Con una banda de música en directo que acompaña en ocasiones la interpretación de sus dos protagonistas, Yo maté a Kurt Cobain llega este viernes (20.00 horas) al Espacio La Granja de la capital tinerfeña, para lleva al público vuelta a la década de los 90 y revivir la música y las consignas del movimiento grunge y del grupo Nirvana, pero también, y sobre todo, para hablar de problemas que afectan a muchos jóvenes en la actualidad. Esta obra multidisciplinar está basada en un original texto de Rosa Escrig, nacido al amparo de una de las ediciones del Laboratorio Canarias Escribe Teatro, que dará comienzo a las 20 horas.
Espacio La Granja programa esta pieza en colaboración con MAPAS Fest. Sus protagonistas son una mujer de 46 años y una adolescente con la que charla en sus largas noches de insomnio. Juntas intentarán desvelar un misterio que les persigue desde la pubertad. ¿Quién mató a Kurt Cobain? De forma paralela a sus intensas conversaciones, el público asiste a un repaso al movimiento grunge, tendencia artística surgida en Seattle en la década de los 90 cuyo espíritu conecta con los sentimientos de la gran mayoría de los jóvenes. Y lo hace justo cuando empezaban a ver que el futuro no era tan bonito como lo pintaban y que había que exteriorizar el desencanto y la desilusión. Una explosión musical que nadie esperaba cuando en 1991 Nirvana publica su trabajo discográfico Nevermind.
Las actrices María de Vigo y Adriana Ubani encabezan el elenco, acompañadas por una banda formada por Nacho Martín, Ximo Martínez, el guitarrista Enrique Martínez y Mingo Ávila, en un espectáculo dirigido por Luis O’Malley bajo la producción de la propia Rosa Escrig.
Según indican desde Escrig Producciones, “uno de nuestros principales objetivos es consolidarnos como compañía de teatro estable que siga una línea de trabajo más experimental y ligada al teatro de investigación con textos propios y fieles a la práctica artística arraigada en el proceso de investigación creativa”.
En su opinión, el teatro de investigación “lleva a los artistas a un compromiso dinámico con el tema de su trabajo; los artistas miran hacia afuera en busca de preguntas urgentes, a menudo interactuando con individuos y comunidades para escuchar, hacer descubrimientos y desafiar las formas habituales de conocimiento”. También es una forma de trabajar que extienden a la producción, “invitando al público a participar activamente en la investigación, antes, durante y después de la representación”
El equipo de Rosa Escrig considera que durante el confinamiento “hemos consumido tanta ficción que el público está más hambriento de lo real. Todos somos adictos, necesitamos cada vez más poder emocional en nuestra cultura, y las cosas reales son más poderosas”. Y en el caso de Yo maté a Kurt Cobain se pretende que el público sienta que está involucrado en la conversación de sus protagonistas para escuchar atentamente lo que dicen.
Las entradas están disponibles en la web del Espacio La Granja y en la taquilla, al precio de ocho euros.