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Un CD Tenerife sin fútbol y sin alma pierde en Anduva y entra en barrena

Un gol de Gelabert bastó al Mirandés para tumbar a un frágil equipo blanquiazul, que en la primera parte mostró brotes verdes, pero en la segunda fue incapaz de reaccionar y ya se acerca a puestos de descenso
Un CD Tenerife sin fútbol y sin alma pierde en Anduva y entra en barrena

El CD Tenerife ha entrado en barrena. Definitivamente ha perdido el fútbol y el alma. No es ni la sombra del equipo de la pasada temporada. En Anduva perdió por tercera vez consecutiva ante un rival con el que ya comparte el mismo objetivo de la temporada: evitar el descenso. No hay más. Estamos ante lo que parece un ejercicio fallido. La tragedia está a un solo punto de distancia (gracias al Lugo y al Oviedo) y ya son muchos los que levantan la voz para criticar a Ramis, quien parece tener el crédito intacto de momento. Pero ya se sabe lo que pasa y por donde se rompe la cuerda. Gelabert, con un derechazo espectacular, fue suficiente para tumbar en la lona a un equipo frágil, sin ideas y sin agallas. Pinta mal la temporada.


Luis Miguel Ramis realizó tres cambios respecto al once que empezó el partido contra el Zaragoza y movió otra pieza. Mellot jugó a pierna cambiada al entrar en la alineación el lateral diestro Aitor Buñuel. Además, Sergio González, Javi Alonso y Appiah ocuparán los lugares de José León, Pablo Larrea y Mo Dauda en el once inicial.


Durante la primera mitad, el CD Tenerife mostró mejoría con respecto al duelo del pasado fin de semana en el que perdió contra el Zaragoza. Tampoco era complicado, la verdad.


Pero saltó enchufado la escuadra visitante, consciente de lo mucho que se juega en el choque. Fruto de esa intensidad nació en el primer minuto de juego la primera ocasión para los blanquiazules. Disparo de Mellot que se marchó por fuera. Aviso serio para los locales, que no estuvieron cómodos durante gran parte de la primera mitad. Teto volvió a probar fortuna a los diez minutos, pero corriendo la misma suerte. En esos momentos ya Buñuel se había convertido en la mejor baza atacante de los de Ramis, mientras que Appiah, otra de las novedades en el once inicial, empezaba a dar síntomas de no entender demasiado bien cuál era su misión en el campo.


El primer remate a portería del cuadro jabato no llegó hasta la media hora de partido, con un remate de Pinchi que se fue arriba. Un minuto después (31) detuvo Herrero otro cabezazo de Gallego. El partido estaba animado, aunque el Tenerife parecía que era el que mejor estaba haciendo las cosas para lograr marcar.


Sin embargo no fue así y se llegó al descanso con la igualada inicial.

Inaceptable segunda parte


Empezó la segunda mitad con un cambio: se quedó en la caseta Aitor Sanz, quien tenía una cartulina amarilla y se perderá el duelo del próximo sábado ante el Burgos, y entró Larrea.


Iván Romero aprovechó los primeros minutos del segundo acto para contar con una doble ocasión casi consecutiva, la primera más peligrosa que la segunda. En el 47 disparó arriba un zurdazo que tenía mucha intención. En el 52 lanzó desviado. Esas dos oportunidades fueron lo más decente que hizo en ataque el Tenerife durante la segunda mitad.


La mejoría que había mostrado en el primer acto el Tenerife, se esfumó tras pasar por los vestuarios. No era capaz de meterle mano a un rival que, a pesar de su situación en la tabla, mostraba confianza en su juego, diametralmente opuesto al del Tenerife por cierto.


Ramis intentó hacer reaccionar a su equipo a base de cambios. Mo Dauda entró por un desastroso Appiah en el 60. Nueve después, José León entró por Sergio y Gallego le dejó su puesto a Borja Garcés.


También hizo variaciones el Mirandés. Entró al campo Gelabert, quien a la postre decidiría el partido. Lo hizo en el 71 con un derechazo asombroso desde fuera del área ante el que nada pudo hacer Soriano (1-0).


El gol fue un mazazo terrible para el Tenerife. No se repusieron los blanquiazules al tanto y el equipo se derrumbó. Es más, durante todo lo que jugó a partir de ahí, el equipo fue la nada más absoluta. No tuvo no fútbol ni alma y solo las limitaciones del Mirandés impidieron encajar una derrota más abultada. Aún así, Pinchi en el 84 perdonó el segundo tanto.


La inaceptable segunda parte llegó a su fin y la tercera derrota consecutiva se consumó. El Tenerife empeora jornada tras jornada y el descenso está al acecho.




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