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La mascarilla en el aula divide a los colegios de Tenerife: “Muchos alumnos dicen que seguirán usándola”

Profesores de Secundaria, consultados por DIARIO DE AVISOS, abogan por el refuerzo emocional que necesitan los estudiantes tras dos años de pandemia: "Tienen complejos porque no se aceptan; es importante que vuelvan a reconocerse"
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La mascarilla en el aula divide a los colegios de Tenerife
La mascarilla en el aula divide a los colegios de Tenerife

El Consejo de Ministros ya ha aprobado el Real Decreto por el que el uso de mascarillas dejará de ser obligatorio en espacios interiores. Una decisión que genera alivio a la par que incertidumbre ante una población que lleva dos años sometida a una serie de normas que buscaban contener los contagios de COVID-19. Las mascarillas tenían que usarse en espacios al aire libre, incluso hubo una intentona de exigirlas en las playas de Canarias.

La ministra de Sanidad aseguraba este martes que el contexto epidemiológico del país es favorable y la cobertura vacunal, “altísima”. Ahora, cubrirse boca y nariz es opcional, recomendable en ciertos casos y obligatorio en centros hospitalarios, sociosanitarios y transporte público. En cuanto a los colegios, Darias se mostraba tajante al afirmar que la mascarilla no se utilizará en ambientes escolares: “Ya no era obligatoria en recreos y ahora tampoco lo será en todos los ámbitos de los centros educativos”.

La inquietud es lo que prima estos días en numerosos colegios de Tenerife. Varios docentes con los que DIARIO DE AVISOS se ha puesto en contacto reconocen que la mayoría de los estudiantes continúa usando mascarilla en los recreos a pesar de su no obligatoriedad ratificada desde hace meses. “Choca que desde hace tiempo pudieran despojarse de ellas en los patios y sigan usándolas”, cuenta Carmen Dolores Ríos, directora de un instituto situado en el sur de la Isla, quien se ha sorprendido gratamente del grado de madurez y responsabilidad por parte del alumnado: “Cuando les pregunto si están contentos por la medida, muchos contestan que en sus casas hay personas de riesgo y no pretenden quitárselas”.

“Han vuelto los complejos”

La profesora declara que “tenía que llegar el momento de volver a la normalidad” y confía en los portavoces del sector sanitario que respaldan el cambio. Asimismo, explica que “el uso de la mascarilla en los centros escolares ha sido un acierto” porque los contagios dentro del aula “apenas se han dado; los casos positivos han sido por no respetar las restricciones en los entornos familiares o de amigos”. La docente de Secundaria está lista para dejar de usar la mascarilla en el aula, pero pedirá respeto para todos aquellos miembros de la comunidad educativa que prefieran llevarla puesta.

En lo que sí incide Carmen Dolores es en la necesidad de reforzar el apoyo emocional de los alumnos: “Vemos que han vuelto los complejos porque no se aceptan, pero tienen que volver a reconocerse”. “Las mascarillas han agudizado nuestra imaginación, como si de una aplicación móvil se tratara, para completar las caras de los ojos que vemos, pero al deshacerse de ellas, la realidad es otra”, agrega. La directora insiste en agradecer el “enorme esfuerzo” realizado por todas las personas que conforman la educación, en general, y su centro, en particular: “Qué lección de responsabilidad”.

Una cualidad a la que también apelará Elena Cabrera, jefa de estudios adjunta de un instituto santacrucero, a partir de mañana: “Quiero confiar en que la mayoría de personas actúe de manera adecuada y siga las recomendaciones sanitarias”. Pese a que es consciente de que “la ciudadanía está cansada de la mascarilla”, no era el momento idóneo porque “parte del colectivo médico sostiene que debería haberse esperado un poco más”.

“Seguiré usando mascarilla”

La docente, que compagina su labor administrativa con la asignatura de Matemáticas, manifiesta que el cumplimiento de las restricciones contra la COVID-19 “no han supuesto un gran esfuerzo en los colegios”. “El alumnado se lo ha tomado con naturalidad, de hecho, apenas hemos registrado incidencias en nuestro centro”, donde también se mantienen las mascarillas en el recreo con independencia de la normativa. “Me atrevería a decir que un 90 por ciento de los estudiantes continúa usándola cuando salen al patio”, añade.

Elena, en su caso, ha decidido mantener la mascarilla en el centro escolar, al menos, durante un tiempo, “hasta que vea que el número de casos pueda estar controlado”. Samuel Quintana, por su parte, dejará de utilizar mascarilla en el aula a partir de este miércoles, ya que “dificulta la transmisión de las emociones de forma expresiva, incluso la comunicación oral, sobre todo con la FFP2”. A este profesor de Tecnología de un centro de Secundaria ubicado en La Laguna le preocupa el hecho de que los escolares sientan complejos e inseguridades a la hora de quitársela: “En el recreo ya no es obligatorio, pero muchos la mantienen”.

A su vez, reconoce que la comunidad educativa se ha adaptado “muy bien” a la situación de pandemia, haciendo un uso “correcto y responsable” de las medidas preventivas, como lavado de manos, mascarilla y distancia mínima de seguridad. En alusión a los contratiempos registrados en su instituto, asegura que han sido “puntuales”. “Quizá algún estudiante la tenía mal colocado, pero siempre teníamos mascarillas de repuesto en el centro”.

Los profesores coinciden: es probable que se desate una séptima ola de contagios por el desuso de las mascarillas, pero, ¿hasta qué punto serán relevantes los nuevos positivos en una sociedad mayoritariamente inmunizada?

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