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El gran hito de Anto Pérez, el primer canario en subir la cuarta montaña más alta del mundo

El deportista tinerfeño se convierte en el primer canario que hace cumbre en la cuarta montaña más alta del mundo y consigue su reto como 'embajador' de Pichón Trail Project
Anto Pérez

Solo había tres cosas que superaran la grandeza del Lhotse. Desde el pasado día 16 son cuatro, tres montañas y Anto Pérez. El alpinista tinerfeño consiguió hacer cumbre en la cuarta cima más alta del planeta para culminar su reto y, de paso, visibilizar el trabajo del colectivo Pichón Trail Project en su lucha por ayudar a combatir la esclerosis múltiple.

Después de un primer intento frustrado por el fuerte viento y el frío -“que me hicieron temer por los dedos de las manos y de los pies”-, el deportista tinerfeño volvió a la carga, “esta vez con oxígeno suplementario”, para tener “más opciones de alcanzar la cima”, tal y como relataba desde el campo base.

Con la compañía de Kaljang Sherpa, a las 9.10 horas de la mañana del día 16 Anto Pérez alcanzó su objetivo, una cumbre “donde apenas cabíamos dos personas”, a la que se accede por unos 15 metros finales de rocosa pared. Luego emprendió el camino de regreso hacia Luckla para empezar a asimilar la consecución “del reto más fuerte y duro de toda mi vida de montañero”.

Anto Pérez: “La vida a 7.500 metros es muy difícil de explicar”

Anto Pérez
Anto Pérez, el primer canario en subir la cuarta montaña más alta del mundo. Pixabay

Y es que a más de 7.500 metros de altura la vida es muy difícil de imaginar, “y mucho más de explicar”. “La ascensión la podría dividir en dos partes, los dos intentos. Descansé un día en el campo dos, luego subí al tercero y de allí intenté la cumbre, pero el viento era muy fuerte y las temperaturas de menos 15 grados hacían que la sensación térmica fuera muy baja, así que tomé la decisión de retirarme, creo que era imposible hacer cumbre en esas condiciones”, confesaba Anto Pérez, que se tomó una jornada de reflexión.

Por su cabeza planeó la idea de abandonar… pero apenas fueron unas horas y encontró una alternativa, subir con oxígeno, “como hace el 99% de las personas que suben hasta aquí”. El cansancio acumulado no le permitía más. “He estado muchos meses trabajando en este momento y me vi en esa dramática tesitura, tuve horas de agonía. Me convencí de que tanto trabajo y tantas horas volcadas en este proyecto merecían un nuevo intento”, que sería fructífero.

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