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Cazadores y el mundo rural, contra la nueva Ley de Bienestar Animal

El sector se manifestó ayer por las calles de Santa Cruz para expresar su rechazo a la Ley de Bienestar Animal, en fase de información pública, al considerar que perjudica sus intereses
Ley de Bienestar Animal
Cazadores y el mundo rural, contra la nueva Ley de Bienestar Animal. | Sergio Méndez

El sector cinegético, representado a través de la Federación Española de Caza, reclamó ayer por las calles de la capital tinerfeña, al igual que ocurrió en distintas ciudades de España, la retirada del Anteproyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales y el fin de las políticas anticaza que está llevando a cabo el Gobierno central.

La manifestación del mundo rural y la caza en Santa Cruz comenzó a las 11.00 de la mañana en el Recinto Ferial y concluyó en la Plaza de España frente al Cabildo, donde a mediodía se leyó un manifiesto en el que se detallaron las consecuencias del proyecto de Ley hacia el mundo rural y los criadores de perros, de cualquier raza.

El anteproyecto de ley se encuentra actualmente en fase de trámite de información pública y supondrá casi el fin de la caza, asegura el sector, especialmente para los aficionados de la caza con perro, ya que contempla la prohibición de su cría y venta entre particulares, la esterilización obligatoria, la restricción del transporte de más de cinco animales o la prohibición de cazar con los perros hasta que no tengan más de 18 meses de edad.

El presidente de la Federación Cinegética de Tenerife, Antonio Porras, manifestó que hasta una veintena de artículos deben ser modificados. Asegura que “no tienen ni pies ni cabeza, porque no se entiende que tengamos que esterilizar a nuestros perros, porque ya no solo acabaría con la caza, sino con razas autóctonas como el bardino majorero, el pastor herreño, el presa o el dogo canario, el pastor garafiano o el bodeguero ratonero palmero”, indicó.

Además, también subrayó su oposición a que un perro no pueda dedicarse a la actividad de la caza hasta que tenga 18 meses de edad y que sea retirado a los siete años, o que un equino solo pueda ser utilizado para el trabajo o el paseo desde los cuatro a los 23 años, y que, a partir del séptimo, tenga que pasar un control veterinario. Además, que los hurones sean considerados animales de compañía como gatos y perros. “No saben bien las tropelías que te puede hacer un hurón en casa”, ironizó Porras.

Para el presidente de la Federación Cinegética de Tenerife, “esta ley no hace si no enmarañar aún más la situación” y recordó que ni siquiera favorece los intereses de los considerados animalistas ni a los veterinarios. Eso sí, se mostró a favor de artículos como el censo de animales en los ayuntamientos y penar su abandono, aunque consideró excesivo una multa de hasta 600.000 euros por “maltrato animal con secuelas graves”.

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