El Gobierno de Canarias ofrece en las salas de arte del Instituto de Canarias Cabrera Pinto Pepa Izquierdo: retrospectiva (1966-2022), una exposición sobre el trabajo de esta prolífica artista durante más de 50 años. El proyecto, comisariado por Federico Castro Morales, exhibe en La Laguna hasta el 31 de agosto una panorámica de la aportación de Pepa Izquierdo (Tenerife, 1945) a la renovación del arte figurativo en Canarias.
A través de 145 obras, se identifican 10 momentos en su producción: desde los inicios, mientras preparaba el ingreso en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife o su etapa universitaria en Madrid, hasta las propuestas realizadas en 2022.
INVESTIGACIÓN
El dibujo de Pepa Izquierdo explora la investigación formal, llevando al límite las convenciones artísticas en la expresión figurativa. Esta voluntad también se percibe en su faceta como pintora o gestora cultural a través de su labor en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, en el que buscó acercar a la ciudadanía las nuevas tendencias artísticas que se gestaban fuera del Archipiélago.
Flores, dependencias de una casa, retratos femeninos o bodegones. La retrospectiva es una mirada al universo poético y cotidiano de la creadora. “Pepa Izquierdo transmite el espíritu de los objetos. Lo que subyace debajo de esa aparente precisión es una forma de trabajar con pasión”, apunta Castro Morales. A partir de los años 90, Pepa Izquierdo investiga en torno al bodegón, género proclive a desvelar la esencia que reside tras la apariencia de lo real, la naturaleza de la luz y el color; o aspectos menos tangibles, como la soledad, la memoria o la nostalgia de la infancia.
La creadora tinerfeña, en cuya mirada hoy se observa un mayor intimismo, se formó entre Tenerife, Madrid y Barcelona. En ese tiempo vive el surgimiento de una generación artística vinculada al rechazo al franquismo y a los anclajes academicistas. Creadora de una extensa obra, especialmente vinculada al dibujo figurativo, a partir de su regreso a la Isla, en los años 70, promueve la modernización del Círculo de Bella Artes de Tenerife. Su afinidad creativa con Luis Feria la lleva a ilustrar alguno de los libros más emblemáticos del poeta, como Dinde o Del amor.
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