El incendio forestal que se inició el pasado jueves en la zona de Los Campeches, en Icod el Alto (Los Realejos) continuaba afectando en la jornada de ayer, además de la mencionada localidad, a las de San Juan de la Rambla, La Guancha e Icod de los Vinos, así como la de La Orotava, no como superficie quemada, sino como por los desalojos puntuales en una de sus calles.
En la zona de Chanajiga y ladera de Tigaiga se mantiene la prioridad de ataque por parte de los servicios de extinción. Por la mañana estaban afectadas casi 2.500 hectáreas de superficie y 26 kilómetros de perímetro.
Se ha registrado el desalojo preventivo de 584 personas, de las que 423 son del municipio de Los Realejos. Algunas se han ubicado con familiares y amigos, mientras que el Consistorio presidido por Adolfo González informó que “se han realojado en instalaciones hoteleras de Los Realejos y Puerto de la Cruz más de 200 personas, en 104 habitaciones, para lo que han sido fundamentales los servicios técnicos del Ayuntamiento desde varios de sus departamentos”. Asimismo, con servicios de veterinaria y la colaboración vecinal se ha garantizado el traslado del ganado y mascotas.
Melissa García, concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Los Realejos y una de las evacuadas el pasado sábado, señaló que “para todos fue muy duro. Además de ser una de las afectadas, tenía que mantener la entereza, darles ánimos, esperanza y convencerlos de que el desalojo era una medida por precaución. Yo soy de Las Llanadas desde que nací, así que fue muy duro dar la noticia a tus familiares (suman 50 desalojados), vecinos y amigos, y rompimos a llorar juntos, abrazándonos y convenciéndonos de que esto sería un mal recuerdo, y que pronto volveríamos a nuestras casas”, señaló en el programa Tierra de Alisios, de la Televisión Canaria.
Recordó que todos los miembros de la corporación “nos dividimos casa por casa haciendo un preaviso a los vecinos, y dando un mensaje de tranquilidad ante el avance del incendio en la ladera de Tigaiga, pero, a su vez, recomendando que prepararan algunas cosas ante un posible desalojo si las autoridades, llegado el momento, nos dieran esa orden. Fue también una preparación psicológica, así pudieron llevarse sus pertenencias más importantes y sus animales, para que ser realojados”, señaló.
Cuestionada por lo que pudo recoger afirmó que “es un momento muy duro, hay que vivirlo y no es algo que nadie se plantee. Habíamos visto recientemente a la gente de La Palma afectada por el volcán y en otras catástrofes, pero en este momento te quedas impactada”. “Al final, he cogido las fotos familiares y recuerdos muy cercanos, dos mudas de ropa, la documentación y poco más”, reconoció la vecina de Las Llanadas, que está alojada en casa de su hermano. En las próximas horas espera regresar a su vivienda.
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