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Amparo Pacheco: “Las camareras de piso hemos dejado de ser invisibles”

Sugiere que determinados hoteles deberían cambiar las estrellas por llaves: "Algunas cadenas dan un cheque regalo, una bonificación al cliente por no limpiar”
Amparo Pachecho
Amparo Pacheco, portavoz de la Asociación Laskelliss de Fuerteventura. / DA
Amparo Pacheco, portavoz de la Asociación Laskelliss de Fuerteventura. DA

Las que limpian en los hoteles se desentienden de los fregados para sacudir las calamidades y encontrar bienestar laboral debajo de las alfombras. Amparo Pacheco aspira a ello.

-¿En qué situación están las camareras de piso?
“Igual o peor que antes de la pandemia”.

-¿Sí?
“Ahora las cargan más de trabajo, no contratan y encima tienen que cumplir el protocolo anticovid”.

-Limpian más a fondo…
“En el mismo tiempo”.

-Los hoteles Hilton han eliminado el servicio de habitaciones diario. ¡Qué lujo!
“Más precariedad y basura. ¡Que cambien las estrellas por llaves! Algunas cadenas dan un cheque regalo”.

-¿A cuenta de qué?
“Una bonificación al cliente por no limpiar”.

-¿Y para las trabajadoras?
“Nosotras recibimos el sueldo estipulado por el convenio. El de la provincia de Las Palmas está congelado”.

-¿Se han enfriado las relaciones laborales?
“Caducó en 2019 y la patronal no quiere subir salarios”.

-En Fuerteventura, ¿cuál es la media de empleadas por establecimiento?
“Depende. Hay hoteles de veinte habitaciones con una o dos camareras. Y otros de setecientas con setenta o noventa”.

-¿Qué sería lo ideal?
“Que se hicieran evaluaciones ergonómicas y psicosociales en cada estancia”.

-No es lo mismo una suite que una de andar por casa…
“Por ahí se calcula la ratio de habitaciones. Unas son de 40 metros cuadrados y otras, chiquititas. Con o sin niños”.

-¡Uy!
“Lo más bestial ha sido lo de las casas con tres habitaciones, dos baños, cocina y salón. ¡Una ciudad!”.

-¡Qué estrés!
“¡Una pasada! Bueno, hay hoteles que sí cumplen”.

-¿Qué tipos de contrato?
“Las hay fijas de plantilla, muchas eventuales y algunos hoteles utilizan las ETT [trabajo temporal]”.

-¿Cómo funciona la externalización? ¿Hay topes?
“Se deben acoger al convenio. El hotel llama a la ETT y pide tantas camareras”.

-¿Ventajoso o tramposo?
“En el momento en que la trabajadora coge una baja, el empresario la manda al paro. Le resulta rentable”.

-Ahorran costes…
“Para ellos es mejor: sin liquidación ni indemnización y nada de vacaciones”.

-¡Todo incluido!
“Sí. Y no libran los dos días por semana, sino uno”.

-¿Ni la hora del té?
“Las ETT son realmente para sustituciones”.

-¿Los principales motivos de baja laboral?
“La mayoría, por la sobrecarga y las posturas”.

-¡Les saldrán escamas!
“Lumbagos, ciática, túnel carpiano, tendones de los hombros, rodillas…”.

-¡Ay!
“¡La manía de abrir la cama con la rodilla y empujar! El estrés y la ansiedad, también”.

-¿Se sienten acosadas?
“En un caso de mucha repercusión, una compañera llevó a juicio a una cadena hotelera y ganó”.

-Un turista la encerró en el baño y, con el traductor de Google en el móvil, le hizo una proposición indecente…
“La víctima acusó al hotel de inacción, por no haber llamado a la policía y obligarla a seguir limpiando”.

-Comisiones Obreras ha denunciado “frecuentes situaciones” de asedio sexual…
“Algún cliente se sobrepasa o se insinúa cuando ella está trabajando en la habitación”.

-Normalmente, ¿la clientela es comprensiva?
“En general. Lo que pasa es que en ocasiones se comportan de manera insoportable. Y no siempre son los niños”.

-¿El trato personal suele ser respetuoso?
“Unos clientes son muy exigentes y otros procuran adaptarse para no molestar”.

-¿Permanecen dentro?
“Algunos. A veces se van a la terraza o se sientan en el sofá mientras tú estás haciendo las tareas. ¡La educación!”.

-Incómodo, ¿no?
“Te agachas para barrer debajo de la cama, fregar…”.

-Vigilante ante las miradas inquietantes, perturbadoras…
“¡Ya!”.

-Al menos en esto, el coronavirus es un alivio…
“En parte, por las restricciones. Sin embargo, usas una bayeta para esto, otra para aquello y así…”.

-El carro va a reventar…
“Cuatro bayetas, dos fregonas… Y separar las sábanas en bolsas individuales”.

-¡Vaya curro!
“Un trabajo extra”.

-¿Se compensa?
“Nos dan el parte y no nos queda otra que terminarlo”.

-¿Notan presión en el relevo de los huéspedes?
“Si se juntan los turnos de entrada y salida, impresionante. ¡A prisa y corriendo!”.

-¿El movimiento de las quelis continúa en marcha?
“Seguimos ahí, aunque con las limitaciones derivadas del covid. La gente ha estado metida en los ertes”.

-Con suerte se reincorporan al puesto…
“Tiran p’alante y se callan, porque necesitan el trabajo”.

-¿Se protesta menos?
“Si nos consultan, asesoramos. Varias plataformas nos hemos reunido con las ministras de Trabajo y de Igualdad…”.

-¿Colaboran con las centrales sindicales?
“A las que están afiliadas les recomendamos que acudan a su sindicato. Si no, las enviamos a nuestro abogado”.

-¿Qué han logrado?
“Dejar de ser invisibles”.

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