fabrica jornada a jornada.


Hablar de ascenso ya no es tabú es una entidad que vive un momento dulce: mientras prepara los festejos para celebrar sus cien años de existencia, el equipo logra los mejores resultados deportivos de las últimas campañas. Es más, desde aquel curso, que se quedó a las puertas de ascender en Getafe, el Tenerife no vivía un estado de euforia semejante al actual.


Y si echamos la memoria más atrás, para encontrar momentos felices provocados por el Tenerife hay que remontarse al ascenso logrado por el equipo liderado por José Luis Oltra o aquel que sorprendió con Rafa Benítez como entrenador.


Para que se hagan una idea de la bonita forma que está cogiendo el proyecto, este Tenerife estaría entre el equipo de Benítez y el de Oltra. Es mejor que el del actual técnico del Fuenlabrada, pero peor que el del actual preparador del Everton.


El Tenerife de la 2000-2001, año del penúltimo ascenso a Primera División, era líder tras haberse jugado 13 jornadas, que son las que se han disputado en el actual campeonato. Los blanquiazules de entonces tenían a estas alturas, nada más y nada menos que 27 créditos, después de haber ganado ocho partidos y de empatar otros tres. Ahí es nada. Lo perseguía de cerca el mismísimo Sevilla con 24 puntos, los mismos que tenía el Córdoba. Del Atlético de Madrid, que era el gran favorito para ser el líder de la categoría, nada se esperaba después de un inicio de curso decepcionante. Ya se sabe el final de la historia. El mítico gol de Hugo Morales en Butarque permitió a los blanquiazules tocar el cielo.


En las mismas 13 jornadas consumidas, el Tenerife de Oltra en la 2008-2009 era séptimo con 20 puntos, con seis partidos ganados, dos empatados y cinco perdidos. Xerez y Salamanca, con 24 créditos, lideraban la tabla. Ya se han cumplido 12 años del día en el que el tinerfeñismo tocó por última vez el cielo con las manos. Un 13 de junio de 2009, los blanquiazules ganaban 0-1 en Girona con el recordado gol de Dani Kome y ascendían a Primera División con José Luis Oltra en el banquillo.


Este Tenerife de Ramis está a caballo entre ambos. Jugará la jornada 14 ya con 23 puntazos que lo mantienen en la parte privilegiada de la clasificación. Con el actual míster, aquella filosofía del “partido a partido” implantada por Benítez también se está haciendo fuerte en un equipo edificado por un Juan Carlos Cordero que bien merece que los focos también se centren en él.


El director deportivo es protagonista directo de los éxitos hasta ahora cosechados. Con un margen salarial escueto, formó un bloque que Ramis exprime con acierto. Sus fichajes no son relleno, como había pasado en tantas y tantas ocasiones. Ahora los Corredera, Mellot, Soriano, Míchel, Elady, León, Rubén Díez y unos cuantos más no son actores secundarios. Todo lo contrario. Son los protagonistas de una película que, de momento, tiene calidad 4K.


Pero antes de fichar todo eso durante el pasado verano, tuvo que tomar decisiones complicadas. La primordial fue darle el bastón de mando, nuevamente, a un Ramis que llegó para apagar el fuego del descenso. Cumplió con creces y se ganó la continuidad. Pero como en esta Isla hay mucho incorformista, hubo voces discordantes con esta decisión. Miguel Concepción, desde lo más alto de la cadena de mando, y Cordero, desde el despacho del director deportivo, optaron por el camino lógico y ahora esa confianza se traduce en resultados.
Unos resultados que, obviamente, deben mantener la misma línea para que el globo no se desinfle. Pero, visto lo visto, esta temporada, la del precentenario, es la de soñar a lo grande.

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