cultura

La lección de anatomía que se imparte cada día en Magma Arte & Congresos

El espacio multidisciplinar de Adeje exhibe hasta el 27 de marzo ‘Bodies’, la exposición que recorre el cuerpo humano a partir de órganos reales

‘Bodies’ se puede contemplar hasta el 27 de marzo en Magma Arte & Congresos. / Pablo Negrín Jiménez

Magma Arte & Congresos, el espacio multidisciplinar que se halla en el municipio de Adeje, brinda hasta el 27 de marzo la posibilidad de contemplar Bodies, una propuesta que, con el lema la exposición más vista del mundo, ofrece al visitante la oportunidad de recorrer el cuerpo humano. Un itinerario que no se cubre a través de reproducciones más o menos fidedignas, lo que no dejaría de tener su interés, sino mediante la presentación de elementos de la anatomía que un día pertenecieron a personas tan reales como el espectador que los contempla.

La clave es la plastinación. A partir de 1977, el médico, científico y artista alemán Gunther von Hagens desarrolló una técnica que, a grandes rasgos, consiste en la conservación de material biológico a través de la extracción de los fluidos corporales y su reemplazo por un polímero. Esto posibilita contar con piezas rígidas, cuyo aspecto y consistencia no se degrada con el tiempo, y por esa razón no han de estar sujetas a ningún método de conservación especial, más allá del cuidado que le prestamos a un objeto de exposición.

La plastinación permite conservar tras la extracción de los fluidos y su reemplazo por un polímero. / Pablo Negrín Jiménez

El propio Von Hagens ha mostrado su voluntad de ser plastinado tras su muerte. Con ello se cerraría un círculo imaginario: el artista transformado en su propia obra de arte. Algo tan impactante -y epatante- que lo mismo serviría para reformular nuestras ideas acerca del compromiso creativo, merced a esta especie de performance eterna y congelada, como de argumento para escribir una novela gótica.

En todo caso, esta manera de mostrar el organismo de los seres vivos [que dejaron de estarlo], tanto desde la perspectiva del estudio científico y médico como desde las que tienen que ver con la divulgación cultural y con las expresiones artísticas, ha cosechado un notable éxito. Gunther von Hagens logró en 1990 plastinar su primer cadáver y a partir de ahí se han ido sucediendo exposiciones por todo el planeta.

La que se muestra en Adeje desde el pasado 28 de enero, por ejemplo, ha recalado en casi una veintena de países, lo que le ha permitido recibir hasta la fecha 30 millones de visitantes.

UN VIAJE EDUCATIVO

En una superficie de 800 metros cuadrados, Bodies se vertebra en salas que representan los principales sistemas del cuerpo humano: óseo, muscular, nervioso, circulatorio, digestivo, respiratorio, urinario y reproductivo. A su relevancia cultural y científica se suma una notable vertiente didáctica, pues se trata de una exposición dirigida a todas las edades “con el objetivo de dar a conocer los secretos de la anatomía humana a través de un viaje educativo sobre lo que realmente esconde la piel, mostrando, como nunca antes, el funcionamiento de la máquina más perfecta jamás creada: el cuerpo”, ponen de relieve sus impulsores.

La muestra da cuenta de los principales sistemas del cuerpo humano. / Pablo Negrín Jiménez

LG Eventos y Espectáculos S.C. es la empresa promotora de Bodies, que para la instalación de este proyecto expositivo en el sur de Tenerife, en Magma Arte & Congresos, ha contado con la Asociación de Animación, Ocio y Entretenimiento Hotelero y Extrahotelero de Canarias (Asaoye) como principal patrocinador, desde la que entienden que esta muestra constituye “una oportunidad única para aprender sobre la anatomía humana y la importancia de cuidar el cuerpo”.

En la presentación de Bodies, Graciela de León, la directora de la muestra, subrayó que la exposición “trata de la vida misma: de cómo está constituido nuestro cuerpo y de qué manera funcionan nuestros órganos, la parte que no podemos ver” cuando nos contemplamos ante un espejo. De León, que estuvo acompañada en ese acto por Johan García, director de Asaoye, incidió en la vertiente educativa de Bodies, “conformada a partir de cuerpos donados a la ciencia”, pues, además de mostrar el funcionamiento del organismo humano, brinda pautas para alimentarse de una forma sana y revela lo perjudiciales que resultan hábitos como el del tabaco. Para ello, la exposición invita a comparar órganos sanos con otros que se encontraban enfermos.

NICOLAES TULP

No deja de llamar la atención que ese mismo interés por desvelar los engranajes de la máquina humana, que ahora la técnica satisface de una manera que podríamos considerar hiperrealista si no fuera porque justo lo que nos proporciona es real, está vinculado prácticamente desde siempre al arte.

Rembrandt pintó en 1632 el cuadro La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp. Su título deja poco espacio a la imaginación. Sin embargo, lo que muestra este óleo puede fascinar con facilidad a quien lo observa. Por ejemplo, a un espectador de 2022 que, casi cuatro siglos más tarde, fija su mirada en esa clase práctica en la que el doctor Nicolaes Tulp brinda sus conocimientos a un grupo de profesionales de la medicina mientras sostiene con unas tijeras de cirujano el brazo izquierdo de un cadáver.

Al brazo se le ha retirado la piel y en él se aprecian los músculos más o menos hasta la altura del bíceps, pintados con gran exactitud. Una luz, cuya fuente no recoge la obra del artista neerlandés, incide sobre el cuerpo inerte, lívido, que, de forma paradójica, muestra cierta semejanza con un Cristo yacente. Paradójica porque sabemos incluso quién fue esa persona que se convirtió en un objeto de estudio una vez que su corazón dejó de latir: Adriaan Adriaanszoon, un criminal que fue ahorcado en Ámsterdam pocas horas antes de la lección, quizás el 16 de enero de 1632, por robar.

LA CURIOSIDAD

Pero más allá, o más acá, de las circunstancias, la obra maestra del Barroco que se conserva en el Mauritshuis de La Haya ejerce una gran atracción sobre la mirada del espectador, como dijimos. Esa mirada entra en el cuadro y se une a las de los personajes que atienden con interés a la lección que les ofrece el maestro, al tiempo que contemplan con curiosidad -¿solo científica?- el cadáver que se les presenta en la mesa de disección.

Bien, ahí tendríamos una referencia al afán de conocimiento. A la creciente necesidad del ser humano de hacer ciencia, de ir construyendo sus ideas acerca del mundo desde la razón y la experimentación, frente a lo irracional y lo mitológico. Lo que no siempre ha sido sencillo.

Otra referencia tiene que ver con el tempus fugit y el memento mori, y, ya puestos, con la vanitas. Con la certeza de la fugacidad del tiempo y la llegada de la muerte para todos a la que uno llega al contemplar el cadáver, el objeto de estudio en el que se ha convertido Adriann Adriaanszoon. Quien hasta hace apenas unos días caminaba por este mundo, padecía y disfrutaba, amaba y odiaba. Quien cometió el error fatal de perpetrar un robo a mano armada que le llevó a colgar de la horca y pasar de la condición de ser vivo a la de cosa digna de análisis por el honorable gremio de cirujanos de Ámsterdam. Del que Rembrandt recibió el encargo de pintar un cuadro que, con el tiempo, convertiría a Adriaanszoon en inmortal. Al menos para la historia del arte.

Buena parte de todo esto, de esa humana curiosidad por conocer y explicarnos cómo funciona aquello que somos a partir de un ejemplo a tamaño real, casi un alter ego, que de igual modo nos confronta con lo que dejaremos de ser, está presente en la obra de Rembrandt, como antes y después lo ha estado en la de Leonardo da Vinci y en las de tantos otros. Y también figura en Bodies, una exposición de la que quizás su mayor virtud es que nos hace pensar en la maravilla que supone estar vivo.

‘Bodies’ ha recibido hasta la fecha 30 millones de visitantes. / Pablo Negrín Jiménez

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