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Aileen María Marty, experta de la OMS: “Todavía tenemos tiempo para frenar la viruela del mono”

La directora de Laboratorio y Consultora Clínica de la Universidad Internacional de Florida teme que el virus dé un nuevo salto y "contagie a animales"
Aileen María Marty, experta de la OMS. Marta Torres
Aileen María Marty, experta de la OMS. Marta Torres

La presente edición de Campus África ha traído a Tenerife a la doctora Aileen María Marty, Directora de Laboratorio y Consultora Clínica de la Universidad Internacional de Florida (FIU), así como asesora de la OMS para concentraciones masivas y evaluaciones de riesgo de Enfermedades Infecciosas Desatendidas; También colabora con la Casa Blanca. Marty, descendiente de la familia tinerfeña Melián, que emigró a Cuba y luego a Estados Unidos, tiene una destacada trayectoria de investigación sobre la viruela del monos y otros virus zoonóticos. Recordó en esta entrevista con DIARIO DE AVISOS que “hay que actuar de manera urgente, todavía tenemos tiempo para hacer lo necesario y que esta viruela del mono no se magnifique más”. Teme que dé un nuevo salto “y contagie a animales, que haga que se convierta en endémica” en más países, y puso el foco en los “riesgos para la población infantil”, cuyo sistema inmunitario “no está maduro” para luchar contra ella.

-¿Qué opinión tiene de esta expansión de la viruela símica?
“La primera vez que se localizó y aisló fue en monos asiáticos, no en africanos, y el resto de casos que luego se fueron localizando y estudiando también tenía este origen; sin embargo, no se había detectado en humanos hasta fechas recientes. Fue en 1970 cuando se localizó el primer caso en un bebé y estaba situado en una zona en la que se había eliminado la viruela. Por tanto, al hacer las pruebas correspondientes se descubrió que se trataba de viruela del mono y no de la propia del ser humano. Actualmente, el epicentro de la viruela del mono se sitúa en Europa, no en África. Las causas por las que se ha expandido ahora han sido los cambios climáticos, los movimientos de la población, la interacción del hombre en el medio natural, todo esto ha propiciado que nos convirtamos en un huésped perfecto para los virus”.

-¿Usted llegó al estudio de la Monkeypox a raíz del brote en Estados Unidos?
“Mucho antes. El brote en Estados Unidos fue en 2003 y llegó a afectar a 97 personas. Se hicieron pruebas en laboratorio, que determinaron que eran viruela del simio, y todos se contagiaron de los perritos de las praderas, un roedor de gran popularidad como animal de compañía, que estuvo en contacto y se infectó de una rata africana. Esta es la parte en la que quiero incidir por su importancia. Lo que más me alarma de este brote de viruela del mono es que con tantas personas en tantas partes del mundo infectándose se puede contagiar también a animales domésticos y, a su vez, a algunos salvajes, pudiendo dar el salto a hacerse una enfermedad endémica en varios países. No se sabe qué animal o animales pueden ser reservorios de esta pandemia, pero sí sabemos que se puede transmitir entre varias especies mamíferas, no sabemos hasta donde puede llegar este problema”.

-¿Cómo desarrolló su trayectoria profesional en las enfermedades más desatendidas?
“Llevo trabajando desde 1982 y en África empecé a hacer estudios en 1985. Yo fui médico para la Marina norteamericana, y acudíamos a diferentes países pobres por todo el mundo (América, África y Asia) y acudíamos con equipos, médicos, enfermeros, sanitarios y medicamentos. Montábamos un centro sanitario, atendíamos a todas las personas y las tratábamos de cualquier enfermedad. Al principio estudié mucho tiempo la lepra y la malaria, y en la lepra estuvimos buscando simios con esta enfermedad y de dónde era su origen. En 1992 descubrimos que en el oeste de África había monos con lepra y allí fuimos a hacer estudios de distribución de esa enfermedad en animales. Así también comencé a trabajar y colaborar con la OMS. Cuando ya cayó la Unión Soviética, en los Estados Unidos nos dimos cuenta del gran problema que habían provocado los soviéticos con armas biológicas. Como médico militar me pidieron que enfocara mis estudios científicos hacia otras enfermedades que pudieran utilizarse como armas, es decir: ántrax, ébola, brucelosis, viruela humana y viruela del mono. También he trabajado en diversos proyectos para el Gobierno y otras agencias estadounidenses, por ejemplo, en el problema de Irak, el Departamento de Estado me nombró y estuve en la Comisión de Inspección de Naciones Unidas para desarmar a Irak de armas químicas y biológicas, y continuamos posteriormente investigando si lo que están haciendo en otros países era para bien o para mal. Esto me permitió trabajar mucho más en el ámbito civil, y he sido la Directora de Salud encargada por la OMS para preservar que no ocurran brotes de enfermedades que generen pandemias en grandes competiciones como Juegos Olímpicos o Campeonatos del Mundo de fútbol”.

-¿Qué es la viruela del mono?
“Hay que destacar que es una enfermedad que puede ser grave en ciertas personas, especialmente los niños. Normalmente no se transmite rápidamente entre personas, pero sí puede hacerlo de manera respiratoria, por contacto con fluidos corporales o mucosas, por contacto en ropa, sábanas, toallas o utensilios para comer. Normalmente se desarrollaba en personas que estuvieron en contacto con animales selváticos en África, donde existen diferentes tipos de animales reservorios que pueden transmitir esta infección, incluyendo los monos o simios, ardillas, roedores, etc., y es endémica en varios países. Fuera de ese entorno, en 2003 hubo un brote el EE.UU. por unas mascotas que se había infectado de una rata de África en un distribuidor de animales. Desde la comunidad científica debemos educar en primer lugar a enfermeras, médicos, paramédicos, dentistas, etc., para que puedan atender a un posible caso afectado o incluso se protejan a sí mismos y no se contagien. Los dentistas, porque la primeras lesiones son orales, antes de que se manifiesten en la piel. Hay que destacar que la infección por viruela del simio es muy dolorosa, hay personas que lo pasan muy mal. Puede afectar los ojos, en algunos casos provocar ceguera, también afecta a la boca, los genitales, y deja cicatrices”.

-Se ha convertido en un problema grave…
“La gran mayoría de las transmisiones han sido debidas a fiestas de sexo, entre hombres, y si van a tener esos placeres tienen que protegerse y tener la vacuna puesta. La vacuna actual necesita dos dosis. Tenemos que parar esas fiestas (una bacanal en Nueva York fue el origen del mayor brote en EE.UU.). No quiero con esto decir a la gente cómo tiene que vivir su vida, pero si van a tener este tipo de acciones, deben protegerse y deben prestar atención a con quién están teniendo sexo. Honestamente no se dan cuenta de que el placer de hoy puede ser la desgracia de mañana, hay que balancear lo bueno de la vida con los peligros que tiene. Hay que minimizar el riesgo. Deben ser conscientes de que este es un problema grave, si cogen la infección es muy probable que vaya a pasar unos meses muy desagradables, con muchísimo dolor, les dejará cicatrices en algunos casos horrorosas y hay personas que tienen complicaciones. También pueden contagiar a sus familiares y amigos. Además, hay que recordar que el virus de la viruela del simio se puede transmitir a los animales domésticos o salvajes y de ahí esta puede volver a contagiar a otros humanos y podemos tener un problema mayor si se convierte en endémica, y entonces ya sería muy complicado eliminarla. Sin embargo, todavía estamos a tiempo para hacer lo necesario y que esta viruela del mono no se magnifique”.

-¿Ha tardado la OMS en declarar su alerta internacional?
“El próximo jueves seguramente la OMS tendrá que declarar una emergencia internacional la Monkeypox, porque hay varias cambios significativos y una trasmisión en muchísimos países. No se realizó en junio esa declaración de pandemia a nivel mundial posiblemente por cuestiones políticas, y quizás también emocionales para la sociedad. La gente no quiere saber de otra pandemia, es que todavía no hemos salido de la del SARS-CoV-2. Pero oficialmente esto es una pandemia, hay brotes en diferentes países y de diferentes continentes. Se ve que hay una explosión de casos en muchos países, se ha escapado”.

-Esta viruela actual ha mutado más de lo esperado.
“Cierto, hemos visto y descubierto cambios entre las variantes de viruela. Estamos buscando qué factor fue el que facilitó que se produjeran esos cambios. Se estudió la secuencia de este brote y los casos que se habían exportado inicialmente de Nigeria a Israel, a Gran Bretaña, etc., debía de haber no más de seis cambios, sin embargo, hemos descubierto que hay 47 cambios significantes. El virus de la viruela del mono se caracteriza por ser un virus de ADN que se replica dentro del citoplasma del organismo por tres vías. En Estados Unidos se han encontrado tres variantes en este brote, aunque la mayoría corresponde al tipo B.1, el mayoritario en Europa. Los principales cambios se producen a través de una encima específica que permite acelerar los cambios genéticos. Las personas contagiadas pueden ser asintomáticas, pudiendo contagiar a otras personas sin ser conscientes de ello. La gravedad del virus en una persona depende de si tiene una vida sana y un pasado genético bueno. En el caso de los niños tenemos un problema. Si hay muchas infecciones, es mejor cogerlas siendo bebés o menores que en edad adulta, y tendrán menos posibilidades de sufrir complicaciones. En el Monkeypox no es así. En África la mayoría de los infectados en ese continente son niños”.

-¿Cómo van evolucionando los tratamientos y las vacunas?
“La misma vacuna que erradicó la viruela humana funciona bien contra este virus, pero la población actual se puso la vacuna hasta los años 70, y se declaró erradicada en 1980. Hay tratamientos antivirales que funcionan bien, en la mayoría de los casos, algunas variantes vienen de la investigación del VIH. El virus de la viruela fue domesticado y convertido en vacuna, y sabíamos que era peligroso para algunas personas con enfermedades previas, embarazadas, mayores, etc. Ante el miedo de que algún país utilizara la viruela de forma agresiva, diversos investigaciones estudiaron y lograron mejorar la vacuna. Hay hasta tres avances de esa vacuna original de la viruela. La de última generación la tienen los rusos y fue hecha utilizando la tecnología e ingeniería moderna. Las nuevas son más efectivas que la original y funcionarán mejor.

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