Santa Cruz de Tenerife celebra desde este sábado, 11 de junio, Culture & Business Pride, un festival centrado en la comunidad LGTBIQ+, que hasta el día 17 desarrollará su quinta edición. Precisamente, en esa última jornada tendrá lugar en la Avenida Francisco La Roche el Concierto Internacional por los Derechos Humanos Igualitarios, que pondrá el colofón a más de medio centenar de actividades, totalmente gratuitas y abiertas al público, a las que han confirmado su presencia más de un centenar de personalidades llegadas de todo el mundo.
Entre esas iniciativas sobresalen especialmente dos, la gala de entrega de los Alan Turing LGTBIQ+ Awards, el día 16 en el Auditorio de Tenerife, y este encuentro musical. En el cartel del concierto figuran, entre otros, el colectivo de activistas rusas Pussy Riot, Totally Enormous Extinct Dinosaurs, la banda canaria Papaya y Carlinhos Brown. Con el músico brasileño mantuvo esta conversación DIARIO DE AVISOS.
-Acude a Tenerife para participar en el Culture and Business Pride, un concierto por los derechos humanos igualitarios. ¿La lucha por la igualdad precisa cada día hacer visible un espacio más amplio, más global?
“Sí, es una lucha que se aplica a todas las necesidades de carácter social. Aunque no es una cuestión solo actual, sino que siempre ha sido así. Las diferencias sociales y económicas llevan consigo la necesidad de justicia e igualdad como un objetivo prioritario. La lucha por los derechos humanos igualitarios ha sido siempre una parte fundamental de lo que represento y lo que realizo como artista y como ciudadano del mundo. Como profesor de arte y padre de ocho hijos, siempre he aspirado a la justificación de mis acciones basándome en la búsqueda de mejores momentos a través de la igualdad”.
“La diversidad enriquece los repertorios de nuestra vida; conocer diferentes realidades resulta siempre valioso”
-En ese camino, ¿se cumplen realmente objetivos a corto y medio plazo o el punto de destino siempre está por alcanzar?
“Ya cerca de mi 60 cumpleaños, he conseguido alcanzar muchos éxitos de manera colectiva, especialmente dando prioridad a las transformaciones socioeducativas en el seno del barrio en el que nací y me desarrollé, en el vecindario de Candeal Pequeño de Brotas, en Salvador de Bahía, y transmitiendo al mundo estas lecciones aprendidas de las prácticas que desarrollé. Todo ello, principalmente, dando voz e instrumentos para subrayar lo que ya existía antes de mí, y también para hacer mi propia aportación a su supervivencia social, a través de la cultura, el arte y la música”.
-La tradición, entendida de esa manera, es un instrumento para mejorar el futuro.
“Todo está conectado con el respeto a nuestras raíces creativas y también al conocimiento que buscamos para mejorar esa misma tradición, esas respuestas que siempre se nos han dado. Por ese motivo, también considero necesario formular nuevas cuestiones que nos permitan acceder a esta sabiduría que se nos ofrece a través de la oralidad, entre otros muchos ejemplos, que son la clave para la transformación que queremos que suceda de manera más efectiva en el mundo”.
“Mucho más que un proyecto sobre una base de percusión, Timbalada es una propuesta social de arte educativo y dinámico”
-A comienzos de los 90 crea Timbalada, una propuesta de percusionistas y cantantes surgida en Candeal. Si la música no puede acabar por sí sola con la pobreza y la marginación, ¿qué papel desempeña en la búsqueda de un mundo mejor?
“Timbalada nació como una efervescencia natural a partir de la observación de la riqueza humana y artística que existe en Candeal, y, de igual modo, es el fruto de un profundo intercambio de aportaciones. Mucho más que un proyecto sobre una base de percusión, es un proyecto de arte educativo. Timbalada es un movimiento dinámico, de preparación y cualificación de artistas, y ha continuado creciendo y mejorando con el tiempo”.
-Y es, por tanto, un elemento de transformación.
“La música es una herramienta poderosa para transformar la conducta, pues promueve el cambio de manera individual, pero también conduce a cambiar el entorno. Es en sí misma una búsqueda constante, y por eso siempre buscamos acceder a este repertorio de sonidos y mensajes. La música, en definitiva, nos inspira para expandir nuestro ser y unirnos con el mundo, a actuar conforme a los cambios que produce en nosotros y a través de nosotros”.
“Salvador de Bahía es una cuna musical de un potencial enorme y a nosotros nos corresponde tener los sentidos muy atentos para desarrollarlo”
-Usted ha viajado por todo el mundo y ha observado distintas realidades. ¿De qué manera considera que se ha enriquecido su música a partir de esta experiencia viajera?
“La diversidad existe para enriquecer los repertorios de nuestra vida. Para cualquier artista, poder moverse por diferentes realidades y conseguir vivir el presente de cada una siempre es enriquecedor. Te aporta nuevos elementos y respuestas a preocupaciones que acaban saliendo a la superficie como música, arte, tinta, lienzo. Es una mirada que escucha el pulso del mundo y busca color. Mi mundo es musical. Como buscador de nuevos ritmos, siento curiosidad por la diferencia y por la fuerza de la mezcla. Conocer el mundo me ha hecho ver, aún más, el poder del lugar de donde vengo y las fuerzas inspiradoras. Soy como un amplio y plural colectivo, un hijo de Candeal y del mundo. Viajar entre diferentes influencias y puentes o buscar enredos culturales son elementos valiosos para la música que hago”.
-¿Desde un principio fue consciente de que la alegría que transmite su música se convertía en una herramienta para la esperanza y para el cambio o todo fue llegando de forma progresiva?
“Un compositor siempre debería querer, lo primero de todo, traer esperanza, conmover. Por supuesto, con el tiempo aprendemos a apreciar la fuerza que existe en lo que creamos con nuestro talento. Pero la ciencia de transformar y el poder de la música y el arte siempre han estado presentes en mi vida, debido a mi educación artística y cívica, que comenzó con la absorción de un variado patrimonio musical al que tenía acceso. Desde que soy niño y conocí esta herramienta que trabaja con la emoción y la creación de nuevos momentos. Bahía es una cuna musical con un potencial extraordinario, y nos corresponde a nosotros mantener nuestros sentidos atentos para desarrollarlo. La música es una herramienta de esperanza y cambio en mi vida, por lo que mi misión es también transformar a otras personas con mis ritmos y canciones”.
“Mi mundo es la música; al buscar nuevos ritmos siento una gran curiosidad por la diferencia y por la fuerza de la mezcla”
-¿Qué le queda por hacer, cuáles son sus planes y sueños?
“Mantenerme lo más feliz posible. En mi vida personal, mi mayor plan es permanecer siempre junto a mis hijos, mi familia, mis amigos. Seguir aprendiendo y creando alegría necesita, por supuesto, un equilibrio frente a las adversidades. Pero quiero asumir esa tristeza, en todo caso, como una consecuencia del aprendizaje. En la música, pretendo escribir mejores canciones, trabajar mejor en la organización de las bandas y de las orquestas. Son sueños que han de hacerse realidad”.