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Si el de La Palma fue un volcán “suave”, ¿cómo sería uno fuerte?: una científica responde

Una geóloga que trabaja vigilando el Teide explica cómo se mide la magnitud de un volcán y pone ejemplos de cada tipo según su gravedad
Volcán de La Palma. | FRAN PALLERO
El volcán de La Palma en septiembre de 2021. FRAN PALLERO

El volcán de La Palma que entró en erupción el pasado 19 de septiembre de 2021 en Cumbre Vieja es lo que los vulcanólogos consideran “un volcán suave”, pese a que ha causado una gran destrucción al afectar a zonas pobladas. Es por ello que la geóloga y divulgadora Olaya Dorado (@Olaya_Golden), del GEO3BCN-CSIC, ha hecho un ilustrador hilo en Twitter para explicar cómo sería un volcán “fuerte”.

Dorado comienza explicando que la erupción de La Palma es “posiblemente uno de los mayores acontecimientos que se han vivido en España este pasado año (con el permiso de nuestra querida borrasca Filomena)”. El volcán ha durado casi 3 meses y dejado numerosos destrozos.

Así, aclara que para los ajenos a la vulcanología, este fenómeno natural “ha sorprendido y asustado a partes iguales, especialmente al darse en una zona poblada. Pero os voy a contar un secreto, para los que trabajamos con volcanes tampoco nos ha dejado igual. Al menos a mí”, señala aclarando que el fenómeno también le ha sorprendido.

Y es que, Dorado explica que cuando empezó la erupción, los científicos que conocen el vulcanismo de las Islas Canarias ya se imaginaban que la de La Palma iba a ser una erupción de las “pequeñas”: “Porque sí, esta erupción es de las pequeñas. Pero ahora me cuesta muchas más decirlo que antes”.

Esto se debe a que, expone, una cosa es “conocer lo que es capaz de hacer un volcán, y otra cosa es ver tan de cerca la capacidad destructiva de un volcán PEQUEÑO, del tipo de erupción que generalmente pensaríamos bueno, es una suerte que sea de estas y no de las otras”.

Sin embargo, la científica apunta que fue “una ilusa”, ya que estaba acostumbrada a ver vídeos de erupciones de este tipo en vídeos de Islandia, de Hawaii, o del Etna en las que las lavas no llegan a zonas pobladas y, de repente, “ahí está, afectando a lugares que conozco y a gente muy querida. Perspectiva”, señala.

Por todos estos motivos, y como eso le ha pasado a ella, que se dedica a investigar los volcanes, ha querido ahora explicar qué sería entonces un volcán “fuerte”.

¿Cómo sería la erupción de un volcán fuerte?

Dorado comienza con una introducción básica: “¿Cómo clasificamos las erupciones volcánicas? ¿Hay alguna escala como la de la magnitud de los terremotos? ¿Os sueva el VEI? Quizás estos días lo habéis escuchado en la TV.”

El VEI es el Índice de Explosividad Volcánica (por sus siglas en inglés Volcanic Explosivity Index). Esta es posiblemente la escala más usada a la hora de clasificar erupciones volcánicas, pero no está exenta de debate, ya que es difícil de definir y cada erupción es un mundo, aclara la geóloga.

Al igual que con la magnitud de los terremotos, el VEI también tiene una escala logarítmica (de 0 a 8). Veréis que esto es común a la hora de categorizar fenómenos naturales, ya que pueden alcanzar magnitudes TAN ENORMES, que usar escalas lineales es: “complicao”.

No obstante -prosigue la experta-, hay una diferencia muy importante con la de los terremotos. La escala de magnitud de los terremotos mide la energía liberada, por lo que es una medida puramente cuantitativa. El VEI, por otro lado, se definió como una herramienta semi-cuantitativa.

“¿Por qué? Porque se quería usar para comparar tanto erupciones actuales como antiguas, de las que solo tenemos como testigos a nuestro querido registro geológico (roquitas). Es por ello que se tienen en cuenta una serie de factores distintos”, expone.

Por un lado, se tiene en cuenta el volumen de material emitido (en teoría solo de material piroclástico o tefra, pero ya veremos como esto es un problema), por otro la altura de la columna eruptiva y, por último, se puede tener en cuenta una “descripción cualitativa”.

De ahí lo de “semicuantitativa”, porque a igual volumen de material, hay matices observables que pueden ser importantes a la hora de describir una erupción volcánica. ¿Ha sido una erupción efusiva? ¿Efusiva estromboliana? ¿Freatomagmática? ¿Cataclísmica?

“Con esto os podéis imaginar por qué el VEI puede ser un verdadero dolor en el culo para los vulcanólogos, especialmente para aquellas erupciones que se salen de las típicas erupciones explosivas con su columna de ceniza bien formadita”, señala.

Así, Dorado ha invitado a ver ejemplos de erupciones típicas de cada uno de los VEI, desde las pequeñas a las grandes de verdad.

  • Con un VEI que suele estar entre 0-1 tenemos el volcán Kilauea. Es un volcán en escudo cuya actividad normal suele ser la emisión de ríos de lavas sin mayores explosiones. Con suavidad, sin dar muchos problemitas siempre y cuando haya poca lava y no llegue muy lejos.
Avance del volcán Kilauea. | EP
Avance del volcán Kilauea. | EP
  • Según vamos teniendo magmas con más gases, la cosa se va poniendo más tensa por ahí abajo, dando lugar a pequeñas explosiones. Esto es típico de erupciones como las del Stromboli, con un VEI entre 1 y 2.
Volcán Estrómboli. EFE
Volcán Estrómboli. EFE
  • Con un VEI 3 ya entramos en terreno más complicado: la columna eruptiva puede alcanzar hasta 15 km de altura y la emisión de piroclastos es importante, con amplias zonas cubiertas por cenizas. Por ejemplo, la erupción del Nevado del Ruiz de 1985 fue un VEI 3. Quizás os suena esta erupción por la Tragedia de Armero, en la que murieron unas 25000 personas debido, fundamentalmente, a los lahares que se produjeron por culpa de la erupción. Y es que no debemos olvidar de que los peligros indirectos de los volcanes son, a veces, los peores.
Volcán Nevado del Ruiz (Colombia).
Volcán Nevado del Ruiz (Colombia).
  • VEI 4. “Esta ya acojona demasiado”. ¿Os suena la erupción del Mt. Pelée de 1902 en la isla de La Martinica? Pues fue la erupción más mortífera del siglo XX, con 30.000 víctimas, muchas de ellas fallecidas debido a los flujos piroclásticos.
Volcán del Monte Pelée.
  • VEI 5: Erupción del volcán St. Helens. “Es posiblemente la niña de mis ojos, de esas erupciones que te enseñan en el cole, te vas a casa con los ojos como platos y te dejan tocada para toda la vida queriéndote dedicar a la ciencia, con su precariedad incluida”. Lo impresionante de esta erupción es que se derrumbó todo el flanco del volcán en una GIGANTESCA explosión. El magma era tan viscoso que no podía salir y fue inflando la montaña como si de un globo se tratase hasta que la presión fue tal que desestabilizó la montaña y PUM.
Volcán Santa Helena.
  • Entramos en la última categoría que ha sido presenciada por el ser humano: VEI 7. El ejemplo más famoso de una erupción de VEI 7 es la erupción del volcán Tambora del año 1815, la única registrada y que causó 71.000 muertes…en todo el mundo.
La caldera del volcán Tambora, de seis kilómetros de diámetro.NASA
  • “Y aún con esto nos guardamos otra categoría para las erupciones que no hemos visto, pero que sabemos que han pasado…y que volverán a pasar. El VEI 8, ese desconocido que nadie queremos que llegue pero que en algún momento de la historia de nuestro planeta volverá a aparecer”, termina la geóloga Dorado.

Tras este magnífico hilo divulgativo, la experta tranquiliza a los canarios y aclara que cada zona volcánica es distinta: “En las Islas Canarias nunca vamos a tener un supervolcán como el Tambora, aunque sí hay grandes volcanes como el Teide que pueden ser bastante explosivos (eso sí, cada muuucho tiempo). ¡Por eso es importante la labor de los geólogos!”.

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