La futura ordenanza de Movilidad, que se encuentra aún en trámite, regula la primera Zona de Bajas Emisiones que tendrá la capital y cuyo objetivo es la reducción del tráfico en el centro de la ciudad, no solo para mejorar la calidad del aire, sino también para incentivar la rotación en los aparcamientos. Para ello, se implantarán las denominadas zonas verdes, destinadas a residentes y no residentes. Los primeros podrán aparcar sin coste adicional, mientras que los segundos deberán pagar por aparcar en el área delimitada como Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Las calles de El Toscal, concretamente las aledañas a la de La Rosa, serán las primeras en las que se ponga en marcha esta zona verde, en agosto del próximo año, coincidiendo con el inicio de la rehabilitación del principal eje que atraviesa el barrio y que va a limitar seriamente el aparcamiento.
Según explica la concejala de Seguridad, Evelyn Alonso, “se colocarán cámaras identificativas de matrículas para saber quien es residente y quien no”. Una condición, la de residente, que, según aclara la edil, “la extenderemos a trabajadores autónomos, comerciantes o taxis, que presten sus servicios en la zona para evitar que se vean perjudicados en su trabajo por la implantación de las restricciones de tráfico”.
Para la puesta en marcha de esta zona de bajas emisiones, el área cuenta con 1.580.000 euros, procedentes de los fondos Next Generation, con los que creará el Centro de Control Integral para la Gestión de la Movilidad en la Ciudad, que se encargará del acceso a la citada ZBE, así como para el desarrollo de itinerarios ciclistas estructurantes en la ciudad. La previsión es que en agosto del próximo año ya esté en marcha esta iniciativa.
Funcionamiento
La zona verde supone la configuración de un sistema de aparcamiento en superficie para uso preferente de residentes, comerciantes y vehículos autorizados, pero con restricciones horarias para no residentes. De esta forma, se prioriza el uso de estas plazas por parte de los residentes y se favorece la rotación gracias a la limitación de tiempo que se impone a los no residentes.
Los vehículos estacionados que no cumplan la condición de residente o vehículo autorizado para estacionar podrán realizar el pago de las tarifas mediante parquímetros o aplicación móvil. Según un primer análisis, la implantación de la zona verde en la zona más próxima al entorno de la calle de La Rosa supondría un total de 550 plazas de aparcamiento afectadas por esta delimitación.
En cuanto a las obras de La Rosa, según explican desde el Ayuntamiento, en la actualidad, la ocupación de la banda de aparcamientos supera el 90% a cualquier hora, generando un tráfico circulatorio parásito en busca de aparcamiento que entorpece la circulación de tránsito. Esto supone un serio problema de aparcamiento en la zona durante la ejecución de las obras y al finalizar estas, por lo que sería conveniente disponer de alternativas de aparcamientos que mitiguen el déficit que se provoca con la ejecución de las obras.
Así, además de la activación de la zona verde, que agilizará la rotación, se necesitaría un espacio para compensar los aparcamientos que elimina la obra. En concreto, se necesitan 77 plazas, ya que 95 quedan libres en horario nocturno y la reordenación de la calle San Isidro sumará otras 30.