Un chispazo de Elady Zorrila fue lo mejor de un grisáceo Tenerife que no pudo pasar del empate ante un Andorra que se adelantó pronto y que tuvo muchísima más posesión de pelota que los blanquiazules. Solo un golazo del extremo sacó del sopor a los aficionados tinerfeños, que se tienen que conformar con ver a su equipo acabar la primera vuelta del campeonato con 25 puntos. Pobre bagaje para un Tenerife que está obligado a aspirar a mucho más. Aunque esta temporada pinta que el objetivo es llegar cuanto antes al campamento base.
El inicio del partido fue tan lento como anodino. El Tenerife le cedió el balón al Andorra y se sorprendió del ritmo que le puso el equipo de Piqué. El cuadro de Sarabia jugaba andando y el Tenerife miraba impasible. siempre se quiere sentir protagonista con el balón en los pies e impusieron una circulación extremadamente lenta. Los blanquiazules no fueron a morder y se contagiaron del pausado arranque.
La estrategia andorrana funcionó a la perfección, porque los jugadores locales llegaron a no activarse lo suficiente. Y lo aprovecharon los visitantes para adelantarse en el marcador. Buena jugada colectiva del Andorra que con un centro lateral de Martí Vilá y remate de cabeza de Carlos Martínez. La defensa blanquiazul ni se enteró y el rival se puso por delante en el minuto 12 de partido.
Tardó unos minutos el Tenerife en reaccionar y tuvo que aparecer en el choque Zorrilla en el partido para sacar del sopor a su equipo. El extremo, que demostró que tiene muco gol en sus botas, se inventó una acción individual para equilibrar de nuevo el duelo. Escorado en la izquierda, Zorrilla hizo dos recortes perfectos para perfilarse y sacar un balón perfecto al segundo palo que Ratti no pudo hacer nada para evitar. Golazo impresionante del atacante para poner el 1-1.
A partir de ahí, el partido se volvió más feo y se fueron muchos minutos en faltas. Pero el Tenerife estaba más activo y mordía más en las disputas individuales.
La segunda parte arrancó sin cambios y con un posible penalti sobre Iván Romero que ni el colegiado ni el VAR consideraron contacto suficiente como para pitar la pena máxima. Acto seguido el Tenerife lo intentó a balón parado y estuvo a punto de sorprender. También Elady quiso marcar de cabeza, pero su remate no fue certero. El Tenerife había salido activado desde los vestuarios y estaba en esos minutos en los que el gol sobrevuela el estadio. Mientras tanto, el Andorra le intentaba bajar las pulsaciones al choque circulando el esférico cada vez que tenía el balón.
Los minutos fueron transcurriendo y Ramis intentó darle un vuelco a su equipo. Hizo un triple cambio que mató a su equipo: Javi Alonso relevó a Aitor Sanz, Borja Garcés a Iván Romero y Aitor Buñuel a Nacho, quien estaba haciendo daño por la izquierda, mientras que Romero siempre daba sensación de peligro cuando tocaba la pelota. Los que saltaron al campo no aportaron nada y en la comparación de Garcés con Romero, Borja acaba muy mal parado.
Luego salió Shashoua al campo y el inglés en la recta final ofreció un par de destellos de lo peligroso que es su juego, pero las ocasiones que generó no llegaron a buen puerto.
De esta manera el encuentro concluyó con un equitativo empate que no satisface, al menos en la tabla clasificatoria, a ninguno de los dos.
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