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Los ‘bonos’ un balón de oxígeno para el pequeño comercio

Frente a quienes critican esta medida, la iniciativa que nació durante la pandemia, supone una ayuda directa, transparente y rápida para la pequeña tienda y el consumidor
Los ‘bonos’ un balón de oxígeno para el pequeño comercio
La tienda de calzados Baybu, en la Gallega, es uno de los comercios adscritos al bono. DA

El éxito de los Bonos al Comercio o los Bonos Consumo no tiene ya lugar a dudas. El hecho de que se agoten a las pocas horas de ponerse a la venta en todas las ediciones que se han hecho hasta ahora es una evidente prueba de ello, así como que se hayan canjeado ya la mitad de los bonos. Sin embargo, a día de hoy hay quien cuestiona las bondades de esta iniciativa que nació en plena pandemia y cuyo objetivo esencial es apoyar al pequeño comercio favoreciendo la actividad comercial. En definitiva, se trata de ayudas directas al comerciante y al consumidor para generar actividad económica y mantener el empleo.

Pero, ¿qué es y en qué consiste un bono de este tipo? Hay que tener en cuenta que el sistema de bonos no es nuevo, ni en Canarias ni en el resto de Europa. Ya está inventado. En el Archipiélago tenemos el ejemplo de los bonos turísticos que el Gobierno de Canarias puso en marcha con el objetivo de también dar una salida a hoteles y agencias de viaje tras el cero turístico, en este caso, fomentando el turismo local en temporada baja. En los Países Nórdicos, por ejemplo, cuando se debatía sobre la sanidad pública o privada se activaron unos bonos salud que los usuarios podían canjear en cualquier Hospital, y de esta forma se podían analizar las preferencias de los nórdicos hacia lo público o lo privado.

Pues bien, en un entorno de crisis como el actual la idoneidad de estos bonos es sin duda incuestionable. Y lo es por varias razones. Se ayuda de forma directa al pequeño comercio, puesto que éste recibe el dinero al canjearse el bono en cuestión de días. Además no pueden adherirse a esta iniciativa franquicias, ni grandes superficies, ni establecimientos que tengan más de 30 empleados, con lo que se está favoreciendo al pequeño comerciante, es decir, a aquel más afectado por la pandemia y ahora por el alza de los precios. Los establecimientos que se adhieran a esta iniciativa solo podrán canjear bonos hasta un importe máximo de 4.000 euros, lo que evitará que un solo comercio acapare las ventas, incentivando que el consumidor acuda y conozca otras tiendas. En el caso de los bonos del Cabildo, el presupuesto se distribuye por zonas con la intención de no concentrar la actividad en las principales zonas comerciales sino de ampliarlas a otros municipios. Y lo mismo ha hecho el Ayuntamiento de Santa Cruz distribuyendo el presupuesto por los cinco distritos de la capital. También se ha puesto un tope en la compra de bonos por parte del consumidor y una fecha límite para su canje. El consumidor paga una cantidad y tiene el doble para gastar. Ese importe de más que tiene el usuario es pagado al comercio por la entidad correspondiente. Todo ello sin contar con el impacto económico que genera en los municipios, más de 23 hasta ahora, que se han unido a esta iniciativa.

Los ‘bonos’ un balón de oxígeno para el pequeño comercio
Óptica Rieu, en la calle Castillo, también es un comercio adherido. F.P.

El consejero delegado de la Sociedad de Desarrollo en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Alfonso Cabello, no tiene ninguna duda del beneficio de esta medida. “Nuestro objetivo era claro cuando lanzamos esta iniciativa: conseguir que el tejido comercial de la ciudad fuera más competitivo”. Y explicó: “No se trata de bonos sociales son bonos al consumo que nacen en un contexto de crisis en el que las administraciones públicas no hemos sido capaces de dar una repuesta rápida y sencilla al empresario al que ahogamos en trámites y papeles para conceder una ayuda. Hemos fracasado en esto y los bonos son la herramienta perfecta para la dinamización comercial. Una ayuda directa y transparente al consumidor y al comercio”.

En este sentido, Cabello es partidario de que esta medida entre en funcionamiento precisamente en épocas en las que las ventas son bajas, no tanto en las campañas de Reyes o Navidad cuando el consumo es elevado. “Por ejemplo en la cuesta de septiembre”.

Laura Bello, es propietaria de Baybú calzados. Se adhirió a los bonos y asegura, sin lugar a dudas, que es “la mejor ayuda que pueden tener: directa al consumidor para que gaste en el comercio”. La tienda de Laura está en La Gallega y espera que la iniciativa perdure en el tiempo.

La consejera insular de Empleo, Desarrollo Socioeconómico y Acción Exterior, Carmen Luz Baso, también tiene muy clara la efectividad de estos bonos. Según varias encuestas que han realizado a los 350 establecimientos asociados, 7 de cada 10 vendieron más, no solo durante la campaña sino después, “ya que muchos consumidores no conocían la tienda y ésta fue una forma de conocerla y de fidelizar el cliente”. Además, “seis de cada diez bonos se han adquirido en los municipios más pequeños de la isla, con lo que conseguimos el objetivo de descentralizar las compras de los grandes núcleos de población, que suelen resultar más atractivos, y llevarlas a las tiendas de núcleos más reducidos”. Para la consejera insular es una forma de dar “oxigeno” al pequeño comercio e incentivar que el consumidor acuda a tiendas que no conoce.

Los ‘bonos’ un balón de oxígeno para el pequeño comercio
Palmelita en la calle Castillo. F.P.

Frente a quienes hablan de las bondades de esta iniciativa hay quien cree que los bonos son una medida populista. Empresarios de Gran Canaria claman porque la iniciativa llegue a la Isla, pero la administración local se niega. No cree en ella. Ángel Chinea es profesor del área de organización de empresas de la Universidad de La Laguna y considera que los bonos son una excelente herramienta” para la supervivencia del pequeño comercio en tiempos puntuales y de crisis como es el actual. Chinea asegura que, además, este sistema obliga al establecimiento a ser más eficiente y competitivo si quiere que el consumidor canjee su bono en su tienda. Por otro lado, se consigue más eficiencia en el gasto público, “porque la ayuda llega neta al pequeño comercio”.

En definitiva, “se trata de una ayuda quirúrgica para el pequeño comercio cuando más lo necesita. Es una forma eficiente, directa y transparente de gastar y, sobre todo, le da la capacidad de decisión al consumidor, lo que obliga al comercio a ponerse las pilas para ser competitivo”.

“Compré todo el material escolar de mi hija y los zapatos del cole”

Nayade Gómez compró este año los bonos consumos y con ellos adquirió todo el material escolar de su hija. “Adquirí los bonos este año y he comprado todo el material escolar a la mitad de precio; incluidos los zapatos”. “Espero que la iniciativa continúe”, aseguró.

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