No es novedad que en San Isidro, en Granadilla de Abona, se produzca un desahucio. En esta ocasión, la última víctima es un hombre de 78 años que había alquilado una habitación en una casa a un okupa y que ahora ha visto como una entidad bancaria, propietaria del inmueble, ha ejecutado el lanzamiento.
José Manuel ha recibido el apoyo de la asociación de vecinos Las Acacias y, aunque Servicios Sociales de Granadilla de Abona le trasladó que le ayudarían con el pago de cinco noches en un hotel, ha tenido que ser él quien lo ha abonado (140 euros) al menos hasta mañana, que se volverá a quedar en la calle, al no tener dónde ir ni más recurso que una pequeña pensión que no llega para abonar más estancia en el hotel.
Precisamente, el hecho de disponer de una pensión es el motivo que esgrimen desde el Ayuntamiento para no facilitarle una ayuda al alquiler, en un municipio donde la demanda de vivienda supera con creces la oferta.
Sin ir más lejos, ayer mismo, una familia de ocho miembros fue desahuciada. Es la triste historia casi diaria en Granadila.
