La doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Nanda Santana, ha publicado el libro “Te haré la vida imposible” donde relata su lucha contra la violencia vicaria, de género y psicológica.
En la presentación del libro en la sede del Diputado del Común, la escritora ha señalado este jueves que se animó a poner por escrito su experiencia porque “mi caso era de manual” y con él espera “ayudar a otras mujeres en la misma situación” y que se pueda identificar este tipo de violencia contra las mujeres y sus hijos.
“Cuando un hombre decide que una mujer no tiene autonomía para tomar decisiones para sí misma o para sus hijos hay un machismo que subyace” y aún terminada la relación “puede derivarse a los hijos como mecanismo de control”.
Este fue su caso, que ha narrado visiblemente emocionada, ya que en su testimonio “sin parte de lesiones o violencia física no era capaz de demostrar la violencia psicológica que sufría yo y mi familia”.
Este es “un testimonio de supervivencia”, que ha podido contar gracias al apoyo de su familia, pareja y amigos, que ” supieron que hacía falta para que sobreviviese a una situación tan hostil”.
En su libro, al hilo de su testimonio personal, Santana explica qué es la violencia psicológica, cómo detectarla y cuál es el perfil del maltratador.
“El maltratador que usa a sus hijos como herramienta de violencia vicaria les niega la infancia feliz y libre de conflicto a la que tienen derecho”, ha dicho.
Santana ha pedido asimismo que se deje de normalizar la violencia y especialmente el maltrato infantil, además de la violencia institucional que “existe y revictimiza”.
En su caso, “se cerraron muchas puertas” antes de poder salir de la situación de violencia vicaria y machista que padecía porque “el médico de cabecera, el pediatra, el abogado, el juez, procurador, psicólogo, mediador… nadie es capaz de decirte nada ante la violencia psicológica, a través de los hijos y económica” en su caso.
“La violencia no es únicamente algo de los hombres sino algo del ser humano, pero del hombre que somete al creerse superior es difícil sobreponerse”, ha apuntado.
Víctimas de la violencia vicaria
Esto se debe, a su juicio, a que las víctimas muchas veces no se consideran tal y ante la violencia de genero psicológica y vicaria existe indefensión.
“Muchas veces pensé en que ojalá me hubiera dado un golpe de los que dan parte de lesiones porque lo peor de esta violencia es que no deja huella y es difícil de demostrar”, ha reflexionado la escritora, que ha solicitado a las instituciones que atiendan también “al parte de lesiones emocional”.
Las heridas “no se ven pero están y minan la salud”, porque “rara es la persona que la sufre y no tiene cuadro de depresión, ansiedad o estrés”, además del sentimiento de culpa, muy habitual en las mujeres que son víctimas de esta violencia.
Por su parte, la adjunta de Igualdad de la Diputación del Común, Beatriz Barrera, ha explicado que lo que Nanda Santana cuenta en el libro es “su historia, la violencia vicaria, de genero y psicológica”, en una realidad que las persigue aún después de separarse del maltratador a través de los hijos.
Esta, “no es una violencia de género nueva”, pero “es sutil y difícil de demostrar y va poco a poco aniquilando a la persona hasta destruirla”.
Barrera ha destacado que “son pocas las que dan el paso de denunciar la violencia vicaria y aún menos las que saben cómo hacerlo” por lo que los testimonios de vida son “una herramienta de resiliencia que ayudará a las víctimas a entenderse como tales y tener mecanismos para salir”.