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Aquellos juegos de niños en el Sur

María y Angelita, con más de 80 años, volvieron a jugar en Valle San Lorenzo a los belgos en la víspera de San Juan, una tradición que se remonta al siglo XVIII, gracias a unas jornadas sobre divertimentos ancestrales
Aquellos juegos de niños en el Sur
María y Angelita juegan a los belgos en la plaza de Valle San Lorenzo, una tradición de más de dos siglos que se practicaba en las medianías del Sur. DA

Ha pasado casi un siglo desde que los niños y niñas de jornaleros y cabreros del Valle de Arona dejaron de jugar, en las noches de San Juan, a darle vueltas al Sol por encima de sus cabezas. Era su forma de saludar al solsticio de verano entre las hogueras que alumbraban la comarca. Los belgos de San Juan, nombre del juego, han sobrevivido gracias a la tradición oral de los mayores.

Según la memoria popular, se trataba de un divertimento propio del sur de Tenerife, y más concretamente de las medianías de Arona, San Miguel de Abona y Vilaflor de Chasna, que, según los datos en poder del Área de Patrimonio Histórico de Arona, dataría desde finales del siglo XVIII hasta principios del XX.

Para su preparación se utilizaban materiales que se usaban en las tareas del campo, desde la tela que sobraba de los fardos para empaquetar tomates hasta las mantas y trapos viejos a los que se le daba forma de bola y se amarraba con un alambre o verguilla. Tras empaparlos en petróleo, se les prendía fuego y los niños y niñas comenzaban a jugar, dándole vueltas alrededor de las hogueras.

“¡Viva San Juan y San Pedro! ¡Tú con la pala, yo con el belgo!”, volvieron a cantar esta semana en la plaza de Valle San Lorenzo, en la víspera de San Juan, María y Angelita, dos vecinas octogenarias de Arona, que han recordado su infancia en la noche más corta del año gracias a las I Jornadas de Juego y Juguete Tradicional Canario, promovidas por la Concejalía de Patrimonio Histórico de Arona.

Aquellos juegos de niños en el Sur
Las bolas de trapo se empapaban en petróleo y se quemaban. DA

La iniciativa pretende rescatar las tradiciones perdidas en las medianías del municipio, muchas de ellas relacionadas con el principal modo de vida de aquella época, el agrícola, cuando nadie podía imaginar el boom turístico que llegaría decenios después.

Las jornadas también se centran en salvaguardar otras actividades y juguetes, a lo que contribuirá la exposición itinerante Juegos agrarios del sur de Tenerife, que visitará colegios, institutos y colectivos sociales de la comarca, en la que se muestra cómo, mientras el ganado pastaba en las medianías, los niños y niñas pasaban el rato jugando a la pustera, el riega, el cebollín, la fiesta de la gamona, el juego con caracolas y babosas o el gato y las palomas.

Las jornadas incluyen mesas redondas, como en la que han participado esta semana Manuel Lorenzo Perera (Premio Canarias de Cultura Popular 2022); Carmen Rosa Pérez Barrios, doctora en Historia; y Julio Concepción, investigador de juegos tradicionales y juguetes. Tres conocedores de la historia y las tradiciones de la comarca sur que, con su sapiencia, alimentaron la curiosidad y las ganas de produndizar en la memoria colectiva aronera del público que asistió al Centro Cultural de Valle San Lorenzo.

Los próximos 30 de junio y 1 de julio continuarán las jornadas con talleres de juegos y las ponencias de Rafael Luchorro, miembro de la Asociación Europea de Deportes y Juegos Tradicionales, y José Manuel Espinel, del Aula de Etnografía del Centro Superior de Educación de la ULL.

El alcalde de Arona, José Julián Mena, calificó el trabajo del área de Cultura y Patrimonio Histórico de “inconmensurable” y subrayó su voluntad de “avanzar como pueblo, pero sin olvidar nuestras raíces”. Por su parte, el concejal José Alberto Delgado destacó su intención de “dar conocer nuestros valores, tradiciones, memoria histórica y costumbres, para que se sigan transmitiendo generación tras generación”.

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