Por los caminos literarios, la madrileña Cristina Higueras se pasea con pies de páginas. Acaba de publicar su cuarta novela: Soy tu mirada (La Esfera de los Libros) queda más a la vista en las retinas que en una vitrina.
-En la historia de Nora Salinas, ¿el miedo a lo desconocido dicta sentencia?
“Marca Soy tu mirada. Nora Salinas empieza a tener la sensación de estar bajo una permanente observación”.
-¡Oh!
“Tras establecer un contacto virtual con un misterioso personaje llamado Kairós a través de una aplicación”.
-¡Qué peligro!
“De una manera anónima. A partir de ese momento, Nora percibe esa sensación”.
-¡Escalofriante!
“Tampoco piensa que sea Kairós el motivo, porque no tiene ningún dato de ella”.
-¡Atracción fatal!
“Soy tu mirada trata dos temas fundamentales”.
-¡Negro sobre blanco!
“Cómo la tecnología y las redes sociales han cambiado la forma de relacionarnos y el otro es el acoso infantil”.
-Realidades candentes…
“Creo que las experiencias durante los primeros años de vida determinan el resto de nuestra existencia”.
-¡Ya!
“Para bien o para mal”.
-¡Claro!
“En Soy tu mirada no es precisamente para bien”.
-¡No!
“Estos dos asuntos están presentes en la historia”.
-¡Cuentan mucho!
“Está contada desde dos puntos de vista: en primera persona y, en tercera, por un narrador omnisciente”.
-Una combinación intensa…
“Estos planos se alternan a lo largo de la novela, que está contada en dos tiempos”.
-Una vertiginosa trama de argumentos entrecruzados…
“Una parte de la acción se desarrolla en el momento actual y otra transcurre a mediados de los noventa”.
-¿Qué futuro nos espera cuando un pasado tenebroso irrumpe en el presente?
“¡Eso es un misterio! En Soy tu mirada, el pasado condiciona de una manera determinante lo que ocurre”.
-¿La experiencia es una fuente de fantasía?
“Considero que, para contar historias interesantes, es esencial haber tenido una vida rica en experiencias”.
-Vivencias en el haber…
“Haber amado, viajado, leído… Los seres humanos somos pequeños universos”.
-Y, cuando pica la curiosidad, rascar…
“Como autora, explorar, investigar dentro de mí, para sacar esas experiencias y trasladarlas a mis personajes”.
-Para que sean creíbles…
“De carne y hueso, con dobleces, matices, fisuras, secretos… Huyo de los clichés”.
-Una invitación a descubrir lo que está oculto…
“Entiendo que una persona es como un iceberg, que solo muestra el pico”.
-¿La documentación coloca los cimientos del relato?
“Sí. De hecho, una de las cosas que más me gustan de escribir es el proceso previo”.
-La investigación…
“Una vez pergeñada la historia. Y los personajes. En este caso, la protagonista es una jueza de instrucción”.
-En una coyuntura especialmente compleja…
“Me puse en contacto con Isabel Durántez, una jueza de instrucción de Madrid. Fue amabilísima conmigo”.
-Un traje a la medida del personaje, desde luego…
“Me permitió ir a varios juicios leves, me presentó a su equipo, visité los calabozos, los cuartos de las guardias…”.
-El ambiente…
“¡Fundamental!”.
-Tras la primera de las cuatro novelas, Consuelito de la Ascensión, las siguientes tomaron otros derroteros…
“Del humor, al género negro: El extraño del ayer, El error de Clara Ulman y esta”.
-La aportación al género ha merecido un premio recogido recientemente en Zaragoza…
“¡Estoy muy emocionada! El Premio Especial del Festival Aragón Negro es el primero que recibo como escritora”.
-El jurado valora la originalidad temática y formal en novedosos planteamientos…
“Este reconocimiento a mi trayectoria literaria supone un aliciente muy grande. Lo he disfrutado mucho”.
-¿Cómo se comportan las diversas facetas profesionales? ¿Se compaginan?
“Son diferentes vertientes de lo mismo. Todo se basa en la creación: interpretar, escribir, dirigir o producir”.
-Facetas análogas…
“Ha sido una evolución lógica como creadora”.
-Vertientes verosímiles…
“Utilizo la misma técnica escribiendo que al actuar. Diría que la condición de actriz define mi estilo literario”.
-¿Los movimientos han estado acompasados?
“Cuando monté la productora de teatro Nueva Comedia, di un paso para ser dueña de mi destino profesional”.
-En la voluntad de la vocación, querer es poder…
“Poder elegir las obras que quería representar, los directores y los actores”.
-La imaginación andaba a pie de calle en Barrio Sésamo…
“Yo era uno de los personajes del barrio, en mis comienzos como actriz”.
-¿El final llega a sorprender a quien escribe?
“A mí, no. Cuando me pongo a escribir, tengo absolutamente claro el inicio, el desarrollo y el desenlace”.
-¿Una narración deja pistas para libros posteriores?
“Las mías son historias radicalmente distintas, sin la estructura de una saga”.