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Quieren hacer turismo en un submarino bajo las aguas del volcán de La Palma

Scott Waters, dueño del submarino científico Pisces VI cree que es "una experiencia única" que beneficiaría a la Isla
Proponen hacer turismo en un submarino bajo las aguas del volcán de La Palma
Scott Waters junto a su Pisces VI IG

De expediciones científicas a excursiones para aquellos turistas más aventureros. El submarino Pisces VI, que estudia el volcán de La Palma de forma submarina gracias a su condición de aguas profundas, podría llevar a turistas a hacer un recorrido inolvidable por un “lugar único”, algo que ha sido anunciado en la cumbre internacional SUTUS by Les Roches, la plataforma internacional de turismo espacial y subacuático.

Según cuenta ABC, Scott Waters, presidente de la compañía dueña del Pisces VI, cree que explorar el volcán de La palma bajo el mar es una experiencia “totalmente viable” gracias a que este submarino puede llegar a los casi 2.200 metros de profundidad en un viaje de ocho horas.

“Pisces VI hace posible el acceso al océano más profundo, acercando la ciencia al turista o al turista a la ciencia. Esa es la idea, una actividad que contribuya al conocimiento científico a la vez que abre la exploración del océano a aquellos que deseen vivir una experiencia única”, afirma Waters.

Scott Waters recalca que hay “algo especial en La Palma” y cree que su idea “acaba sumando para la Isla” porque, según indica, genera “economía indirecta”. “Los turistas tendrán a la ciencia como aliada porque nos encontramos ante una erupción reciente, algo que provoca que sea un lugar único”, señala.

Un “sueño hecho realidad”

“Comencé a diseñar submarinos a los 5 años y, mientras crecía, mucha gente se burlaba de mi y decía que mis ideas eran locas”. Así comenzó la obsesión de Scott Waters por los submarinos. “Pero nunca dejé de soñar”. Fue pasando el tiempo y, lejos de quedarse como un sueño de niñez, la idea de tener un submarino se reforzó al punto que dejó la universidad solo 2 años después de comenzarla para enrolarse en su propia aventura.

Corría el 2007 cuando arrancó su primer negocio, el cual le permitió ir construyendo su propio submarino: “Me tomó 5 años porque tuve que aprender todas las habilidades necesarias”. Tenía espacio para solo 2 personas y se podía sumergir a 100 metros, pero Waters no se iba a conformar con tan poco.

Después de 4 años de negociaciones con Rusia [para adquirir un submarino] sin suerte, por fin encontré el Pisces VI y desarrollé un plan para hacerlo bucear nuevamente”. El submarino llevaba desde finales de los años 80 inoperativo y cuando el estadounidense lo adquirió en el calendario ya marcaba el 2015.

Terminamos tirando casi todas las piezas del submarino excepto la esfera de presión principal y el marco. Y construimos todo lo demás nuevo”. En el 2016 decidió vender su primer negocio ante la imposibilidad de dirigir ambos proyectos y reinvertir todo lo ganado en el Pisces VI. Ya en 2019 Waters vendió su casa y todas sus pertenencias para transportar el submarino a Canadá para trabajar en una compañía dedicada al sector.

Tan solo un par de semanas después de llegar a Canadá la compañía cerró “y estábamos en un país extranjero sin asistencia”, recalca. Tras ese año tan complicado para Waters con la pandemia rampante, el permiso de residencia canadiense estaba a punto de vencer y decidieron restablecer la empresa como una sociedad limitada española con base de operaciones en Tenerife.

El submarino Pisces VI en el puerto de Radazul, en Tenerife

Alta tecnología submarina

Ahora que todo parece que vuelve a funcionar, Waters cuenta con un submarino como pocos hay de su especie. “En el mundo solo hay 6 submarinos de aguas profundas en funcionamiento y casi todos son propiedad de los gobiernos y están operados por ellos”, apunta Waters. Esto desemboca en un problema monetario para algunas instituciones públicas que si bien no pueden adquirir un submarino, sí pueden alquilar uno temporalmente.

Precisamente ese es el foco de Waters y el Pisces VI. “Nuestro objetivo es proporcionar un submarino científico de aguas profundas a países de todo el mundo” gracias en gran parte a que se puede transportar en un contenedor de barco estándar.

n cuanto a las especificaciones, “el submarino tiene capacidad para un piloto y 2 o 3 pasajeros” lo que arroja una tripulación total de 4 personas. Además, es capaz de sumergirse hasta 2.180 metros de profundidad con una duración normal de la misión de 8 horas. “Sin embargo, el submarino cuenta con equipo de emergencia para hasta 5 días adicionales”, por si la misión se complica u ocurre cualquier incidente.

Está propulsado por un par de motores de 7 caballos de potencia de geometría variable capaces de impulsar al submarino a unos 3 nudos (5,5 kilómetros por hora) con un peso total de 8.391 kilogramos. La energía se almacena en un sistema redundante de baterías de 42 kW capaces de alimentar tanto a los motores como a todo el material científico de a bordo.

La reforma integral del submarino llevada a cabo en el 2016 lo ha llevado a equipar las mejores tecnologías disponibles actualmente con equipos de sónar de alta resolución, equipos de comunicación avanzados y brazos robóticos para manipular objetos en el exterior.

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