Por Benjamín Reyes. David Pantaleón (Valleseco, 1978) se ha distinguido por una filmografía sin parangón donde se mueve como pez en el agua en el mundo del cortometraje. Su primer largometraje, Rendir los machos, que ha tardado ocho años en poner en pie, le ha reportado varias alegrías. Ganó el máximo galardón del Festival de Sevilla, ganó el premio al mejor filme nacional en L’Alternativa de Barcelona y se alzó con el premio al mejor largometraje en el Festival de Las Palmas de Gran Canaria, siendo profeta en su tierra. Ahora estrena la película en el XVII Festivalito de La Palma. La cita, hoy lunes, a las 20.00 horas, en la Casa de la Cultura de El Paso, con entrada libre.
-¿Por qué ha elegido a unos cabreros como protagonista de ‘Rendir los machos’?
“Porque la historia sucede en ese contexto. Armamos un dispositivo para construir una historia clásica de unos hermanos que se odian en un viaje conjunto hacia la reconciliación. Es una historia mil veces vista. El contexto le da la particularidad de nuestra región. Fuerteventura y los cabreros eran un pilar fundamental para construir el relato”.
-El título alude a un ritual ancestral, pero también se puede interpretar como una rendición de la masculinidad bruta.
“Sí, la película juega a eso. Planteamos una tradición inventada, como lo son todas. Las tradiciones son invenciones que se repiten. En este caso, los hijos varones tienen que transportar ganado tras la muerte de su padre en un acto fúnebre relacionado con sus propias pertenencias. Coloco a los personajes en un lugar propicio para el diálogo cuando en la realidad a los hombres nos cuesta hablar de nuestros sentimientos”.
-Uno de los temas que plantea el filme es la oposición entre tradición y turismo.
“La película es un híbrido. A mí me gustan los filmes en donde no sé cuánto hay de ficción y cuánto hay de documental. En mi película coexisten, en un mismo tiempo, diferentes épocas. Por un lado, se habla de una tradición atávica y por otro del turismo como elemento transversal. Hay una mezcla entre tradición y modernidad. Aparecen móviles como elemento de incomunicación. Aparece un dron como un trípode divino”.
-¿Canarias ha perdido el vínculo con la naturaleza?
“La humanidad está inmersa en un camino, en el que cada vez estamos más desvinculados con la naturaleza. Cada vez tenemos menos conciencia de dónde salen las cosas. Creemos que la leche sale de un tetrabrik o la carne surge de una bandeja de plástico. El volcán de La Palma nos ha demostrado que no podemos dominar a la naturaleza”.
“El domador de animales hizo viajes entre las Islas Canarias para seleccionar siete cabras de distintas islas”
-¿Cuál es la importancia de la música en su cine?
“Siempre creo que compongo películas sin música. Es un autoengaño porque luego la música cobra protagonismo en las cosas que hago. La música que suena en Rendir los machos está relacionada con el territorio: folía, verbena, mariachi, rancho de ánimas. La música mariachi es universal en el mundo ganadero. Tanto se puede escuchar en una feria de Fuerteventura que en una de feria de Filipinas. Es otra ficción. Vinculamos ciertos elementos a una determinada realidad. El rancho de ánimas le otorga credibilidad a la tradición inventada. La música de la película fue compuesta por Pedro Perles”.
-¿Cuál es el mensaje de la película?
“A mí me gusta que sea cada espectador el que encuentre el mensaje de la película. Me gusta hacer cine que no tenga mensajes cerrados. Quizá los temas que abordan son el amor fraternal, la comunicación o lo emocional sobre lo material”.

-¿Se puede hablar de un sello Pantaleón?
“No sé. Deberían ser los críticos de cine quienes deberían decirlo. En mi cine hay elementos que se repiten y esto supongo que define una mirada. Estaría feo que yo hablara de un sello Pantaleón”.
-¿Se considera un autor?
“Sí, lo intento. Estoy inmerso en esa búsqueda. Cada proceso de construcción de una película es un proceso de búsqueda, es un proceso de ensayo-error, en el que nunca sabemos si estamos en el camino adecuado. Es la aventura de la creación”.
-¿Cómo se hace un ‘casting’ de cabras?
“Salvando las distancias fue como en Ocean’s Eleven, en el que tienes que buscar un especialista, en este caso, Sherpa, que es el susurrador de machos o domador de animales, que se encargó de seleccionar las cabras. En Fuerteventura estaban los machos más fuertes y más bonitos, pero no nos venían bien porque eran muy salvajes y no iban a hacer los que queríamos que se viera en pantalla. Sherpa hizo viajes entre las Islas Canarias para seleccionar siete cabras de distintas islas, que están casi toda la película en cuadro. Sherpa es ganadero y ha trabajado en diferentes películas, como en Exodus, de Ridley Scott”.