La palabra que define este local, ricurri, es algo que Ignacio, propietario de Fisquito, y su mujer crearon ad hoc para definir aquellos lugares, personas o cosas que transmiten buena energía y que les hace sentir bien.
Con el paso de los años, este local ha tomado vida propia y la mejor palabra que lo puede definir es la que ellos mismos han creado, ya que se ha generado un ambiente que cualquier comensal lo puede percibir solo al entrar.
Se trata de un lugar pintoresco, muy diferente a los locales de la zona, y donde se puede disfrutar de un menú distinto mientras lees DIARIO DE AVISOS a través de la nueva app, que permite la lectura del periódico por medio de un smartphone.
El establecimiento de por sí ya tiene una esencia y estilo especial, y el trato de Ignacio es más que agradable, pero la comida realfooder, o lo que es lo mismo, comida fresca y natural, ha atraído a muchas personas por ser el único local que ofrece este tipo de productos.
Entre sus bocadillos, hechos en el momento, están el de pollo con aguacate o curry, o el de serrano con tomate recién picado. Además, también tienen tarta de fresas.
Ignacio ha demostrado que, cuando se quieren hacer bien las cosas, solo es cuestión de ganas, esfuerzo y corazón, demostrando que hay cosas que están por encima del dinero, y eso, entre otras cosas, le ha hecho pasar el pequeño bache de la COVID-19 con muchos mejores resultados que otros locales, ya que la gente se ha sentido segura y cuidada al acudir.
Sin duda, este argentino natal, pero tinerfeño de corazón, y padre de dos hijos, ha demostrado que el esfuerzo, el buscar un punto diferente y la calidez humana hacen que una cafetería normal se convierta en la más ricurri de Granadilla.