Rosario Fariña, a sus 77 años, fue la encargada ayer de defender ante el Pleno la moción presentada por CC para que se elimine la limitación de permanencia en la educación de adultos, que impuso la Consejería de Educación y que, esta misma semana, ha anunciado que rectificará. Y es que Rosario explicó que ella, y sus compañeras, algunas como Severina, que tiene 86 años, forman parte de esa educación de adultos que “nos hace compartir espacios en los que unas aprendemos a manejar un ratón y otras a escribir y leer”.
Más de un millar de alumnos forman parte del Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) Farola de Santa Cruz, de los que unos 300 están inscritos en la Formación Básica Inicia (FBI), que es la que está afectada por el límite de permanencia.
“Si mis nietos para graduarse en Secundaria deben cursar nueve años, con 25 horas a la semana, cómo pretenden que personas mayores, que no saben ni leer ni escribir, lo hagan en cuatro o cinco años con nueve horas a la semana”, se preguntaba Rosario.
“No es un despilfarro invertir en nuestra formación, máxime cuando la posibilidad de compartir este espacio con el resto de alumnos incide directamente sobre nuestra salud y bienestar”, añadió Rosario. La moción fue apoyada por todos los grupos.