la palma

Afectados por el volcán denuncian que “muchos se aprovechan” para subir los alquileres

Para los damnificados lo prioritario es agilizar la entrega de viviendas por encima de cualquier otra ayuda dada la escasez que existe
Una vivienda junto a una colada de lava en La Palma. FRAN PALLERO

La Asociación Social Volcán Cumbre Vieja de La Palma ha aseverado este lunes que la necesidad de viviendas en la isla para los damnificados por la erupción volcánica “es lo más urgente”, incluso por delante de las ayudas que deben repartir las administraciones de los fondos donados por ciudadanos y empresas.

“Estamos estorbando tanto en las viviendas que ya queremos donde sea”, señala a Europa Press el presidente de la asociación, Juan Vicente Rodríguez, también titular de la cooperativa de plátanos Covalle, quien resalta que la necesidad de dar una vivienda a los afectados está “a años luz” de las ayudas.

Rodríguez comenta que en su caso, dispone de una segunda residencia, pero muchos afectados viven en casas de familiares y amigos y hasta ahora se han identificado 549 primeras viviendas arrasadas por la lava, lamentando que hay gente que ya dispone de un nuevo hogar cuanto tiene menos necesidad que otras familias.

En esa línea, indica que todos los afectados –ya sea los albergados en hoteles como en casas de amigos y familiares– están “en una situación incómoda” y la falta de viviendas en alquiler agrava la situación porque muchos “se están aprovechando” y los precios han subido de forma considerable.

En cuanto a las ayudas señala que se reciben “las de emergencia” por parte de las administraciones y no entiende por qué el Ayuntamiento de El Paso ya las ha repartido y el resto y el Cabildo van muy retrasados porque estaban a la espera del registro único del Gobierno de Canarias.

“Las ayudas todavía no las vamos a recibir por mucho que corran y las únicas que se reparten son las que ha dado la gente”, señala, subrayando que en el caso concreto de El Paso, ya la ha recibido y ahora tiene que justificarla.

Para Rodríguez, “no puede ser que se hagan las bases a espaldas de los afectados, no es aceptable, veo más grave eso, hay personas que a lo mejor no necesitan ese dinero ahora y es mejor dejarlas para el final, ¿por qué ese apuro de repartirlas ahora?, las ayudas de emergencia son para lo que son, una emergencia”.

Cree que la mayoría de los afectados prefiere cobrar esas ayudas más adelante cuando dispongan de suelo o vivienda y sostiene que “la mayoría de la gente puede aguantar” porque con las ayudas de emergencia las necesidades básicas están cubiertas. “Lo que más urge es la vivienda”, destaca.

Rodríguez insiste en que “todo lo que sea dinero es bienvenido” pero avisa de que “es un arma de doble filo” porque hasta que no se estructure bien el registro único no se sabe a ciencia acierta cuantos afectados hay y en qué grado porque solo se está analizando la afección. “Lo que peor que veo de las administraciones que se están haciendo las cosas a criterio de ellos y no de los afectados”, señala.

“HAY QUE TENER PACIENCIA”

En esa línea, se pregunta “como va a recibir lo mismo una persona que perdió su vivienda a otra que está desalojada” o “en base a qué” se reparte el dinero de las donaciones ya que las ayudas de emergencia están cubiertas por las administraciones.

Rodríguez comenta que “hay dinero sin tener que gastar las donaciones” y los que han donado quieren un “buen fin” para ese dinero, como puede ser el pago de alquileres o la compra de suelo. “¿Cómo dan dinero para enseres si nos tienes vivienda?, ¿qué disparate es ese?”, comenta.

Además, comenta que en una catástrofe de estas características “lo primero” es recopilar datos y después tener la máxima información de cada individuo “y ahí empiezas a trabajar”, poniendo como ejemplo la labor que se realiza en las cooperativas de plátanos donde tienen “el trabajo hecho desde hace muchísimos años” y las ayudas se reparten con más rapidez. “Los que sabemos de qué se trata sabemos que hay que tener paciencia”, remarca.

Rodríguez reivindica el carácter apolítico de la asociación hasta el punto de que buscan fondos para poder mantenerse. “No queremos ni un local que nos de nadie”, asegura.

Por ahora, el Gobierno de Canarias ya ha adquirido 58 viviendas en Tazacorte y cinco en Fuencaliente para los afectados y ha comprometido la compra de hasta 200 viviendas prefabricadas de madera.

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