La celebración del tercer puesto de Chanel en Eurovisión, que supone un hito para las candidaturas españolas, tuvo sabor palmero. Tras su regreso de Turín, ciudad donde se celebró el certamen, la cantante acudió directamente a la Plaza Mayor de Madrid, que estaba a reventar de fans deseosos de darle la bienvenida. Un detalle que no pasó desapercibido para los entendidos en la materia es que tanto su traje como el de sus bailarinas eran obra del diseñador Andrés Acosta, natural de Los Llanos de Aridane. Unas piezas enmarcadas en la colección Awara, que el atelier presentó en el barrio de su infancia, Argual, y constituye, según explica el autor a DIARIO DE AVISOS, “un regreso a mis orígenes”.
En este sentido, que Chanel optara por su firma para un momento tan pletórico adquiere especial significado, dado que Awara es una oda de Andrés a su casa, a su hogar, y a palmeras destacadas, como Francisca de Gazmira o Guayafanta. Una selección, además, vinculada al cielo estrellado de la Isla Bonita, uno de los más privilegiados del planeta: “Por eso la campaña de lanzamiento se hizo desde el Observatorio del Roque de los Muchachos”, explica, al tiempo que detalla que el color negro representa “la roca volcánica”, base y origen del Archipiélago.
Según cuenta, en los meses previos a la gran cita se organizan las llamadas prepartyes “para calentar motores”. De cara a esos eventos, Andrés dice que el equipo de la cantante se puso en contacto con él. Entonces, “se probó varias piezas y todas le quedaban bien físicamente. Fue amor a primera vista, porque le sentaba muy bien todo lo que se probó; no hubo que hacer apenas modificaciones y a ella también le gustó mi trabajo”. No obstante, nunca tuvo la certeza de que finalmente, de cara al propio festival, se fuera a poner los trajes: “Sabía que podía ocurrir, pero claro, hay muchos factores que influyen”.
Cuando vio a Chanel aparecer en la capital del Reino con sus vestimentas, afirma que lo sintió como “algo muy especial”. Mucho más, teniendo en consideración que “me enteré en el momento, como prácticamente todo el mundo”. Y, a pesar de la trayectoria que le precede, habiendo confeccionado prendas que han portado estrellas del panorama actual como Petra Nemcova, Marta Ortiz o Cristina Pedroche, el palmero hace gala de la humildad que le caracteriza: “Tuve suerte”, comenta.
En lo referente a la puesta en escena, asegura que “no sabía que todos se iban a vestir con mi colección”, y le pareció un bonito gesto que la protagonista “le diera su lugar a su equipo y todos tuvieran su importancia en la actuación y en la carrera hacia Eurovisión”. Y desde el punto de vista artístico, señala que su imagen se asemejaba a una de las intérpretes que él más admira: Selena Quintanilla. “Me recordó mucho a esa estética, de cuando Selena subía al escenario. Me puso la piel de gallina, porque con su pelo recogido proyectaba la imagen de una superestrella. Es su primer éxito, pero se la ve una mujer muy preparada, que lleva toda la vida trabajando y eso es realmente muy inspirador”, subraya.
SOSTENIBILIDAD
Otra característica de Andrés Acosta es su empeño por hacer de la textil una industria sostenible. Reconoce que para lograr ese objetivo al 100% “tendríamos que cerrar todas las empresas que producimos moda”, de ahí que sea “muy difícil” hacer honor al término. Aunque en su caso está creando tendencia, partiendo del principio de generar “el menor impacto posible” sin renunciar a sus ideas. “Hago piezas únicas, que sé que se van a vender”, explica, al tiempo que detalla que, en ocasiones, debe hacer un ejercicio de pedagogía con ciertos clientes: “Muchas veces me llaman y me dicen que quieren comprar un vestido para una fiesta ese mismo fin de semana. Les tengo que decir que tienen que esperar un mínimo de dos o tres semanas hasta que hagamos esa pieza en exclusiva. Yo no tengo stock que genere consumo ni impacto”.
Aparte, se encuentra su apuesta por la marca España, dado que todo lo que produce lo elabora en nuestro país. Y en cuanto a los materiales, que van desde cristales Swarovski libres de plomo hasta sedas con certificación GOTS (tejidos orgánicos), “cada vez tenemos opciones más sostenibles y ecológicas”, indica, si bien es cierto que al no existir tanta demanda de este tipo de materias primas, “aumenta el precio y repercute en lo que paga el consumidor final. Es una barrera de acceso”. Eso sí, se muestra esperanzado respecto al futuro: “Estamos en un proceso de transición hacia la sostenibilidad; hay cada vez más apertura de las empresas, cadenas de suministro y clientes, además de otros interlocutores que son fundamentales, como las ONG o los gobiernos”.
PARIS HILTON
Un momento crucial en su carrera tuvo lugar en el verano de 2017. Él llega a considerarlo su “oportunidad de oro”. Sonó el teléfono y se vio, de la noche a la mañana, recompensado por el esfuerzo de tantos años: le buscaban para ser, durante cuatro meses, estilista personal de Paris Hilton. “Llevaba muchísimo tiempo trabajando en el sector, viajando por todo el mundo con celebridades muy conocidas. Pero trabajar con ella era muy especial”, confiesa a este periódico. Sobre todo, porque pudo compartir “muchos momentos de backstage que no se ven y no se comunican, pero que te permiten humanizarla; ir más allá del personaje”.
“Por supuesto, que ella luciera mis piezas fue increíble. Es algo que tengo grabado en mi memoria, porque yo ya seguía a Paris Hilton. Me gustaba, como a todos. Estar allí me enseñó a tener la cabeza en las nubes y las estrellas, pero con los pies en la tierra. Fue un regalo a la vez que un aprendizaje. Una lección que recuerdo con mucho cariño”, concluye el aridanense.