Funcionaria de la Generalitat de Cataluña, con una plaza reservada, Montse Román es jefa del Servicio de Protección Civil y Atención de Emergencias del Gobierno de Canarias.
-¿Criminóloga?
“Yo estudié criminología pensando en dedicarme a los centros penitenciarios. Era mi vocación principal”.
-¿Y después qué?
“Hace veinte años y medio empecé a trabajar en el 112, en Cataluña. Me iba especializando en emergencias”.
-¡Ah!
“Tampoco descartaba la opción de entrar como cuerpo facultativo en la Policía”.
-¡Ya!
“Del 112 trabajé también en Bomberos y luego en Protección Civil”.
-Todo eso está vinculado…
“Fui escalando en la Administración dentro del ámbito de la Protección Civil y la gestión de emergencias”.
-Ha habido algo relacionado con la lucha antiterrorista, ¿no?
“En los atentados del 17 de agosto de 2017. Esa semana estaba de guardia y me incorporé al dispositivo”.
-¡Terrorífico!
“Un impacto muy fuerte, con múltiples víctimas a las que atender”.
-¿Sigues siendo funcionaria de Cataluña?
“Conservo una plaza”.
-¿Cómo se produjo el traslado de destino?
“Tenía bastante relación con Gran Canaria concretamente. Me presenté a la convocatoria para una gerencia”.
-¿Con qué resultado?
“No me la adjudicaron, pero al día siguiente me llamaron de la Dirección General de Seguridad y Emergencias”.
-Ahí, sí…
“Era en plena pandemia. La verdad es que necesitaba un poco de cambio”.
-Una ocasión oportuna…
“Me lo dijeron un martes y el sábado estaba en Tenerife”.
-¡Por la vía rápida!
“No lo dudé. Comencé a trabajar el lunes”.
-¿Con qué funciones?
“Planificación, prevención (autoprotección de las instalaciones, playas…), la coordinación del 112 y las emergencias”.
-¡Que no es poco!
“Y una tarea importante con el voluntariado para integrarlo en el sistema”.
-¿Algo más?
“La gestión de los helicópteros de rescate y salvamento”.
-¿Cuántos son?
“Seis, multifuncionales”.
-¡Y el papeleo!
“Contratos, preguntas parlamentarias, informes…”.
-El volcán se llevó la palma en el último año…
“Con un papel previo a la erupción. El comité científico lo activamos el 13 de septiembre [de 2021]”.
-¡Al pie del cono!
“Coordinamos las reuniones del comité científico y de dirección con las administraciones implicadas”.
-Un despliegue no improvisado, sino adaptado…
“Cuando entró en erupción, se instaló el Puesto de Mando Avanzado a través de la unidad Drago”.
-Con un paso por delante…
“Ese camión hizo de plataforma coordinadora en el centro de visitantes de El Paso”.
-Un punto cardinal…
“Asegurar las comunicaciones, garantizar las reuniones, evaluar los riesgos y proponer soluciones”.
-Sobrevolando el peligro…
“Aportamos nuestra unidad de drones”.
-¡Se la jugaban en aquel áspero escenario!
“En la parte de logística, proporcionamos el avituallamiento… Y elaboramos los protocolos de acceso”.
-La lava y los gases contaminantes avanzaban a sus anchas, sin credenciales…
“Hubo momentos muy críticos. El primer viernes se barruntaba un derrumbe total o parcial del cono”.
-El tremor desató el temor…
“Nos reunimos de urgencia para ordenar unas evacuaciones muy cerca de la noche”.
-El día amaneció con temblores en el cuerpo…
“No sabíamos si habría un deslizamiento súbito hacia el mar, con daños a estructuras y personas impredecibles”.
-¡Un susto de aúpa!
“Y los gases requirieron una monitorización constante en el área de exclusión”.
-¡Uf!
“Procedimos a desalojos sobre la marcha”.
-Realojos, recogida de enseres, vigilancia…
“La actividad se mantuvo con cierta normalidad, relativa, condicionada… Había que garantizar la seguridad”.
-¿La profesionalidad y la emotividad se abrazaron?
“¡Obviamente! Desde que estoy aquí, la erupción volcánica ha sido la experiencia que más me ha marcado”.
-¿El contacto con la población crea afectividad?
“¡Comprensión! En el aspecto emocional, aplicamos la cautela preventiva”.
-¿Recopilaban impresiones y decepciones?
“Ayudábamos a personas que no se manejaban con las herramientas, como el código QR, o con otras dificultades”.
-¿Qué enseñaba la vivencia cuando el fenómeno de la naturaleza se ensañaba?
“Hemos aprendido de las complicaciones en situaciones que nos desbordaban”.
-Al mando de un helicóptero, ¡eh!
[Risa] “Era un simulador. No tengo la licencia. ¡Todavía!”.
-Entretanto, ¿de copilota?
“Acompañante en los vuelos de reconocimiento en los helicópteros de coordinación”.
-¿Para dirigir un dron se exige un don?
“La afición al aeromodelismo no es suficiente; menos aún, en emergencias”.

