Victoria tan merecida como prestigiosa. El CD Tenerife se impuso a un Granada que asustaba en la previa por la goleada que le había endosado al Sporting. Pero al Tenerife le ‘ponen’ este tipo de partido y los de Ramis sacaron a relucir su mejor versión para llevarse tres puntos que tienen que cambiar su trayectoria anterior. Un diferencial Iván Romero marcó un golazo para inaugurar el marcador y Enric Gallego anotó el segundo, de penalti, para sentenciar a un rival que fue mucho menos fiero de lo que pintaba inicialmente.
Empezó bien el CD Tenerife. Muy intenso. Con las líneas muy juntas. Teniendo el balón y moviéndolo de derecha a izquierda con criterio. Otro detalle: los extremos se fueron muy al medio y parecía contar con una línea de tres medias puntas que no se esperaba un Granada que carecía de pelota y sufría.
Despertó el cuadro nazarí a partir del minuto diez, en el que Mellot despejó un balón de manera providencial. Ellos recolocaron a Soro y el Tenerife replegó ánimos. Perdía por momentos el cuadro blanquiazul el dominio del esférico.
Pasó momentos de apuros del Tenerife por la lentitud con la que replegaban los zagueros. Soriano tuvo que salir en unas cuantas ocasiones de su portal para repeler el peligro.
En unas de esas, en el minuto 30, el meta salió al lateral para lanzar un balón larguísimo vertical que tenía toda la intención del mundo. Soriano sabía cuando golpeó donde estaba su compañero Iván Romero, que empezó la carrera para ganar la disputa ante Cabaco. El delantero pinchó la pelota de manera maravillosa y aguantó el cuerpeo del zaguero nazarí mientras se aproximaba a la meta de Raúl. Cuando ya se iba al suelo soltó un trallazo con la derecha que fue imposible de alcanzar para el portero rival. Golazo espectacular del punta cedido por el sevilla, que marca el segundo con la camiseta blanquiazul y hay que apuntarle la asistencia a Soriano.
Intentó reaccionar rápido el Granada, pero la defensa local logró desarmar todo el peligro que rondaba la meta de Soriano.
Así acabó una primera parte en la que el Tenerife acabó teniendo buenas sensaciones y no solo por el gol, sino por haber superado en el cómputo global a un Granada que es un claro aspirante al ascenso.
La segunda parte arrancó sin cambios en ambos equipos, pero pronto tuvo que mover el banquillo Luis Miguel Ramis. Se lesionó Carlos Ruiz tras un saque de esquina que intentó rematar de cabeza. Le relevó José León. También pidió el cambio Javi Alonso, muy cansado, y le sustituyó José Ángel Jurado. Min. 57.
También Karanka tuvo que hacer modificaciones, pero porque veía la incapacidad de su equipo para superar a un buen Tenerife. Entraron al campo Callejón, Melendo y Bryan y salieron del partido Soro, Molina y Ricard.
Peor se le pusieron las cosas a los visitantes cuando Iván Romero le echó un balón largo a Mo Dauda que se podía plantar solo delante del meta. Esprintó el ghanés hasta llegar a meter la puntera de la bota cuando ya Raúl había salido de su meta para abortar el peligro. Arrolló el meta nazarí a Dauda cometiendo un penalti clarísimo.
No tardó en pillar la pelota Enric Gallego. Lanzó el punta al centro de la puerta elevado cuando ya Raúl se había vencido a la izquierda. Tercera diana de la temporada del punta y el 0-2 que subió al marcador. Mantener la imbatibilidad en casa parecía cercana.
Quedó noqueado definitivamente el Granada, que con el triple cambio que había hecho perdió el centro del campo. Los blanquiazules llegaban de manera más clara cuando salían con rapidez. Así se originó el 2-0 y una acción en la que Enric rompió el balón con un trallazo que repelió el larguero. No obstante, la acción estaba invalidada por fuera de juego.
Ramis volvió a mover ficha. Entró Borja Garcés, por Iván Romero, y sobre todo volvió Elady Zorrilla, que solo había jugado unos minutos en Eibar. Poco después Aitor se fue al banquillo, con una amarilla y apercibido. Entró Larrea. Minuto 74.
La recta final la dominó el cuadro local. Siguió intentando lograr el tercero, pero no lo consiguió. Aún así, el cuadro blanquiazul logró una victoria de prestigio que le tiene que hacer aspirar a otras cosas y no solo conformarse con quedarse en media tabla.
