cultura

María José Alfonso: “Incentivar la lectura no nos hará más sabios, pero sí más inteligentes”

La actriz se sube el sábado al escenario de la Escuela de Espectadores Teatrosilos del municipio de la Isla Baja; a sus 82 años, no tiene intención de jubilarse
La actriz María José Alfonso. / Enrique Cidoncha

Es muy ansiosa, reconoce, y al ser preguntada sobre qué es lo único que le queda por hacer su respuesta es rotunda: “Vivir”. Cuando le tocaba ir a la universidad, decidió estudiar arte dramático en la escuela que estaba justo al lado de su instituto, el Lope de Vega. María José Alfonso solo pisó la universidad para una cosa: hacer teatro universitario. Este sábado estará en Los Silos, donde se subirá al escenario de la Escuela de Espectadores Teatrosilos.

-Después de 60 años de trayectoria, ¿qué le queda por hacer a María José Alfonso?

“Uy, vivir”.

-¿Y en el terreno profesional?

“Pues no. Nunca he pensado lo que podría hacer. Siempre he pensado que lo próximo sería lo mejor. Hay que ser optimista de todas las formas habidas y por haber. La vida es una maravilla que hay que vivirla potencialmente con todo el gusto del mundo, a pesar de las espinas que a veces se tienen también”.

-Tiene usted una vitalidad envidiable…

“Sí y no me gustaría perderla. No me gustaría perder las ansias de vivir. Yo soy muy ansiosa en casi todo”.

-¿Cómo recuerda ese momento en el que decide estudiar arte dramático en lugar de ir a la universidad?

“Yo iba al Instituto Lope de Vega y al lado estaba la escuela de arte dramático. He pisado solo la universidad para hacer teatro. A mí me hubiese gustado estudiar Medicina, pero si volviese a nacer creo que volvería a ser actriz. La medicina me hubiese gustado y creo que hubiera sido buen médico, esa es la verdad. Pero lo único para lo que pisé la universidad fue para hacer teatro universitario. No más”.

-Ricardo Darín ha declarado recientemente que no piensa jubilarse nunca. ¿Usted tiene en mente alguna fecha para hacerlo?

“Para nada. Yo estoy de acuerdo con Ricardo. Te dejan, pero tú no te dejes. Otra cosa es eso de morirse con las botas puestas. Yo no quiero morirme con las botas puestas de nadie, yo quiero morirme en mi casa rodeada de mi gente y de mis amigos y nada más. Pero yo, ¿dejarlo? Para nada”.

-¿Piensa que el cuento está poco valorado como género literario?

“A mí me parece importantísimo, sobre todo el cuento para niños. Necesitamos activar la mente y los sentimientos de los pequeños, porque sin ellos la generación se rompería. Hay que incentivar a la gente que vaya al teatro y al cine, también a los más pequeños. No es que se dediquen a estudiar música o teatro, pero sí que se sensibilicen para estas cosas. Me parece muy necesario, sobre todo la lectura en los niños. La lectura, aprender, saber discernir. Es necesario culturizar a la gente porque la cultura nos hace mejores. No más sabios, pero sí más inteligentes”.

-¿Cómo surge la idea de que usted recite teatro clásico junto al violonchelista Ciro Hernández?

“Hablé con Ernesto [Rodríguez Abad], director del Festival Internacional del Cuento de Los Silos, y me dijo que si me apetecía venir. Le dije que tendría que pensarlo. Luego me dijo que había un violonchelista espléndido y dije “qué bonito es esto”. La música es tan importante que además levanta cualquier cosa. Yo sin música no sé vivir, pero sin música de todas las clases, menos el reguetón ese horroroso”.

-¿Qué le parece la iniciativa de la Escuela de Espectadores del festival para educar en teatro clásico?

Maravillosa. Los clásicos son más modernos que los de ahora. Siguen estando vivos a pesar de que sean del Siglo de Oro. Siguen siendo absolutamente modernísimos porque se dicen, hacen y se piensan cosas con las que retratarse. Los clásicos son estupendos. La gente piensa que la cultura es un ladrillo y no. La cultura es muy divertida. Puede ser muy intrascendente a veces, pero culturizar a la gente por la risa, el llanto o el sentimiento es muy importante”.

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