
Los científicos que monitorizan la actividad volcánica en La Palma evalúan si el repunte en la emisión de lava y cenizas que se registró en la tarde del domingo con explosiones y bombas volcánica, es un episodio puntual o una reactivación de las erupciones.
“Es difícil dar una única respuesta”, ha declarado María José Blanco, portavoz científica del Plan Especial de Protección ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), quien ha precisado que el tremor en el volcán submarino de El Hierro, el Tagoro, también tuvo pulsos de intensificación poco antes de extinguirse la erupción.
Más allá de las incidencias eruptivas, el mayor problema que ha producido este lunes el volcán de La Palma, que cumple el octagésimo quinto día de erupción, ha sido el deterioro en la calidad del aire por presencia de dióxido de azufre en los el Valle de Aridane, lo cual ha llevado al confinamiento de toda la población en sus casas entre las 08.45 y las 13.00 horas, cuando los niveles han mejorado.
“Cuando se ha decretado el confinamiento es porque las personas dentro de su viviendas, con puertas y ventanas cerradas, no corren ningún riesgo; si hubiera habido peligro para la salud de las personas se habría tomado otra decisión, no la del confinamiento”, ha subrayado el portavoz del comité técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.