El Festival Boreal cumple este año su decimoquinta edición, motivo más que suficiente para preparar una celebración extraordinaria. Durante los días 16, 17 y 18 de septiembre la muestra regresará al casco de Los Silos, reforzando además los valores medioambientales que lo confirman como un festival único en Canarias. Javier Jiménez, su director, habla de lo que está por llegar.
-¿Cuál cree que es la huella que ha dejado el Festival Boreal tras 14 ediciones?
“Con el Festival Boreal nació un concepto de entender las celebraciones culturales como actividades multidisciplinares. Siempre ha sido un festival con temáticas e ideas múltiples y diversas, articuladas de manera transversal. Boreal siempre ha estado en consonancia con la mayoría de los ODS de la Agenda 2030, antecediéndolos incluso. No hemos tenido que forzar nada, es nuestra carta de naturaleza, como ecofestival inclusivo y con perspectiva de género: unir e imbricar la cultura en sus múltiples manifestaciones con la sensibilización medioambiental y el cuidado de nuestra biodiversidad. Todo ello practicando una descentralización de la cultura, alejada de las áreas metropolitanas y los grandes focos urbanos y turísticos. Boreal está aparejado al desarrollo de un entorno único bajo un prisma y un concepto de festival único”.
-¿Esta decimoquinta entrega lleva aparejada alguna celebración especial?
“Llegar hasta aquí con un festival de esta identidad y estas características, con una pandemia de por medio en la que siempre lo desarrollamos, creemos que es motivo suficiente de celebración. Y lo haremos volviendo a disfrutar de los grandes espacios, cargados de una programación amplísima y diversa en la que habrá propuestas especiales, como los monográficos dedicados a las culturas de Argentina y de Chile, o la exposición artística retrospectiva de estas 15 ediciones. Sin olvidarnos del Premio Boreal, que en este año especial recaerá sobre una persona bien relevante en el tratamiento crítico y humanista de las culturas del mundo. Y, obviamente, activando acciones ligadas al carácter ambientalista y no neutral del Festival Boreal. Si hay motivos para celebrar un festival como este, también los hay para poner la lupa sobre las preocupaciones y daños que se dan en un entorno frágil y único como el que habitamos”.
-No es para nada habitual en las Islas un cartel musical tan variado y con representación de tantas partes del mundo. ¿Cuáles son los requisitos para llegar a este punto de excelencia?
“Siempre tratamos de acercar el mundo a Los Silos, a la Isla Baja, a Tenerife y a Canarias. No solo a la inversa. Y la música es un lenguaje único, con posibilidades únicas. Un diario nacional definió en una ocasión al Boreal como un festival boutique, en el que puedes descubrir propuestas musicales de todo el planeta, que son poco conocidas en nuestro contexto más próximo, siempre de extraordinaria calidad. El mundo está lleno de posibilidades y propuestas, que pueden contar con motivos suficientes de calidad estética y ética como para formar parte del cartel musical de este festival multidisciplinar. No nos interesa el mainstream, los grandes nombres comerciales de la industria musical que actúan en casi todos lados. Nos alegramos de que existan, pero en nuestro caso preferimos subrayar la diversidad y apostar por ella”.
-Boreal es un paradigma de ecofestival en Canarias. ¿Cuáles son los requisitos mínimos irrenunciables en el modelo de trabajo y cuáles los máximos a los que se aspira?
“La identidad ambientalista y sostenible del festival no es una postal ni un postureo. No es una nota superficial a una coyuntura temporal. No son puntos en una convocatoria, es nuestra raíz. Es algo que debiera funcionar trasversalmente en todo festival o acción cultural, porque la cultura es una extensión de la vida y de una biodiversidad que es rica pero frágil. Cada año activamos un plan de gestión ambiental que es referencia local e internacional, y desde 2021 sometemos a una ecoauditoría al festival, el único en su especie en Canarias en cumplir esta exigencia. Queremos reducir nuestro impacto a la mínima expresión, y para ello supervisamos todas las acciones, tanto en la fase organizativa y programática como en la ejecución y con posterioridad a ella. Este año hemos previsto un festival lo más sostenible posible, para celebrar una iniciativa comprometida con la sostenibilidad ambiental, social y económica, y preocupada también por la conservación de la biodiversidad. Presentamos un programa de actividades diseñado con el máximo compromiso ambiental y conscientes del territorio donde nos hallamos. Los Silos y la Isla Baja en general no son un lugar cualquiera. Existen poblaciones de plantas y animales únicas, algunas de ellas muy reducidas. Además, buena parte de su territorio está catalogado como parque rural, paisaje protegido, sitio de interés científico, zona de especial protección para las aves y en el futuro incluso reserva marina de interés pesquero”.