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Iker Jiménez recuerda a Ambrosio Afonso, mal llamado ‘Fenómeno de Taganana’

El presentador mencionó a este vecino de Santa Cruz y comparó su historia con la de Raymond Robinson, conocido como 'The Green Man': "Fueron dos ejemplos de fuerza de voluntad"
Iker Jiménez se acuerda del mal llamado 'Fenómeno de Taganana'
Iker Jiménez recuerda a Ambrosio Afonso, mal llamado 'Fenómeno de Taganana'. Cuarto Milenio

Iker Jiménez recordó a Ambrosio Afonso, mal llamado ‘Fenómeno de Taganana‘, en el programa de Cuarto Milenio emitido el domingo, en el que, entre otros temas, se abordó la historia de Raymond Robinson, conocido como The Green Man, el hombre que perdió el rostro en un trágico accidente que tuvo en la infancia.

Ambrosio fue considerado desde el primer momento uno más en este popular enclave de Santa Cruz de Tenerife. Murió en los años 70. Sufría una enfermedad rara de origen genético denominada síndrome de Crouzon, que se caracteriza por causar malformaciones en el cráneo y la cara.

A diferencia de Robinson, cuya figura aterraba a los niños estadounidenses durante los años 50, 60 y 70, el vecino de Taganana contaba con el cariño de las personas que vivían en su pueblo, tal y como apuntó el presentador del programa de Cuatro.

“Yo recuerdo que la revista Mundo Desconocido sacó las fotografías de un ciudadano de Taganana que también tenía un rostro, que podemos llamar similar, pero es verdad que aquí se contó con el acuerdo del vecindario para respetarle”, comentó Jiménez.

Más allá del “impacto lógico de la visión” de la imagen, “en el círculo de esa población maravillosa de Taganana tuvo sus amistades e hizo su vida, prácticamente normal”, apuntó el presentador.

Raymond Robinson, conocido como ‘The Green Man’, el hombre sin rostro. Cuarto Milenio.

“Esto es, por encima de todo, el ejemplo de la fuerza del organismo humano, que está como programado para vivir, y luego la fuerza de voluntad; estos son casos de fuerza de voluntad”, apostilló.

El cariño que recibió Ambrosio en Taganana no tuvo nada que ver con la poca empatía que le ‘regalaron’ a Ray en Pensilvania. Muchos le temían. Otros, en cambio, salían a buscarle para fotografiarse con él como si de una atracción de feria se tratara.

La de The Green Man, que debería haberse considerado, como dijo Jiménez, un ejemplo de superación, se convirtió en una historia -o leyenda- sumamente cruel.

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