internacional

Mijaíl Gorbachov: “Ni en Lanzarote podemos aislarnos de la angustia que vive nuestro pueblo”

El último presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) falleció ayer en Moscú tras una larga y grave enfermedad
El último presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) falleció ayer en Moscú tras una larga y grave enfermedad
El último presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) falleció ayer en Moscú tras una larga y grave enfermedad. EP

Hace exactamente 30 años, nos citamos en La Mareta (Teguise, Lanzarote) Martín Rivero, Lucas Fernández y yo para realizar una entrevista en exclusiva a Mijaíl Gorbachov, último presidente de la URSS, que ayer fallecía en Moscú a los 91 años. El diálogo con el también premio Nobel de la Paz cobra hoy, en tiempos de Putin y de guerra en Ucrania, un especial significado. Encarna el final de una etapa histórica, que clausuró la Guerra Fría; el nuevo tiempo está lleno de incógnitas. Lo que sigue es la entrevista en su versión original aparecida en El País.

“Es la primera vez que nos bañamos en el Atlántico”. En mangas de camisa, y con el mar a su espalda, Mijaíl Gorbachov reconoce que los días pasados en Lanzarote le han ayudado a descansar aunque sigue arrastrando consigo el pesado lastre de las preocupaciones políticas. Raísa, su esposa, fue testigo de más de una hora de conversación en la que terció con frecuencia.

Ella fue la que puso un acento grave para aludir a los problemas que acucian a su país. Gorbachov suscribió su punto de vista: “Es cierto, ni en Lanzarote podemos aislarnos de la angustia que vive nuestro pueblo. Estamos descansando, sí, pero con un dolor que no se separa de nosotros”. El padre de la perestroika, que se muestra joven físicamente a sus 60 años, está aprovechando su estancia en Canarias para escribir sus memorias.

-¿Durante estas vacaciones en Lanzarote, ha visto los problemas del mundo de otra forma?
“Sí, he pensado en los problemas del mundo y tengo que decir que en Lanzarote me han surgido nuevas esperanzas. Veo desde aquí a mi país, a Europa muy próximos. Pienso que la tarea de los políticos es no sembrar dudas en la gente sobre nuestras decisiones. Y para eso no hay que perder el tiempo. La política tiene que ser muy dinámica, pero no puede quedarse solo en palabras.En este sentido, creo que hay que promover nuevas organizaciones capaces de actuar. Soy partidario de que se cree un Consejo de Seguridad Europeo, porque en Europa hay tantos problemas… Los alemanes y los franceses apoyan esta idea. Tengo la sensación de que estamos perdiendo el tiempo, porque cuando surge el problema de Yugoslavia, por ejemplo, no sabemos quién tiene que actuar”.

-¿Es usted partidario de una intervención militar en la antigua Yugoslavia?
“Lo primero que hay que hacer es parar la guerra y para ello hay que emplear todos los medios políticos, colectivos e individuales. Después debe comenzar la negociación”.

Vínculos con España

-¿Ha sentido que España estuvo siempre de su lado?
“Pertenezco a una generación que desde niño estuvo muy ligada a España. Hablo del tiempo en que España vivió el drama de la guerra civil. Los soviéticos acogimos a los españoles en aquel momento con mucha simpatía. Y eso queda grabado y se siente hasta hoy día. Incluso, cuando no había relaciones entre los dos países, durante el franquismo, ese sentimiento mutuo existía aunque no pudiera manifestarse. Por otra parte, España ha dado un ejemplo único de transición del totalitarismo a la democracia. Además, la incorporación de España a la Comunidad Europea tiene una gran importancia porque puede hacer una especial aportación a la civilización mundial. Sí, siempre tuve cerca a España.”

-¿Cómo definiría sus relaciones con el rey Juan Carlos y con el presidente Felipe González?
“Conozco bien el potencial del rey Juan Carlos y de mi amigo Felipe González. Conozco muy bien su dimensión humana y su vocación democrática. Durante los últimos años he mantenido unas relaciones muy buenas con Su Majestad y con Felipe González. Hemos intercambiado información. Mantenemos un grado de comprensión muy grande y una gran proximidad en los puntos de vista. Puedo decirles a los españoles que tienen motivos para ser felices, porque ahora España está dirigida por dos figuras enormes. Sé que un sector de la oposición critica ahora a González pero eso, de ninguna manera, cambia la buena imagen que tengo de él”.

-Un dirigente socialista español dijo ayer en este periódico que haría cola para preguntarle a usted la verdad del golpe en Moscú. ¿Cuál es su versión?
“El 18 de agosto, yo, como presidente, rechacé el ultimátum de los golpistas. Era un intento de fuerzas reaccionarias para detener el proceso de la perestroika. El golpe hizo fracasar la firma del Tratado de la Unión. Después se ha producido lo que yo llamo un zig zag. Pienso que la actual dirección de Rusia ha cometido después errores en procesos que han sido negativos. Estos días he sacado algunas conclusiones. Yeltsin se ha equivocado en el ritmo de las transformaciones. Desde enero para acá la economía en Rusia está al borde de la catástrofe y el pueblo vive en condiciones muy difíciles. Yo abogo por una nueva política, que ha de ser impulsada por las autoridades actuales. Pero no tienen mucho tiempo. Si no actúan pronto Yeltsin puede verse obligado a dimitir. Ésos son mis últimos razonamientos. Ahora puedo anunciar que si Yeltsin y su Gobierno tienen la valentía de reconocer que necesitamos una nueva política y logran aglutinar a todas las fuerzas renovadoras, no está todo perdido. Pero no le veo esa intención y eso es lo que me preocupa. Yo soy el primer interesado en que las reformas no fracasen”.

-¿Es lo que está escribiendo ahora en sus memorias?
“Sí, estoy escribiendo lo que ha pasado en nuestro país y lo que ha pasado conmigo. Será mi punto de vista, los motivos de mi conducta, lo que me llevó a desarrollar la perestroika. Sé que existe el peligro de toda autobiografía: la de querer presentarse uno mismo de color de rosa. Adelanto que no caeré en esa tentación”.

“Todo por delante”

-¿Tiene ya título para el libro?
“Aún no, pero sí sé cómo se va a titular el último capítulo: Todavía todo está por delante. El libro estará acabado en el primer trimestre del próximo año”.

-¿Cómo se toma que le llamen Gorby?
“Todo comenzó con la aparición de mi libro sobre la perestroika. La gente en todos los países del mundo se identificaron con mi idea para garantizar la seguridad ante la amenaza nuclear. Acepto que me llamen así porque es la forma que tiene el pueblo de decirme que está de acuerdo conmigo”.

-¿Le quieren en todas partes porque usted encarna la paz?
“Tiene razón. La gente siente que o sobrevivimos juntos todos o va a pasar algo tremendo. Ése es mi pensamiento. Faltaba un dirigente que lo dijera”.

-¿Por qué le aprecian menos en su país que en el extranjero?
“Hasta el año 90 la mayoría de los soviéticos apoyaba mi línea. Cuando la reforma afectó a los poderes fácticos comenzaron las críticas. A Gorbachov se le ha acusado de todos los males y la gente tiene derecho a pensar así, aunque los motivos son más complejos, pues tras un año sin Gorbachov la situación ha ido a peor. Ahora parece que mi imagen se recupera en mi país. Acabo de recibir 14.000 cartas y un 60% me dan su apoyo total”.

-¿Es consciente de haber sido el hombre que cambió el rumbo de la historia?
“Sí, lo sé”.

TE PUEDE INTERESAR