El penúltimo debate político canario general (“de la nacionalidad”) de la décima legislatura canaria se desarrolla entre hoy y el jueves. Es el segundo, porque el primero se canceló por la pandemia de coronavirus. Llega en un momento delicado, condicionado por la guerra de Ucrania, que estremece las bases de la recuperación de la crisis de la COVID-19, y por el volantazo del Gobierno de España en relación al Sáhara Occidental, a favor de una autonomía bajo soberanía marroquí.
En ese asunto, probablemente pasado mañana se escenifique la soledad colateral de los socialistas en la discusión y votación de las propuestas de resolución que se presenten. En todo lo demás, el cuatripartito -PSOE-NC-SPC-ASG- intentará proyectar una imagen sin fisuras frente a una oposición exigente en la rendición de cuentas e inmersa en un proceso de autoevaluación.
El presidente del Gobierno autonómico, Ángel Víctor Torres, abre el pleno a las once y media. Intervendrá durante un tiempo máximo de dos horas, tras lo cual se interrumpirá la sesión hasta las cuatro. Por la tarde, se sucederán los grupos Nacionalista Canario (CC-PNC-AHI), el Popular y el Mixto. Los portavoces dispondrán de 40 minutos. En el Grupo Mixto, dadas las circunstancias, Ricardo Fernández de la Puente (Ciudadanos) y su excompañera de partido Vidina Espino – “colaboradora” ahora de Coalición Canaria- hablarán 20 minutos cada uno.
Después, Torres tendrá otros tres turnos de quince minutos para contestar individualmente o a la vez, en cuyo caso habría únicamente uno de 20 minutos. Luego, cada portavoz podrá tomar la palabra por otros diez minutos (cinco, los diputados del Grupo Mixto).
El mandatario cierra con su contestación de diez minutos a cada grupo si es de forma individual o de veinte si responde al unísono. La sesión se reanudará a las nueve de mañana con la misma pauta para el resto de los grupos: Socialista, Nueva Canarias, Sí Podemos Canarias y Agrupación Socialista Gomera. El plazo para el registro de las propuestas de resolución, no vinculantes, finalizará a las dos. Al día siguiente, a partir de las nueve, a cada grupo se le conceden treinta minutos para defenderlas (divididos en el Grupo Mixto) y las que se aprueben se publicarán en el Boletín Oficial de Canarias.
Aunque Torres ha calificado de “buena noticia” la normalización de las relaciones entre España y Marruecos, puntualiza que cualquier iniciativa ha de ser “aceptada por las dos partes” y siempre en el seno de Naciones Unidas. Algunos de sus aliados no han ahorrado críticas al vuelco protagonizado por Pedro Sánchez y llevan propuestas de resolución en contra de esa posición oficia. Nueva Canarias -el partido liderado por el vicepresidente, Román Rodríguez- define el giro en la política exterior española como propio de “un Estado sin principios”, además de “miserable y cobarde”, en palabras de Luis Campos. Sí Podemos considera una “indecencia histórica” que Sánchez apoye las tesis de Rabat y, por medio de Casimiro Curbelo, ASG repudia ese “viraje radical de última hora”.
Al otro lado de la bancada azul no son más favorables a las razones que salen del despacho principal del palacio de la Moncloa, como cabría suponer. ¿Predicará Torres en el desierto? ¿Encontrará sosiego en un oasis? Se verá.