Al mal tiempo, buenos libros. Una de las políticas culturales más encomiables, a la vez que más silenciosas, es la captación de nuevos lectores. Se trata de una política comunitaria, compartida, participativa, en la que quizás lo que se pierde de institucional se gana en lo social.
No resulta nada fácil en un mundo de pantallas animar a la lectura. Cierto. Sin embargo, cada sociedad se juega mucho en esta apuesta, pues los libros siguen figurando entre las mejores herramientas para que un individuo se convierta en ciudadano, para que sea capaz de reflexionar y, lo que no es poco, se dote de un espíritu crítico. Todo eso, claro, sin mencionar los buenos momentos que podemos experimentar al pasar las páginas de un libro.
XXII PREMIOS MARÍA MOLINER
El Ministerio de Cultura y Deporte, en colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), ha premiado recientemente la labor de un total de 370 bibliotecas que se encuentran ubicadas en localidades de menos de 50.000 habitantes.
Los XXII Premios María Moliner han reconocido los mejores proyectos de animación a la lectura dirigidos a los vecinos y vecinas de esos municipios españoles, con especial atención a los relativos a aquellos sectores de la población que por diversos motivos tienen mayores dificultades para acceder a ella.
EL ARCHIPIÉLAGO
En esta ocasión, cinco proyectos de animación a la lectura que presentaron bibliotecas municipales de Canarias han resultado distinguidos. Se trata de las bibliotecas públicas municipales tinerfeñas Tomás de Iriarte, en el Puerto de la Cruz; la Villa de Candelaria, en el municipio del mismo nombre, y la Ernesto Rodríguez Abad, en la Villa de Los Silos. A ellas se suma la biblioteca de San Andrés y Sauces, así como la Red Municipal de Bibliotecas, en La Palma.

A esta edición se presentaron proyectos desde 547 municipios de toda España. Las 370 bibliotecas seleccionadas reciben un premio de 2.777,77 euros, menos las que concurrieron al certamen con los 10 proyectos que han resultado más valorados, pues en este caso la cuantía económica se eleva hasta los 10.000 euros. En concreto, se trata de los proyectos de las bibliotecas de las localidades de Alovera (Guadalajara), Lobón (Badajoz), El Ballestero (Albacete), Isla Cristina (Huelva), Carrizosa (Ciudad Real), San Mateo de Gállego (Zaragoza), La Almunia de Doña Godina (Zaragoza), Muskiz (Vizcaya), Castropol (Asturias) y Colmenar del Arroyo (Madrid). Ese dinero se empleará principalmente en la compra de libros y publicaciones periódicas.
El programa, financiado por el Ministerio de Cultura y Deporte, cuenta con una inversión total de 1,1 millones euros. Para hacernos una idea de la importancia estratégica en el acceso al libro y la lectura que se reconoce a través de esta iniciativa estatal basta señalar que aproximadamente la mitad de la población española reside en municipios que no superan los 50.000 habitantes.
El objetivo de la campaña es, siguiendo el ideal de la propia María Moliner (1900-1981), filóloga, lexicógrafa, archivera y bibliotecaria -además de la célebre autora del Diccionario de uso del español-, que cualquier lector, cualquier lectora, en cualquier lugar, pueda conseguir el libro que le interese.
ZONAS RURALES
En esa misma línea, el Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, ha puesto en marcha el primer programa de animación a la lectura del mundo rural, dotándolo con 250.000 euros, dentro del nuevo Plan de Fomento de la Lectura 2021-2024.
La experiencia quiere fomentar la lectura, las letras y el libro en el mundo rural, apoyando gastos de equipamiento o inversiones de entidades que desarrollen programas de animación a la lectura, sobre todo, aquellos que se lleven a cabo en localidades con una población de menos de 5.000 habitantes.