conversaciones en los limoneros

“El rock and roll, el pop y el vinilo son inmortales”

Roberto Bacallado Ucelay (La Laguna, 1968) y Rafael Saavedra San Miguel (Düsseldorf, 1967) son componentes de La Pista Búlgara
“El rock and roll, el pop y el vinilo son inmortales”

Antes de seguir con esto tengo que decir que el estrés de estos días, impropio para ser sufrido por un tipo de mi edad, me ha originado una especie de adormilamiento contumaz, como la sequía de Franco, con alguna pérdida de memoria. Así que disculpen si se producen fallos, lapsus mentis que no deseo en absoluto. Mis interlocutores en Los Limoneros son Roberto Bacallado Ucelay (La Laguna, 1968) y Rafael Saavedra San Miguel (Düsseldorf, 1967). El primero, hijo del afamado investigador Checho Bacallado, es el batería del conjunto La Pista Búlgara. Y el segundo, el compositor y cantante de la banda. Están en forma, graban un nuevo disco, otra vez de vinilo, y creo que dicen aquí cosas muy interesantes. No viven de la música. Roberto regenta un restaurante en el hotel familiar de Fañabé; y Rafa es abogado, especializado en el decreto-ley de segunda oportunidad, el 1/2015 de 27 de febrero. Las respuestas son solidarias y así no me tengo que molestar, excepto en algún matiz, en aclarar quién dice tal cosa y quién la otra. Rafael compone en su casa, aún a riesgo de despertar a sus hijos. Y todas las canciones que interpreta La Pista Búlgara son suyas; es decir, que no se aprovechan sus miembros del trabajo de los demás. Las del nuevo disco también. En su día fueron unos fenómenos, están actuando desde los 15 años. Ahora lo siguen siendo, pero aparecen las calvas, claro. No voy a ser sólo yo el que se pone viejo.

-¿Por qué la Pista Búlgara?

“Cuando el turco Ali Agca intentó matar al papa Juan Pablo II, los medios no paraban de hablar de la conexión búlgara del autor; de la pista búlgara. Y como las bandas de rock debían tener un nombre raro, nos decidimos por éste”.

-¿A quién de ustedes se le ocurrió?

“A todos, a iniciativa de Francis, el guitarra”.

-¿Hubo otro grupo antes?

“Sí, Estado Sólido”.

-Es verdad lo de los nombres raros, que se referían a tópicos de entonces: Ataúd Vacante, El Eructo del Bisonte, Presuntos Implicados y hasta un grupo gallego llegó a denominarse Esguince de frenillo. Joder, qué dolor.

“Este último no nos consta, pero si tú lo dices”.

-¿El rock ha muerto?

“¡Jamás!, el rock and roll es inmortal”.

-¿Y el reguetón no le hace competencia?

“No, pero el reguetón ha venido para quedarse. Llegó con la electrónica de los 90 y la música siempre se está transformando; así que hay reguetón para rato”.

-¿Y el rap?

“¡Hummmm!, no”.

-¿Esta tierra está dotada para el rock? Porque han existido muchas bandas, aunque queden pocas. ¿Lo comparten sus señorías?

“Canarias es una región muy dotada para este tipo de música. Aunque llegamos muy tarde a la Movida, o quizá no llegamos del todo. Pero asumimos su compromiso”.

-Ustedes, o tienen una jeta impropia de personas serias, o son unos músicos de primera. Porque actuaron como teloneros de Aerosmith en el “Rodríguez López”. ¿Cómo se atrevieron a semejante cosa?

“Y además con mucho éxito. Hasta fuimos felicitados por la famosa banda norteamericana, que como sabes nació en Boston en el 70”.

-¿Cuántos miembros tiene La Pista Búlgara?

“Somos cuatro”.

-¿Y discos grabados?

“Seis”.

-Se vuelve al vinilo. Ya nadie quiere Cds.

“El CD está pasando a la historia. Ahora se vuelve al vinilo para escuchar música, pero resulta que se encuentra desbordada la demanda de tocadiscos y no hay para todos. Y para guardar la música, el pen-drive. Pero el CD ha muerto, o se está muriendo”.

-Por cierto, se venden tocadiscos en el rastro de Santa Cruz.

“Bueno es saberlo, no teníamos ni idea”

-¿Y qué tiene el vinilo que no tenga el CD?

“El ruidito. El vinilo suena más calentito”.

-¿Eh?

“No hay nada que no logre una buena aguja y dos buenos bafles de los antiguos. O de los modernos, que los altavoces dan igual. Ahora se fabrican algunos modelos muy buenos”.

-¿Cantan en inglés?

“Jamás, siempre hemos cantado en español”.

-¿Y de qué va el estilo? Yo no los he escuchado todavía.

“Te puede sonar a rollo, pero queremos ser honestos con nosotros mismos”.

-No entiendo.

“Pues que somos fieles a un estilo y con el deseo de que la música cambie, pero dentro de un cierto orden. Tendemos a lo naif, a lo simple, no tocamos nunca nada complicado”.

-¿Han actuado en el extranjero?

“No, pero en casi toda España, sí”.

-¿Con éxito?

“Con mucho éxito”.

-¿La música en qué parte de ustedes nace? Puede que sea una pregunta pollaboba, pero yo soy así.

“Buena pregunta. Es verdad que la llevamos dentro. Y no hace falta para nada ser academicista”.

-¿Por qué?

“Porque generalmente la academia encorseta al creador y así no se hace buena música”.

-Pero la educación musical no es mala. Yo diría que es bueno ir al conservatorio y luego elegir el camino.

“No, no lo es, no es mala la educación musical; la música consta de mucha matemática pero sobre todo de mucha humanidad. También es poesía. Estas son las premisas importantes”.

-Estoy de acuerdo. ¿Y cuáles son las cualidades de un músico?

“El tiempo, el ritmo, el contenido de las canciones, la armonía, la lírica, la creatividad. Porque la música es, sin duda, ahora y en todos los tiempos, una aportación creativa”.

-¿Ustedes se conocen de siempre?

“Somos amigos desde los 13 años”.

(Roberto apunta que su padre, en un jeep que tenía, le llevó una batería que consiguió, de segunda mano, al lugar de los ensayos. Lo recuerda como si fuera ayer mismo. Es decir, que Checho Bacallado apoyaba a su hijo en su aventura musical, lo cual hay que reconocer que es muy raro en un padre docente que generalmente quiere que su hijo estudie una carrera universitaria, como la estudió él).

-¿Recuerdan el primer contrato?

“Claro, con Manzana. Ganamos la Primera Muestra Regional de Rock Canario en el 89”.

(Hablo con Alberto Segura, propietario del sello Manzana y me confirma el dato. Dice que mis interlocutores son muy buenos y confirma que fueron, con éxito, teloneros de Aerosmith. Precisamente Alberto Segura se los encontró a ambos paseando por La Laguna el otro día. A los laguneros, a los autóctonos y a los de adopción, les encanta pasear por La Laguna en otoño, con una rebequita puesta).

-Creo que se están creando nuevos estudios de grabación. Y muy buenos.

“Sí, afortunadamente. Nosotros colaboramos con Arena Digital Net Records, una plataforma constituida para aprendizaje de técnicos de sonido y como apoyo de la firma DS Records. Pertenecen ambas a Juan Carlos Díaz y a Manuel Lorente y tienen sus estudios en Geneto. Están formando a un montón de buenísimos técnicos de sonido que van a encontrar empleo enseguida porque existe un gran mercado para esta profesión”.

-Rafa, si yo, que un suponer, estoy tieso, quiero tener una segunda oportunidad y cancelar mis deudas, ¿cómo contacto contigo?

“Por internet. En Ponteacero.es”.

-El otro día escuché a Nina Simone. Una canción que se llama Lilac wine. Es fantástica. ¿Es ese el estilo?

“La canción es fabulosa, el estilo ni te contamos”.

-Yo diría que es más pop que rock.

“Es que a nosotros nos encanta el pop-rock”.

-¿Quién compuso las canciones del nuevo disco?

“Los ocho temas son míos”. (De Rafa).

-¿Se conoce lo suficiente la música hecha en Canarias?

“No, excepto la de algunos conjuntos históricos. ¿Acaso nos podríamos olvidar de Palmera, o de Los Canarios? No, no podemos”.

-¿Y en España?

“¿Es que tú no sigues escuchando a Miguel Ríos, que llena todos los auditorios en los que canta y tiene cerca de 80 años?”.

-Es verdad, no te digo que no.

“Esa música es eterna, como es eterna la música de los Beatles y de los grandes conjuntos internacionales y aún de los buenos españoles. A nosotros Miguel Ríos jamás nos parecerá un carroza, todo lo contrario”.

-Los canarios, cuando la buena época, íbamos a Madrid a vacilarnos de los godos. Yo tengo muchas anécdotas.

“Un tío mío –cuenta Roberto-, Leoncio Bacallado, estuvo convenciendo a un taxista de Madrid de que él quería para su coche un tapizado de piel de leopardo como el que el taxista tenía en su coche. El hombre lo llevó hasta a la tienda en la que lo había comprado para que le tomaran nota del pedido”.

-Y Paco Ucelay, tu tío –le digo a Roberto–, y un amigo, se recorrían Madrid en taxi hasta que el taxímetro llegaba a las setecientas setenta y cinco pesetas con diez céntimos para escuchar al taxista decir la cantidad, en peninsular. Le preguntaban diez veces cuánto era y se descojonaban de la risa.

“Eran otros tiempos en que los canarios pintábamos mucho fuera y nos reíamos de todo. Se nos envidiaba porque teníamos televisores a la última, guitarras a la última, transistores, conjuntos de orlón y relojes baratos y de la mejor calidad. Éramos los reyes del mambo”.

-Bueno, pues será un regreso feliz.

“Nunca nos hemos ido, simplemente entramos en una nueva etapa”.

-¿Para cuándo ese disco?

“Para Navidad”.

-Pues yo no me lo pierdo. Ah, la última y muy tópica y estúpida. ¿Hay que meterse de todo para hacer buena música?

“Ese es un estereotipo que no va con nuestra forma de ser. Nosotros nos divertimos haciendo música, pero siempre hemos sido serios y responsables. Y como nosotros, muchos más. Otros no, evidentemente”.

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